Introduccion
Mientras voy leyendo Crimen y Castigo de Fiodor Dostoievski,
analizo su sintaxis y me dejo seducir por la trama de la historia. Sigo así
durante una hora y media, pero después decido postergar la lectura. Me preparó
un mate y pongo a cargar el Dooku. Me siento en mi computadora y trato de
redactar unas líneas. Esta vez encuentro necesario contarte un poco la verdad
de cómo me siento acá en mi casa de Somellera. Mientras se escuchan las
conversaciones de la casa contigua donde está mi hermana, trato de ser tolerante
y comprensivo. Los sonidos me invaden y se filtran en mi cerebro haciéndome
todo tipo de cuestionamientos y achaques, que por una fuerza mayor no puedo
contener. Mi naturaleza se retuerce del odio y lentamente comienzo a
desvanecerme, desaparezco de mí mismo como si jamás hubiera existido. Si bien
es cierto que yo no soy solo un nombre, y que, por el contrario, mi identidad
se conforma por las decisiones que tomo a través del conjunto de palabras que
describen mis emociones, no puedo ser indiferente a tales cuestiones. Muchas
veces hablé de la soledad, y de mi profunda y sustanciosa necesidad de
silencio, siempre me esforcé en conservar mi privacidad e intimidad, pero al
parecer ni mis padres ni mis hermanos pudieron comprenderlo. Estoy feliz de haber
recibido un lugar para vivir, pero jamás imagine que tendría que compartirlo
con mis hermanos. Todo esto me tiene profundamente intrigado, si bien no estoy
a gusto con mi situación, existe una pieza del rompecabezas que no encaja; no
te has puesto a considerar que es ilógico pensar que todos ellos quieren un mal
para mí? Tal vez sea todo lo contrario. Quizás sabiendo que es esta mi mayor
debilidad, decidieron atacar directamente el nido de la plaga, el germen de la
cuestión. Otra vez estoy parado en el centro mismo del propio infierno. Voces
que van a un lado, voces que van hacia el otro, risas espantosas y
descarriladas, discusiones políticas y arquitecticas; yo desde mi lugar jamás
mi involucré con nadie, y siempre traté de poner especial esmero en demostrarle
a los demás que toda está vida de exaltación y reconocimiento, no era para mí.
Pero ya vez Juan, nadie lo entendió. Cada vez que les manifiesto mi deseo de
estar solo, no saben hacer otra cosa que victimizarse y ofenderse; me reclaman
enérgicamente que soy un egoísta, y que no los quiero, lo cual no es cierto.
Pero como querer algo que me hiere y no me deja ser libre? Estoy acá en mi
casa, tratando de poner mis pensamientos sobre aquellos sueños que le dan un
propósito a mi vida, pero no puedo. Toda esta realidad estúpida de los
discursos minimalistas y atronadores, que no hacen sino más que destruir la
imaginación de quienes necesitamos crear, me sabe a destierro, a exhortación y
a castigo. Está bien, comprendo que el destino me ponga obstáculos en frente
para que pueda resolverlos, pero estoy seguro de que atacar el germen de la
situación, no me dejará sino una bonita historia para contar. Lamento mucho
escribir así, desencajado y sin pausa, pero es que no puedo creer que una vez
más allá caído preso de una condena. Todo lo que digo, pienso o manifiesto, es
inmediatamente censurado por mi hermana, la cual no deja de arremeter
injustamente contra mí. Por un lado, dejando salir su costado salvaje, me
insulta cual si fuera un criminal, para después de tales agresiones,
disculparse calurosamente, alentándome para a que siga escribiendo. Yo no lo
entiendo. Quizás ya sea hora de que empiece a guardar secretos. Tal vez sea
mejor guardar todos estos escritos, sin llegar a publicarlos, aunque siendo
absolutamente franco, no sean sino sensaciones discretas y completamente
honestas sobre todo lo que siento viviendo aquí. Esto no es muy diferente a lo
que sucedió hacen ya diez años, en la clínica San Gabriel. Estaba yo atado de
pies y manos, no veía un momento de paz, y solo me quedaba echar manos a mi
dolor, para buscar en él una solución a mis problemas. Mientras caminaba de un
lado otro de mi celda, no dejaba de pensar en aquel día donde al fin pudiera
marcharme hacia mi propia libertad. La esperanza de saber que una vez cumplida
aquella condena, podría recuperar mi anhelada independencia, me daban un motivo
verdadero para seguir adelante. Salvando algunas diferencias, hoy me ocurre lo
mismo. Debo guardarme de publicar mis observaciones, para no herir la susceptibilidad
de mi vecina. Sé que tengo que aprender a ser respetuoso en la convivencia,
transformando mi sistema de pensamiento para que toda esta situación, deje de
herirme. Pero siendo que ahora mismo estoy tomándome el trabajo de pensar en
ellos, yo pregunto. Porque debo cuidarme de no hacer ruido y molestar, cuando
así mismo, ellos no parecen tener ninguna consideración por tratar de respetar
mis derechos?. Ellos hablan en voz alta y apuntan sus discursos hacia todas
aquellas personas que le son despreciables; ellos tienen toda la autoridad de
ser libres, y manifestar sus convicciones y deseos, sin que nadie les pueda
recriminar nada. Y todo porque? Porque son ciudadanos honorables. Ellos pueden
todo eso, y pobre de aquel que intente desafiarlos. Más de una vez me he visto
obligado a postergar mis visiones y encantamientos por la invasividad de sus
voces; aquellas mismas que por aquí y por allí, se filtran por todas partes. A
través de las ventanas, y por los endebles muros de concreto, mientras sueño,
cuando pienso despierto, cada vez que trato de imaginar; siempre sucede; no
puedo desprenderme de su discurso, no puedo ser ajeno a todos esos ruidos.
Aquella presencia no es como el chillar de una pava, o el centrifugado de un
lavarropas, aquella presencia es humana.
Hace tiempo ya que me escondo en el refugio de mis sueños.
Hasta hace no más de media hora, me eché en la cama para hacer una siesta.
Aparentemente dormí tres horas; y en aquel descanso soñé todo tipo de cosas
únicas e irrepetibles. Lo recuerdo bien. Soñaba que aquí en mi casa estábamos
con mi padre; no sé si preparábamos una fiesta, o esperábamos ansiosos la
llegada de nuestros invitados; mientras yo le explicaba lo mucho que me costaba
hablar con la gente, mi padre me consolaba diciéndome que no me haga problema
por eso. Yo le decía que muchas veces me refugiaba en el sueño para escaparle a
los tormentos y el castigo que implicaba enfrentarse con la realidad. Nos
miramos fijamente, y entonces pude notar que su aspecto era apenas el de un
muchacho; llevaba la barbilla rasurada, y tenía el rostro lípido como el de un
bebe. Mientras me decía todas estas cosas, no pude dejar de sentir cierta
satisfacción, pues es inobjetable para mí que en los sueños, a veces sentimos
cosas que en la realidad no alcanzamos a descubrir. De un momento a otro,
desperté de vuelta sobre mi cama; pude sentir entonces a Ezequiel y a mi prima
Cecilia, conversando unas palabras desde la cocina. Me asfixiaba la culpa de
estar durmiendo, mientras ellos dialogaban vivamente. Un poco más allá, también
llegué a percibir a los albañiles trabajando en la casa de Miguel, y así, ya
siendo consiente de mi falta, decidí levantarme. Me preparé un mate y comprendí
entonces una nueva lección. Aquellas mismas personas a las que yo criticaba, sean
familiares, amigos, o burgueses, estaban allí siempre ayudándome en todos y
cada uno de mis problemas. Por un lado los albañiles me habían ayudado
muchísimo en la instalación de mi nuevo lavarropas. Ellos trabajaron de sol a
sol, sin haber recibido a cambio, más que mi viejo lavarropas arruinado y
defectuoso. Por otro lado, mi hermana Julia, a quien suelo criticarle a veces
sus inoportunas reacciones, subió a mi casa, y me ayudo a resolver un
inconveniente con la instalación eléctrica del lavarropas y la heladera. Con
todo esto, me doy cuenta que aquel mundo fantástico en el que vivo, esta tan
próximo al sueño, que a veces no puedo evitar espantarme con la crudeza y los
sin sabores de la realidad objetiva. Quizás sea esa la razón que me aleja de la
mujer y las responsabilidades sindicales. Tal vez esa espantosa sensación de
odio que experimento al escuchar esas horrendas canciones de cuna, no sea sino
otra forma de expresar mi desapego por lo sensible, por lo palmario, por las
formas físicas, aquellas mismas que no se pueden cuestionar ni transgredir.
Todo en mi vida está sujeto a variaciones, todo excepto una cosa. El sueño. No
puedo dejar de rosarme con el sueño, pues es aquello lo más próximo a la
perfección, a lo divino, a lo fantástico e imposible. No solo no quiero
renunciar a ello, sino que no puedo hacerlo. He vivido mucho tiempo a través
del sueño, y no creo convincente abandonarlo ahora. Comprendo que el precio por
habitar la imaginación, tiene un costo algo desmesurado, pero cualquier deseo o
comodidad, cualquier situación de privilegio o jerarquía, demanda un
sacrificio. Ya sea emocional, económico o psicológico, el costo de cualquier
demanda, está sujeto a los beneficios que uno exige. Tú y yo sabemos bien, que
nada en esta vida es gratuito; y bien vale a mí consideración, aprender a
querer todo aquello que pueda atribuirme un placer inmediato, como en este caso
sin duda, es el sueño y la fantasía. Después de contarte esto, ya me siento
mejor; es como si algo en mi interior se hubiera redimido. Y si bien es cierto
que me encantaría dejar de cuestionarme y sentir culpa, me sería imposible
hacerlo, dado que mis inquietudes siempre me llevan a querer encontrar un
conocimiento mayor. A cualquiera de nosotros nos atrae la vida de aquellos a
quienes admiramos, y es por ello que con algo de ingratitud y arrogancia,
tratamos de imitarlos. Repetimos sus conductas, y buscamos en ello, la fuente
de todo saber e independencia. Aquella llave impoluta, nos permitirá allanar
los secretos de la profundidad y el misterio, pero sin una verdadera necesidad,
sin un estigma que nos de resolución, jamás nos tomaremos el trabajo de
emprender dicho viaje. Por eso aun siendo consiente de mi desgracia, y con mis
facultades mentales tristemente desfiguradas, creo que no tengo más alternativa
que seguir el presagio de mis augurios.
Por las mañanas no puedo dejar de fastidiarme al punto del
delirio. Mi prima Cecilia sale a hablar por teléfono al patio y, desde mi
cuarto, escucho todas y cada una de sus conversaciones. Realmente no sé cuánto
tiempo más pueda soportar una cosa así. Por más que trato de aprender a
soportar su palabrería, por mucho que quiera fundirme en su exhortación amando
este presente donde vivo, algo aquí me obstruye el paso. Sus voces atormentan
mi conciencia, y la envilecen como si hubiera sido yo, culpable de un crimen
imperdonable. Yo no puedo evitar observar que de alguna forma subrepticia, ella
está recriminando mi actitud de dormir hasta el mediodía. Probablemente sea mi
imaginación, pero estoy seguro que ella sabe que todo lo que se habla en el
patio, se escucha en mi casa. Podría apiadarse de mí y hablar en la cocina, en
la habitación o en el comedor…., pero no, ella guarda para sí, el beneficio de
torturarme. Si Juan, no la soporto, y no me esfuerzo en disimular que no me cae
bien. No solo que es tonta y mal intencionada, sino que además ahora mismo
tengo que soportar sus espasmos nicotínicos, y su estúpida voz chillona, llena
de arrogancia y decadencia. La verdad es que lo hubiera dado todo por vivir adelante
en la casa de miguel. Al menos allí hay un muro de concreto separando su casa
de las otras, y es que para mí, un hogar sin silencio, no es hogar. Trato de
ser paciente y comprender que todo este asunto de la invasividad se resolverá
algún día. Me aferro a la idea de creer que al final mi cerebro comprenderá la
situación, y yo dejaré de odiar a mi prima. Necesito comprender que si el
destino me ha asignado la tarea de aprender a compartir, queda en mis manos
descifrar el enigma. Si bien es cierto que desde mi perspectiva yo siento haber
regresado a la casa de mis padres, no lo pienso como un retroceso, sino todo lo
contrario; considero que la vida me ha dado una segundo chance de reparar mis
errores. Con respecto a lo que dije antes, tengo bien en claro que mi prima
cada vez que sale al patio con su teléfono, no se propone molestarme; lo que
pasa es que hay muchas cosas que mi irritan y me exasperan, sentimientos que me
desbordan por la impotencia de no saber cómo enfrentarlos y, ya sabrás entender
que ignorar, es lo que menos quiero..... Me enoja mucho escuchar a mi prima
hablando, y aunque ella no tiene nada en contra de mí, yo siento que su voz me
desgarra el alma. Que puedo hacer? En principio esto me recuerda lo que dijo
Dostoievski hablando sobre la locura. En su libro Crimen y Castigo, él dice que
la locura no se debe a un daño del cerebro considerable, sino que antes de eso,
a una mala interpretación de los hechos y circunstancias que la vida nos
plantea. Pues bien, creo que en mi caso hay algo de todo eso. Entiendo que
estoy equivocado en odiar a mi prima solo por escucharla hablar, pero si bien
teóricamente entiendo el concepto, eso no me basta para serenarme y evitar el
flagelo. Han pasado más de diez años desde que me fui de la casa de mis padres,
y aún hoy no pude resolver todo este asunto de la convivencia.
Día dos
Suena el teléfono tipo once de la mañana, y siendo arrancado
de mi sueño, me veo obligado a contestar. Del otro lado una voz madrugadora me
pregunta si tengo cartuchos para reciclar, y entonces yo, sin poder salir de mi
asombro, le digo que no tengo, y cuelgo el teléfono. Me acodo nuevamente entre
mis sabanas y vuelvo a dormir. Lentamente ingreso en un estado de
seminconsciencia que oscila entre el sueño y la vigilia; otra vez la insoportable
voz de mi prima Cecilia, cantándole canciones a la pequeña Amanda. Haciendo un
esfuerzo por tratar de ser indiferente, me tapo con la sábana hasta el cuello y
cierro los ojos. Con el transcurso de los minutos, me voy hundiendo en el
interior gozoso de un sueño evasivo... Casi sin sentir ninguna clase de culpa,
me doy cuenta que la voz chillona y asmática de mi prima, ya no representa una
molestia significativa. Voy comprendiendo que su elección de haber formado una
familia, es suya y de nadie más. Entiendo que el beneficio que otorga, demanda
un gran sacrificio y, si entonces ella siente la necesidad de madrugar para
ayudar a su familia, es una decisión suya y de nadie más; nadie se lo impone,
nadie le exige lo que debe hacer, tan solo su conciencia. Aquel sentimiento de
culpa, es propio de quienes aún necesitan agradar a los demás y ser aceptados.
Salvando las distancias, creo que esto es lo que me sucede. No puedo levantarme
temprano, porque prefiero disfrutar de un descanso largo y corrido, pero al mismo
tiempo, si bien ese descanso es completamente reparador, por otro lado me
genera cierta culpa que no puedo tolerar. Los ciudadanos llamados a ser
decentes, son personas trabajadoras y responsables, que han sabido sacrificar
la embriaguez del sueño para evitar el peso de los cuestionamientos y la moral.
Yo en cambio, desde mi conjetura teórica, estoy convencido que en los sueños,
si bien es cierto que estamos dormidos, por otro lado el cerebro continúa
trabajando y visualizando imágenes asociadas con la realidad. Aunque sea
difícil de comprender, en los sueños, también elegimos, nos manifestamos y
tomamos decisiones; la diferencia con la realidad, es que todo aquello, no
implica un desgaste físico, sino mental o psíquico según el caso. Las aventuras
que transcurren en el sueño son tan necesarias como aquellas que transcurren en
el plano de la realidad. Sin la capacidad de sueño, la fantasía no podría
existir. Por todo ello, es que me doy cuenta, que durante todo este tiempo que
la pasé durmiendo hasta el mediodía, he vivido y presenciado, toda clase de
revelaciones únicas y maravillosas, que me ayudaron a crecer y a entender, que
no por madrugar se alcanza antes el objetivo. Por eso, y considerando la culpa
que mi prima me hace sentir, ya mismo estoy en condiciones de inyectar en mi
doctrina un concepto nuevo en cuanto a dormir se refiere. Si mi naturaleza me
lleva a través de un sueño profundo y gratificante, porque debería yo
mancillarlo? A mi parecer aquellos que interrumpen el sueño, no han sabido considerar
su enorme beneficio, pero aún así y, a pesar mío, yo no tengo ninguna autoridad
para cuestionar sus decisiones. Comprendo que en este sistema social de
productividad y rendimiento, el sueño parece haberse transformado en una
prohibición, tal y como puede ser el cannabis o el alcohol; pero cualquiera que
haya explorado e investigado a los efectos de entender su verdad, sabe bien que
esas prohibiciones, se han proyectado con el único fin de potenciar la
productividad del hombre. Ahora que los tiempos están cambiando, y con ello,
comienzan a aparecer algunos sistemas electrónicos que van reemplazando la mano
de obra, el ser humano ya no necesita trabajar para subsistir, sino que lo hace
para comprender y resolver los enigmas que involucran el ser. Será este el gran
aporte que la tecnología le está haciendo a la humanidad?
Capitulo 1
Considerando que no soporto la maldad en ninguna de sus
formas, quiero señalar que me cuesta mucho tolerar al Turco. Me parece un tipo
que lo único que sabe hacer es despreciar, insultar, y hablar de la mujer como
si entendiera todos sus misterios. Es un boludo. Le gusta llamar la atención en
todo, por eso entiendo que sea amigo del Pato. El Turco y él están en la misma
sintonía. Propio de un temperamento agresivo es un espíritu estrecho y
putrefacto. Sin embargo tengo que reconocer que personas de su tipo sirven para
ocupar un lugar en la sociedad. Evidentemente vos y yo, ocupamos otro distinto,
pero aun así mi consejo es que aprendas a respetar esa diferencia. No tienes por
qué medirte con él solo porque no simpatiza contigo. Hay personas que buscan
para su vida otro tipo de objetivos, y en sus valores ellos están convencidos
de estar haciendo lo correcto. Existe incompatibilidad, en todas aquellas
personas cuyos propósitos son diametralmente opuestos. Por eso si no puedes
abordar a una persona con la simpatía, lo mejor será mantener distancia con el
respeto.
-------
Voy a comenzar a tomarme la costumbre de escribir siempre
sobre el mismo archivo, así me será más fácil cuando tenga que montarlo en la
pc. No pienso en publicar nada, pero creo por alguna razón que no estaría mal
tener estos textos en un formato más dócil y maleable como seguramente lo es el
papel. Ahora mismo estoy viajando en colectivo hacia el trabajo. Afuera llueve
y aunque llevo conmigo mi cuaderno de dibujo, es poco probable que me siente a
trabajar. Hace un par de meses que estoy con la idea fija de conseguirme una
Tablet. Miro videos, analizo el hardware, el stylus, el sistema operativo, etc.
etc. Tal vez se haya convertido en una obsesión, pero me encantaría tener una
para poder dibujar más rápida y cómodamente. Es probable que todo esto te
resulte una estupidez, pero es lo que ocurre. Estoy pensando en volver a hacer
algo de radio. Creo que me vendría bien estudiar un poco más mis delirios. Si
bien es cierto que mis reflexiones son un poco caóticas, a mi consideración no
son absolutamente incongruentes. O sí?
---------
Se confirman mis sospechas, soy un ser sumamente
susceptible. Cualquier tipo de contacto con otra persona que no seas vos, me
altera más de lo que pudieras imaginar. Tuve un encuentro con Maxi, el Turco, y
el boludo de Alfredo Palavecino. Únicamente intente señalar que no me gusta que
me molesten con cuestiones sexuales. Pero al parecer metí el dedo donde no
debía. Ahora yo pregunto, como se le puede pedir a un travesti y a un hombre
que tiene hijos con cualquier mujer, que no tengan pensamientos sádicos? Cada
cual en la vida elige el camino que quiere seguir, pero aun así nadie tiene el derecho
de obligar a los demás a que piensen como ellos. Si en su rebaño se sienten
seguros, mejor que se queden ahí. Yo estando aquí contigo, siento que no
necesito nada más. Tal vez esta paz relativa, sea el resultado final de mi
relación con vos. Es probable que estando solo, sea reiterativo y aburrido,
pero no crees que la gente extrovertida que dialoga con los demás también lo
es? Digo... Hablar más no significa que sean más profundos en la palabra, esa
es la única diferencia.
------
El sexo es como el hambre de los pobres, cuanto más te
falta, más lo deseas, y cuanto más lo deseas, más lo disfrutas.
-----
El odio es como la rivalidad en el futbol, aunque sea una
cuestión de camisetas, siempre sucederá. Es un odio sin argumentos que el
hombre se inventa para sentirse alguien. Pero es tan absurdo, como equivocado.
Así como los equipos se diferencian por sus camisetas, los hombres se
distinguen por sus valores. Esas diferencias, existirán siempre. Discutir con
aquel que nos ofende, es como tratar de que el fanático cambie de camiseta o de
institución.
---------
Estoy cansado y me duele la rodilla, creo que tendría que
haber ido al trabajo en bondi. Abajo en la oficina de luces están riendo a
carcajadas, y haciendo bromas por cualquier cosa. Me doy cuenta que no soy
parecido a nadie. Hay algo en mí que me tiene atado al silencio. Esta vez me
siento cómodo. Por alguna razón disfruto mucho alejándome de los demás. Siempre
preferí la distancia en lugar de la cercanía. Mientras tanto en la oficina de luces,
siguen hablando de dinero. No comprendo cómo pueden poner tanto esmero en
hablar sin pausas. Sobre todo considerando que son asuntos sin relevancia. No
digo que mis observaciones tengan mayor trascendencia, pero al menos intento
considerar que si estamos aquí es por una razón. Ayer mientras volvía a casa,
iba pensando en la voluntad común. Siendo que fuimos enviados para aprender, no
hay garantías de que el voto común este acertado. Es probable que todos
nosotros estemos en un error. A veces pienso en el futbol, el dinero y la
política, y sospecho que nuestra atención, probablemente haya sido desviada
hacia diversos objetivos efímeros y circunstanciales.
-----
Sucede que hoy vino el carpintero, y mientras me siento a
esperar en la cocina que termine con su trabajo, comienzo a entender que jamás
podré reparar mi pereza y mi estupidez; sobre todo considerando que mi cerebro
esta inutilizado. La medicación me mantiene adormecido, y el asunto con eso es
que no solo duermo todo el día, sino que además, casi no tengo contacto social.
Hoy dormí hasta el mediodía, y aun siendo que ya pasaron algunas horas, todavía
tengo sueño.
Me siento en el sillón a un costado de la ventana. Por la
radio suena bb King, y mientras me detengo a descansar las piernas, otra vez me
asaltan pensamientos terminales y fatalistas sobre la muerte. Ahora pienso en
el personaje que hago en el teatro, y según veo, no coincide con la realidad
que me toca vivir. Yo creía que iba a poder ser digno de mi existencia, pero
siendo sincero, soy un completo desastre.
Me apena escribir sabiendo que no habrá nadie para leer
esto. Y considerando lo mucho que siempre adoré la vida, me duele en el alma
aceptar que pronto pasaré a la marginalidad. Conociendo todo el dolor que
existe en el mundo, la muerte debería ser una curación definitiva.
De todas formas si existe algo positivo en la Olanzapína,
eso debe ser la paz que siento cuando estoy solo. Claro que a veces me aburro y
me angustio, pero también veo que eso es algo que le ocurre a la mayoría de los
pacientes que toman esta medicación.
Según Fernando no es conveniente cambiar la medicación
ahora. Me apena mucho saber que mi enfermedad fue generada por el puto
cannabis...
Según mi vieja, el problema no fue el cannabis sino los
genes. Aparentemente todo esto se debe a una herencia que recibí de mis
antepasados. Ahora que lo pienso tal vez esté siendo demasiado severo conmigo
mismo. Quizás lo mejor sea olvidarme de todo esto, y tratar de ofrecer lo mejor
de mí. Desde que comenzó este año, vengo trabajando a buen ritmo, sin embargo
estoy convencido que mi producción mejoraría mucho si tuviera una Tablet
decente para trabajar. Yo sé que soy reiterativo y me quejo mucho, pero veo
pasar el tiempo y desde que conseguí la cintiq hacen ya 8 años, no tuve la oportunidad
de acceder a nada que la complemente o la remplace. Ahora cuento con un escáner
A4 cuya lámpara esta gastada, y la primer generación de cintiq, que si bien es
cierto que me ayudó mucho, por otro lado la pantalla ya está vieja y rayada.
Estoy agotado, eh vuelto a trabajar y aunque parezca
contradictorio, no hay nada para hacer aquí. Me asusta mucho considerar que son
las nueve de la noche, y yo ya estoy muerto del sueño. Claro que dibujé algo,
pero a mi consideración no está a la altura de Aquila Cristal. Como nota
personal, estos días donde no hay nada, tengo que tomar el hábito de traer mi
cuaderno de notas. Está bien escribir apretando botones, pero me resulta mucho
más eficaz dibujar la letra. Esta última hora se me va a hacer larga. Como me gustaría
tener mi propio sistema de dibujo portátil.... Soy consciente de que mi deseo
es sumamente materialista y es apenas una excusa para justificar mi desidia,
pero teniendo este problema que me agota y me mantiene alejado de la gente, no
puedo pensar en ninguna otra cosa más que en una Tablet. Es mi última
oportunidad de comenzar a vivir dignamente.
Mientras abajo en el patio se reúnen todos mis compañeros a
tomar cerveza y a charlar, yo prefiero quedarme acá mirando hacia la nada, y
dialogando con mis pensamientos. Me da algo de miedo considerar que me estoy
pareciendo a Mirta de peluquería. Vaya esa mujer se pasaba el día encerrada en
su oficina sin hacer nada al respecto. No quiero sentirme tan cansado, ni
tampoco quiero vivir tan alejado del resto. Por alguna razón aquí me siento
protegido. El silencio falso de no escuchar a nadie, me permite encontrarme
contigo, y creo que observando mis capacidades y debilidades, pienso que lo
mejor es estrechar lazos entre nosotros. De esa manera podremos pensar el
mundo, sin depender de los análisis o las reflexiones de otro.
-----
Estoy empezando a entender que algunos de mis esfuerzos no
están dando los resultados esperados. Me gustaría amar, pero no sé si alguien
podría quererme. Soy todo lo que no quisiera ser, y eso me obliga a entender
que probablemente hay cosas que estoy haciendo mal. Tampoco le quiero echar
toda la culpa a la soledad, porque en otros momentos de mi vida ya me ha tocado
pasar por esto. Veo a la gente que está a mí alrededor y es lógico para mí
sentirme un depresivo. Bueno, sinceramente, no sé si es depresión, pero estoy
seguro que al menos es temor. Quizás sea miedo a hacer el ridículo, la verdad
no lo sé. Me obsesioné tanto con el tema de la Tablet que no se si algo de eso
podría ayudarme a estar mejor. Voy a tener que hacer algo al respecto de mi
insatisfacción. No pienso que todo lo hecho hasta aquí sea obsoleto, pero estoy
convencido de que hay cosas que tengo que replantearme. Algunas personas me
desprecian, y me esquivan la mirada, me siento tan mal por eso.... No quiero
seguir siendo un raro, pero tampoco quiero negar lo que soy. Estoy convencido
que en algún momento todo este mal desaparecerá, pero por ahora es realmente
insoportable. Estoy cansado todo el día, y a duras penas alcanzo a hacer un
dibujo o a escribir algo. Y cuando digo algo, digo más de lo mismo. He caído en
un pensamiento circular, y que más quisiera yo que esto termine, o que al
menos, se modifique. Sin embargo, únicamente se van presentando pequeñas
oscilaciones, que no alcanzan a ser definitivas. Pero bueno, así es mi cerebro; esto es lo que sucede y no tengo
control sobre ello.
------
Según me han dicho, el mejor pronóstico de todos los tipos
de esquizofrenia es la paranoide. Ahora que lo pienso, aunque mi mente se
cristalice y desaparezca, al menos seguiré teniendo sensibilidad. Aprender a
quererse es una de mis metas. Aunque sea lógico que nadie de todos los que
están aquí entienden por lo que me toca pasar, aún estoy yo. Yo si te
comprendo, y prometo ayudarte siempre que pueda y me dejes hacerlo.
Acá en el colectivo tengo una mujer al lado que habla con su
amiga por teléfono. Me doy cuenta que si bien es cierto que quiero amar, por
otro lado no estoy seguro si una relación me vendría bien en este momento. Tengo
una promesa acerca de mis comics, que aunque sea estúpida y vacía, me sirve
para seguir creyendo en un mañana mejor.
-------
Será la compañía un mal necesario? Nunca antes me sentí tan
abobado como ahora. Escribo mal y me cuesta prestarle atención a la gente. Yo
sé que muchos deben pensar de mí que soy un mal tipo, pero no tengo malas
intenciones, es solo que me cuesta... Me cuesta mucho... No puedo amar si no
siento que mi amor será útil. Poco a poco me marchito, y este inexpugnable
descenso será mi última condena. Después seré libre, y podré mirar al otro como
un igual. No existirán las diferencias, y todos seremos parte de un mismo
propósito.
-----
Quiero probar volver a amar. Sin embargo hoy vi una pareja
de paralíticos y entendí que así debería ser. Uno con la misma deficiencia del
otro, y ambos complementándose y ayudándose. Así quiero que sea.
-----
Ahora entiendo porque hay gente que ya no escribe, ni
dibuja, ni manifiesta inquietudes. Puedo entender que el estado depresivo no es
solo sentirse mal y desanimado, sino que también te quita las ganas de todo.
------
Ya no se para que guardo tantas palabras, si todas ellas
hablan sobre lo mismo. Quizás sea mi voluntad de supervivencia, o tal vez sea
simplemente un mero capricho. La pretensión de llegar a ser lo que nunca
sucederá. Felicidad.
------
Sospecho que si hay algo que me es propio en esta vida, eso
no es el cuerpo, sino la energía que fluye a través de él.
-----
Estoy escuchando en la tele que el origen del sufrimiento es
el deseo.
-----
Hoy ya me levante más aliviado. Tupi me arregló el
lavarropas y los cartuchos que compré para la impresora funcionan de primera.
Por suerte la impresora no se rompió. La única cagada del día de hoy es que se
me partió un diente y recién en 12 días tengo turno.
--------
No me queda más opción que hablarte. Para la vida que llevo,
dormir 12 horas no está mal. Puedo hacer muchas cosas en 12 horas. Lo que si me
complica es mi ineptitud para fundirme en el trabajo. A medida que pasa el
tiempo, voy teniendo menos fuerzas para trabajar. Solo me queda la experiencia,
y el testimonio de lo que soy capaz de hacer.
------
La única verdad es que mi apatía es el resultado de la
enfermedad. Debería intentar dejar de hablar de esto. De alguna manera mi estado
de desesperación, se ha vuelto una obsesión que no me deja tranquilo. No quiero
ser reiterativo, ni tampoco quiero vivir amargado. Esta es una excelente
oportunidad para poner el foco en otra cosa.
-------
Ahora mismo mi mente tiene un letargo. Breves lapsus sobre
los cuales no tengo ningún poder ni control.
------
Hoy ya me siento mejor, pasaron algunos días y ya me siento
más animado. Sé que soy realmente inestable, pero entiendo lo que está mal y lo
que no. Bueno al menos eso creo. Veo que necesito reír, pero mi enfermedad hace
que me cueste mucho más que a cualquiera.
-------
Me gustaría ser feliz, pero no puedo. Tal vez existan cosas
que me gustaría hablar con vos, pero vaya que soy lento. Me quedo mirando fijo
el celular y no sé cómo resolver la próxima frase que voy a decir. Y es que no
solo tengo algunas dificultades para comunicarme conmigo, sino también con los
demás.
-------
Me cuesta muchísimo pensar alrededor de todo este ruido. Es
lógico que todos estemos preocupados por dejar algo, pero es inútil empujarnos
y molestarnos entre nosotros. Quiero irme. Quiero trabajar sábados y domingos.
Quiero tener la semana libre. Esto no es trabajo. Esto no me gusta, no es lo
que quiero. Pienso que debería hablar con Oscar para ver lo que me cuenta acerca
de cómo es el trabajo allá. Ahora mismo no puedo sentarme a trabajar, alrededor
de mi hay mucho barullo. Todo esto me perturba y me incomoda. Estoy cansado. No
quiero pensar que mi falta de motivación es producto de este estúpido trabajo,
pero tengo la impresión de que es así. No puedo sentarme a trabajar en un lugar
donde todo el mundo está haciendo cosas diferentes. Los técnicos toman mate
mirando la televisión, y los actores hablan y se mueven sin descanso. Jamás
pensé que iba a decir esto pero extraño a Oscar.
---------
Yo sé que no le pongo mucha onda, pero esto es el colmo.
Ahora resulta que Fernando no me quiere atender porque dice que llego tarde.
Tal vez sea cierto, pero como piensa que tomando 5mg de Olanzapína voy a poder
madrugar? Esto es el colmo, me parece muy desconsiderado de su parte. De otros
pacientes vaya y pase, pero de mi.... Que injusto.
--------
Mi expectativa no es muy grande. Únicamente espero ser
fuerte y sobreponerme del dolor. No me he resignado, solo estoy conforme con los
resultados. Entiendo que pasamos por esta existencia, buscando ser útiles a los
demás. Por eso cada día que me encuentra de brazos cruzados, es un día muerto.
Me atormenta mi pobreza. Veo tantas herramientas hermosas que me ayudarían con
mi trabajo, que no puedo evitar codiciarlas. Pasará mucho tiempo antes de que
pueda tener la mía propia. Mientras tanto aquí estoy.... Mi pensamiento no
trasciende, mi orgullo tampoco. Me muevo y camino. Mi sistema motriz funciona;
pero no mucho. Solía ser un alfa romeo, ahora soy un Fiat 600. No te enfades
conmigo, necesito quejarme. Es la única forma de encontrar consuelo. No me
gusta mostrarme vulnerable. No quiero que la gente me compadezca. Hasta aquí
pude amarme a pesar de mis defectos. Ahora sé que la peor pesadilla está por
llegar. Si voy a degenerarme, espero poder conservar mi conciencia. Una chica
en el colectivo dice que los esquizofrénicos no miden la realidad. Mientras
escucho esto, se me parte el corazón. Quizás este mundo risueño y fantástico en
el que viven mis pensamientos, se encuentre muy lejos de la realidad absoluta,
pero a mi parecer esta fantasía, es mucho más amistosa que su presente
continuo. Es probable que sea un enfermo
mental, pero aún tengo un corazón. Creo.
--------
Me siento muy triste y solo. No puedo hablar con nadie, todo
me asusta. La gente me da miedo. Me hablan y no entiendo, confundo las cosas.
Hoy fue el día del padre y después de ver a mi viejo, me olvidé de abrazarlo y
darle un beso. No puedo perdonarme ser así. Acabo de dibujar una tira de dedo
fideo sumamente trágica. Estoy perdiendo vitalidad. Me levanto muy tarde, y no
puedo revertirlo. Sé que no coordino ni tampoco encajo, pero a pesar de ser
rechazado, hago el intento. Eso soy, un intento de ser útil a los demás.
Es cierto que no tengo que irme de acá. Si tuviera toda la
semana libre me faltaría relación con los demás. O debería decir amor. Y es que
solo hay una cosa más intensa que el arte. El amor.
------
El odontólogo me pregunta si tomo una medicación, y a mí me
duele mucho decirle que tomo Olanzapína. Luego me pregunta de qué enfermedad
es, y no me queda otro motivo que decirle que es esquizofrenia. Que fuerte me
suena esa palabra. Siempre me costó mucho reconocerlo, pero a esta edad es
inútil negarlo. Me duele ser esto, y aunque aún no puedo creerlo, ya es tiempo
de que asuma mi condena.
------
Siento que mis pensamientos no me obedecen. Quiero pensar en
algo y no resulta. Mi voz propia desaparece. Me muero en vida, y me convierto
en un vegetal. Sé que no sirvo a los fines de esta sociedad, pero que puede
hacer? Doy lo mejor de mí, y ni siquiera eso funciona. : (
--------
Fumar flores para liberar el stress, me ha dado resultado.
Solo que la gente que está a mí al rededor no tolera que yo hable de mis
problemas. Quizás sea hora de que haga un cambio en mi vida, y deje de absorber
tanto dolor. Tal vez sea momento de volver al amor.
-------
Voy dibujando la siguiente página de Aquila, pero no me
siento satisfecho. Mi corazón late pero no siente. Mi boca tiene palabras para
decir, pero no hay discurso alguno que pueda curarme. Estoy cada vez más
cansado. Quiero seguir peleando por mi sueño, pero mucho me temo que ya estoy
vencido. Estoy crucificado en vida. Sin nada que dar ni ofrecer. Voy por la
vida guiado por un pensamiento que no controlo. Como podría seguir así. Si no
hago algo para volver a sentir, pronto estaré muerto. Ajeno a todo y a todos.
Triste pero aún con vida. Indiferente a lo que me rodea, pero presente aún.
-------
Según he leído, el habla y el pensamiento conceptual, se
desarrollan a través del vínculo social. Pero el problema de la esquizofrenia,
es el sentimiento de rechazo que genera el sistema nervioso central como forma
de protección, para no salir lastimado.
---------
A todos nos sucede, pero de alguna manera a mí se me
presenta en mayor grado. Me refiero a la paranoia. Vienen las elecciones y no
dejo de pensar si lo haré bien o mal. Me preocupa lo que la gente pensará de
mí, y me aterra considerar que no podré leer bien los números del DNI. Poco a
poco voy entendiendo a que se refiere mi diagnóstico de esquizofrenia
paranoide. Seguramente este tipo de miedos no existirían si no tuviera esta
enfermedad. Pero lo peor de todo es que no puedo dejar de pensar en ello. Estoy
atrapado en mis pensamientos. Todo cambia, el mundo avanza y yo sigo estancado
en el mismo lugar.
-------
La vida de un hombre puede ser simultáneamente pobre, pero
cuando se la reproduce de principio a fin, cobra una belleza incalculable.
---------
Quisiera armar un estudio de música en mi casa. Creo que en
lugar de pagar el curso, podría juntarme esa plata para comprarme la mesa, los
parlantes, el controlador mide, y la compu. Aun así creo que todavía no tengo
esa plata, así que mientras espero que mi hermano se mude, podría arrancar el
curso. Sí, eso creo. Por otro lado después de hablar con Fernando hay una cosa
que es incuestionable. Mejor que decir es hacer. Por eso me parece muy
importante aguardar un tiempo, ahorrar todo lo que pueda, e ir por una Tablet
para trabajar en el laburo. Después de todo, para no achancharme, necesito
poner mi cabeza en algún proyecto original y serio. Estoy seguro que mi padre
no lo podrá entender, pero si no comienzo desde ahora, jamás podré comprarla.
-------------
Anoche en la casa de Hernán fumamos marihuana y tomamos
alcohol. Ya sabrás que cuando fumo, tengo la tendencia a contar toda clase de
cosas. Ahora mismo me siento en el colectivo y no dejo de pensar en cosas
entrecortadas y absurdas. A veces creo equivocadamente que la gente me observa,
y ocupa sus ideas en insultos y ofensas en mi contra. Y siendo un eromaníaco,
de las mujeres me asusta mi hábito de pensar que están enamoradas de mí. Vos y
yo sabemos que nadie se puede enamorar por el hecho de verte una vez, ni
tampoco la gente te va a odiar de la noche a la mañana sin tener razón para
hacerlo. Me doy cuenta que son delirios, que vienen de un pasado traumático, y
que tengo que reprimir e impedir. Cualquier pensamiento al que se le da un
poder se alimenta, crece, y se desarrolla. Si aparece una idea que te hace
sentir mal y no te gusta, queda en vos cancelarla para que no avance, y se
convierta en paranoia.
----------
La noción de que Ezequiel y mi hermana me evalúan cuando
estoy haciendo un video, es un tipo de paranoia a la cual debo restarle
importancia. Después de todo, si es importante para mí, tengo que seguir
haciéndolo.
-------
Mi memoria funciona de manera extraña. Recuerdo los eventos
a largo plazo, pero me cuesta mucho recordar lo inmediato. Por eso siempre
tengo la sensación de que no estoy aprendiendo nada.
--------
Siempre me asusto ver a mis viejos pelear entre ellos. Ahora
de grande me asusta que la gente se enfade conmigo. Pero cuando lo pienso dos
veces, ese miedo que me invade involuntariamente, después de haberlo vivido
tantas veces, es un sentimiento que debería poder controlar. Quizás en el
hábito de reconocer mi paranoia, acabe por entender que sufrir sin motivo, no
vale la pena.
--------
Me duermo. La función es larga, aburrida y tediosa. No puedo
concentrarme en lo que ocurre en el escenario, porque mucho no me importa.
Podría hablarte pero creo que ya te expliqué cómo me siento. Claro que eso no
quiere decir que lo resolví, pero en ese aspecto siento que me acerque un poco
a la solución. He redescubierto el significado de la paranoia, y siendo que su
naturaleza me lastima involuntariamente, tendré que encontrar la forma de
reinterpretarla; ese será entonces mi objetivo.
Capitulo 2
No hay nada de nada para comprar. Busque tabletas baratas
que me sirvan para trabajar, pero no encontré nada. Pienso que fue un día
absolutamente improductivo. Estoy gordo, pelado, y sin arte. Me gustaría darme
un regalo, pero no tengo plata. Y aunque no quieras creerlo, las personas no me
apoyan demasiado en mis emprendimientos artísticos. Más allá de todo, yo quiero
seguir intentándolo. Hasta el fin de mis días, quiero seguir intentándolo.
--------
Así son las cosas, no es algo que yo pueda manejar,
simplemente no creo tener voluntad para dibujar. Creo que aunque intente
obligarme, únicamente voy a conseguir frustrarme más de lo que ya estoy. Así
que viviré un tiempo de mis logros, hasta que vuelva a enamorarme y la
perspectiva mejore.
-------
Es cierto que dormir doce horas sigue dándome algo de pena,
pero que puedo hacer? Bajo los efectos de la medicación cuando mis ojos se
abren, ya es de mediodía. Estoy mucho mejor que hace algunas semanas, donde me
invadían los pensamientos terminales. Y la verdad es que aun habiendo pasado lo
peor, sigo sintiéndome derrotado. Aquí, en un mundo donde todo es producir y
cultivar buenos recuerdos, está mal visto dormir tanto. Y si bien es cierto que
todo eso lo tengo en claro, se ha vuelto imposible modificarlo. Ya no me
importa ser útil a la sociedad, lo único que quiero es actualizar esos viejos
recuerdos de dolor, por algunos mejores. Me da pena sentarme a mirar la vida
cuando hay tanto por hacer. Bajo a la casa de mi hermana, y allí está mi mamá
haciendo dormir a Amanda. De paso me prepara una deliciosa carne al horno con
verduras, y yo ya me siento un poco mejor.
-------
Durante el día estoy en movimiento permanente. Pienso al
mismo tiempo que me muevo, y a veces eso me agota. Sueño con la belleza propia
y de mis dibujos. También con la belleza de la mujer y del mundo. Yo sueño y
espero, pero también ansío y desespero.
Últimamente no estoy teniendo suerte con esto de esperar.
Ahora estoy acá en el consultorio, y otra vez soy el ultimo en ser atendido. Ya
pasó una hora desde que espero los resultados, pero con un poco de suerte, si
el estudio salió bien, en un rato más me voy.
--------
Pienso que me vendría bien leer otro autor. Últimamente
estoy leyendo mucho sobre mí, y la verdad es que estaría necesitando
identificarme en el otro, y hacer empatía. No me siento muy normal que digamos,
pero hago grandes esfuerzos para que eso suceda. A veces pienso que el costo de
estar en silencio es muy grande. Pero también es cierto que si mi dolor puede
servir de ejemplo a los demás, estaría yo dispuesto a seguir resistiéndolo.
---------
Podrías creerlo? Hoy estuve cinco horas seguidas leyendo
artículos sobre Lenovo thinkpad yoga y Surface pro 3. Todo ese tiempo dedicado
para llegar a la misma conclusión. Surface Pro 3
--------
Creo que estoy en paz. A ver cuánto me dura.
--------
Hoy mientras venía en colectivo pensaba en el curso. Me dije
a mi mismo, que ya era hora de comenzar. Más allá de todo, comprendo que tengo
mucho por hacer. Si bien es cierto que artísticamente estoy en un bache, y sigo
repitiéndome en lo mismo que ya hice, hay algo que me asusta y me quita el
sueño. Retroceder, empeorar, y degenerarme..... Es eso lo que me atormenta. No
quiero darle mucha importancia, pero sospecho que estéticamente estoy
empeorando. Si pierdo el amor por mi figura, perderé la sensibilidad por mi
arte. ¿Qué diferencia habría entre eso y morir? Me doy cuenta que otra vez
estoy teniendo toda clase de pensamientos terminales. Igual no voy a
psicopatiarme, si esta es mi verdad, prometo abrazarla. Después de pensarlo un
poco, todo este asunto incansable del dolor, me ha llevado hasta aquí. Ahora
que he perdido toda esperanza de ser amado, he comprendido que de haber sabido
lo que me deparaba el destino, jamás hubiera elegido nacer.
--------
Mi paranoia no es otra cosa, que una sutil distorsión entre
la intención de un comentario y lo que yo interpreto. Entender equivocadamente
a las personas, muchas veces produce que los demás se asusten y se alejen. No
existe otra explicación. Es paradójico decir que entiendo lo que siento, pero
distorsiono lo que escucho. Qué más puedo hacer?
--------
Después de una nueva página de Aquila, me levanto tarde al
mediodía. Voy a trabajar y todos juntos cenamos chorizos a la pomarola en el
patio del teatro. Poco a poco voy entendiendo la importancia de estar con gente
y participar de una sana conversación. Examinar mi conducta en la relación con
el otro me ayuda a reconsiderar mi paranoia, y por consiguiente a tratar de
evitarla.
---------
Me doy cuenta de que probablemente sea un error buscar
culpables de nuestra desgracia. Entiendo que la gente no quiere hacer un mal.
Es como cuando yo me enojo, no lo hago voluntariamente, simplemente sucede. A
veces por una mala interpretación, otras veces por prepotencia. Sin embargo
tomar en cuenta está debilidad tal vez nos permita minimizar la paranoia y los
riesgos de enojarse y desesperarse sin motivo físico aparente.
Muchas veces suelo tejer pretextos equivocados al respecto
de lo que piensan de mí. Y es por eso que más allá de mis teorías, todo lo que
siento cuando enfrento a la gente, es relativo. A veces cuando estoy entre
personas me incomoda el silencio, pero aun así entiendo que el solo hecho de
estar acompañado, hace que el malestar se esfume y me olvide del dolor. La
relación es como un bálsamo para el espíritu.
-------
Hasta ahora tengo un buen día. Son las cuatro de la tarde,
me levanté hace apenas tres horas, pero aun así me siento bien. Sigo sintiendo
algo de culpa por dormir tanto, pero para ser honesto, no encuentro motivos
para madrugar. El arte sigue siendo todo en mi vida. Escribir, filmar, dibujar
y cantar, son cuatro cosas que no me pueden faltar. No sé cómo estarás vos
ahora, espero que sigas bien de salud. Nos leemos.
--------
Siendo completamente sincero, hoy me la pasé mirando
tabletas en internet y no hice nada productivo. Podría haber dibujado en mi
cuaderno, o quizás hubiera podido tomarme el atrevimiento de redactar unas
líneas en mi diario, pero ni siquiera eso. Estoy sumido en una depresión
artística y aunque trate de fingir que todo está bien, no puedo ocultar la realidad.
No sé hasta cuando voy a insistir con esta modalidad de vida. Ahora mismo estoy
saliendo del trabajo en dirección a casa. Probablemente me tome el atrevimiento
de terminar la página número cinco de Aquila Cristal.
--------
Sé que probablemente no te resulte gracioso leer mis
problemas, pero saber que estás ahí es mi único motivo de persistencia. Sé que
es difícil, pero te necesito. No me juzgues, no me abandones. Sé que los malos
recuerdos producen traumas, pero soy yo acaso un mal recuerdo? Piensa en mí, y
considera mi dolor como la esencia de tu sensibilidad. Averigua la manera de
ayudarme sin olvidar, y te aseguro que no seré más un motivo de ofensa.
------
Pienso que si hiciera dibujos más sintéticos, podría dibujar
más y aumentar mi producción. Si pienso en Facebook, casi nadie lee mis
historias porque son largas y se necesita atención. En cambio viendo lo que
hace Sepí, pienso que yo tal vez podría imitar un poco esa línea de dibujo. Sus
tiras se basan en ideas cortas dibujadas de manera simple, que comunican
brevemente una historia en forma de chiste. Por supuesto que me daría vergüenza
robar un estilo que no me corresponde, pero quizás puedo tomar ese concepto y
trabajarlo.
Menos mal que tengo el teléfono para escribir, sino no
sabría cómo atender una obra que ya vi como treinta veces. A mi entender lo que
me inquieta es la paranoia, y si tengo que ser franco, hoy estoy bastante
paranoico. Sé que debería reprimir este sentimiento, pero pienso que está fuera
de mi alcance. No es una percepción, es una emoción.
Me doy cuenta que si no tengo participación, si no estoy
ocupado o atendiendo una tarea, la paso mal. En la obra no debo tener más que
diez efectos, y ahora estoy en uno de esos baches donde la obra transcurre sin
que yo esté haciendo nada para que avance. Quiero ser útil. Al menos un par de
veces debería sentir que mi existencia es útil a la humanidad.
Esta angustia de ahora no es como las otras. Esta angustia
es densa y corrosiva; por más que trato de quitármela, ella persiste en
amedrentarme. Aunque no quiera aceptarlo creo que voy a tener que empezar el
curso. Cambiar el aire estar con gente, dialogar, pensar en comics.... Estoy
convencido que algo de eso necesito. No quiero equivocarme al gastar mi dinero
en eso, pero entiendo que es un buen momento para motivar un cambio. Si tan
solo tuviera mi Tablet...
------
Les dije a mis hermanos que hoy iba a comenzar el curso de
dibujo, pero después de haberlo pensado, me arrepentí. Con esta, ya es la
tercera vez que le huyo a mis palabras. Existen varias razones que me lo
impiden. Entre ellas está el dinero que quiero guardar para mi Tablet. Pero
sobre todas las cosas entiendo que aún no estoy en condiciones de ser aceptado
como dibujante. Pienso que puedo dar algo mejor de lo que ya di, y espero que llegue
el momento para que eso ocurra.
Detrás de mí hay una mujer que habla con su hija. Yo no
puedo entender muy bien sobre que está charlando, pero lo hacen animosamente,
sobre todo su madre. Me doy cuenta que una de las razones por las cuales estoy
solo, es porque me cuesta tolerar los diálogos ajenos. No me preguntes porque,
pero sospecho que puede ser una forma de envidia, por algo que los demás pueden
hacer y yo no. O tal vez, considerando mi situación actual, es probable que
todas esas cosas que evocan a la realidad objetiva, alejándome de mis
pensamientos y fantasías, me desagraden como si me arrancaran violentamente de
un sueño profundo, y agradable.
------
Hoy me la pasé en internet buscando información sobre la
Lenovo thinkpad y la Sony vaio. Francamente no encontré mucho más de lo que ya
sabía. La gente en los foros recomienda la Surface pro 3 aun teniendo un
digitalizador N-Trig. Y aunque si bien no cuento con ese dinero, creo que sería
un error para mi comprar una Surface, sobretodo porque en los próximos meses
podría aparecer una Tablet mucho más interesante que las que están ahora. Me
siento indignado; estos últimos diez años he tratado de obtener nuevas y
mejores herramientas para mi trabajo, sin embargo a razón de alquileres y otros
vejámenes, todo lo que pude comprar fue una computadora, una impresora, el
scanner, y la vieja cintiq 21UX. Escribo esto porque me cuesta mucho soltarme
de la tecnología y poner mi cabeza en la realidad objetiva. Ahora mismo estoy
por hacer función, y siendo absolutamente sincero, no me siento muy emocionado.
------
Siendo optimista creo que el arte se trata de encontrar
belleza donde otros ven basura. Pienso que en toda forma de dolor, sigue
habiendo algo de poesía. Por supuesto que la mayoría de las personas piensan
que solo la inteligencia puede motivar la belleza, pero yo no creo que eso sea
del todo cierto.....
-------
Veo el asunto de la terraza y me parece que en un futuro
próximo, quizás pueda usarlo, para invitar a mis compañeros del laburo. Será
como volver a comenzar, pero mucho mejor que lo anterior.
-------
Estoy solo en la cocina del teatro. Los martes tienen un
encanto singular. Me siento absolutamente protegido. No hay nada que me haga
daño, es cierto, pero aun así estoy aburrido. En estos momentos si tuviera mi
Tablet, podría estar pasándola muy bien. Hernán y Nacho se fueron con Chiche a
tomar cerveza. Yo en cambio prefiero quedarme acá. Aun no logro tolerar la
compañía del otro. Tengo el estúpido presentimiento de que la gente no me
tolera. Creí haber solucionado ese problema, pero aún hoy sigue estando
vigente. Me resulta difícil establecer un dialogo, cuando no encuentro nada
para decir, y creo que a nadie le gustan las personas calladas. Más allá de
todo, hoy tengo un buen día y no siento que mis problemas sean tan graves. Si
pudiera sostenerme saludable al menos 50 años más, me llamaría dichoso.
Mientras tanto, espero poder ser fuerte y seguir dibujando así como lo vengo
haciendo. Le pido a mi salud mental que reciba mi pedido y haga lo posible por ayudarme
en este aspecto, pues nada me gustaría más que partir habiendo encontrado el
amor, y con un libro de recuerdo bajo el brazo.
Han pasado algunas horas y ya faltan cinco minutos para
irnos. Hoy no dije palabra alguna. Me cruce con chiche y con Hernán pero no
pude ni tampoco quise decir nada.
-------
Estoy transcribiendo las notas de celular, y releyendo
viejos cuadernos. De acá a cinco años es increíble todo lo que cambié. Existen
muchas cosas de las cuales me arrepiento, no solo acciones sino también
palabras. Alguna de las causas y los motivos que provocaron esas desventuras,
son precisamente referencias a la soledad y al odio. Aunque todavía no estoy
muy seguro, existe algo en esas palabras que según veo, se reiteran y me tienen
atrapado en ese sentimiento. Es lógico que necesito pensar en vos, pero si no
puedo querer a las personas que me rodean, como podría quererte?
--------
Estuve viendo algunos juegos de la PlayStation 4 y
francamente quisiera tener una. Ya sé que tengo 32 años y de alguna forma estoy
grande para esto. Pero vos mejor que nadie sabe todo el tiempo que he pasado
lejos de mis viejos pasatiempos, sin lograr obtener por ello una felicidad
mayor. Aun hoy sigo mirando dibujos animados, leyendo comics, dibujando
también, y todo eso estaría bien complementado si tuviera mi estación de
juegos. Ahora mismo recuerdo cuando jugábamos a la PlayStation con mis
hermanos, qué tiempos aquellos. Francamente solía pasarlo muy bien. No tenía
vergüenza de nada, y disfrutaba mucho su compañía, en cambio ahora todo se
oscureció. Mi paranoia no me permite disfrutar de la compañía como lo hacía
antes, y las exigencias de mis padres son muy altas para que pueda relajarme.
En ese sentido estoy mucho peor que antes, pero también es cierto que de todo
esto algo aprendí. Pronto mi hermano Miguel va a mudarse al lado de mi casa, y
dentro de algunos años Amanda ya será más grande. Pienso que mi futuro en
cuestiones sentimentales y económicas me dará una segunda chance. No quiero
desperdiciarla.
------
Los errores morales desencadenan errores estéticos. Ser
tolerante con el error y observar meticulosamente el pasado, nos enseña a ser
pacientes con el trabajo....
-------
Gente = Paranoia
Mucha Gente = Mucha Paranoia
Estoy trabajando para terminar con este miedo. Siempre tuve
miedo de hacer el estúpido frente a los demás. Sé que es equivocado, pero
durante años he buscado parecerme a las personas que admiro, y al hacerlo me
olvide de ser yo. Pero como podría ser libre, cuando mi mente me engaña todo el
tiempo? Tengo que aprender a defender lo que me gusta, eso lo sé. Tengo un
trauma con las personas, y nada más quisiera yo que averiguar ese motivo. Mi
mente olvida y de pronto es como si tuviera que volver a conocerlos a todos. Lo
mismo me pasa cuando dibujo. Siempre tengo que volver a aprender. Será esa una
debilidad o una virtud?
---------
Es increíble considerar como las depresiones cumplen su
ciclo y se terminan. Estoy encontrando en los textos un lugar donde vivir. Me
alegra mucho leerte y saber que estas cambiando. Veo que tengo el poder de
indignarme con mi pasado, encontrándole motivos a esa indignación. Saber
reconocer los errores y los aciertos es una virtud que no cualquiera posee. Tú
la tienes, utilízala. Por eso te acompaño así, despacio y lentamente. Lo hago
porque quiero verte cambiar y ser mejor. Justo como lo estas siendo ahora...
-------
Después de haber estado leyendo viejos diarios de mi antiguo
pasado, mi estado emocional cambió drásticamente. Yo sabía que había una
palabra que definía como ninguna otra, esto que estoy sintiendo. Ahora viajando
en colectivo y habiendo transcurrido algunas horas, recuerdo que esa palabra
que estaba buscando se llama neurosis.
-------
La velocidad del silencio es más rápida que la velocidad de
la luz, por la sencilla razón que alcanza antes el objetivo.
Después de un abrazo con Hernán, comienzo a entender que mis
reflexiones son más largas y sustanciales que en otro momento de mi vida.
Siempre me gustaron más las reflexiones largas que los pensamientos cortos. Y
ahora eso es lo que está ocurriendo. Creo que me abrí demasiado, pero está
bien. La mente me engaña. Soy amigo de la gente pero no puedo sostener un
discurso vertiginoso sin dejar de sospechar que toda consecuencia, puede ser
desagradable. Me alegra que esto suceda, pero no quiero que se convierta en un
trauma. Necesito que ese momento, sea algo que ya conozco. Un sentimiento
amigable, conocido y argumentado, que sepa recibirme con los brazos abiertos.
Bien. No quiero confundirte Juan. Pero me gustaría que sepas que todo esto que
ahora siento, es maravilloso y es producto de la relectura y el enfrentamiento
con un tiempo anterior. Quizás leer en dos días, lo que ocurrió en dos años,
tenga un resultado incierto, pero esa neurosis me ayuda a ser algo mejor de lo
que fui, de eso no tengas dudas. Como verás no puedo dejar de escribir, siento
que si lo hiciera no sabría cómo interactuar con Nacho y con Hernán que están
detrás mío. Esto es lo que sucede. Sucede que no tengo el valor para soltar
este sentimiento de amor y fraternidad que es sumamente hermoso e inabarcable.
Pero debo dejarlo. Al fin y al cabo es como los hijos, una vez que maduraron y
son independientes, lo mejor es dejarlos partir.
-------
Estas preocupado por algo que no tiene sentido. Después de
todo aunque te cueste soltarlo, lo único que tiene importancia es aprender a
eximir lo desagradable, y abrazar el placer. Sabes Juan, hay momentos en la
vida donde nos cabe entender que no todo lo que deseamos se cumple. El pobre
podría pasarse una vida buscando la riqueza, mientras a su al rededor, ve pasar
lo más importante, el estar presente abrazando el tiempo. No puedo ser
indiferente al esfuerzo de la gente, sin embargo entiendo que esos esfuerzos no
se concretan con un logro material, sino con un saber. El saber vivir mejor.
Ser amable y comprensivo, acompañar sin invadir, ni hacer daño. El saber de
llegar a viejo sabiendo que estamos en presencia de una posibilidad. La
posibilidad de acceder al trauma, y volver a enfrentarlo.
-------
Muchos pensamos que odiar es la mejor forma de terminar con
el trauma. Lo que no se dan cuenta es que haciendo eso cambiamos uno viejo por
otro nuevo. El ser humano es sensible al hábito, motivar un sentimiento, lo
alimenta y lo potencia. Hace rato estuve mirándome de cerca, y el recuerdo de
haberlo disfrutado me hace querer volver a hacerlo otra vez. Sin embargo no. No
me ahogaré de vuelta en el suave contacto de mi mundo conocido, después de
todo, ahora mismo me toca pedir perdón y bajar la guardia. Enfrentaré a los
otros, y pediré perdón, lamentando los hechos. Eso me calmará, y me dejará
vivir más tranquilo con mi conciencia. Al menos así lo espero.
-------------
Llegando al teatro, me propuse no bizquear. Por eso me senté
a tomar mate con Tamara, Sandra, Cacho, Marcelo y Andrés. Nacho se sumó más
tarde, pero se quedó en un rincón aislado, y no tuvo mucha participación. La
charla fue mejor de lo esperado. Las conversaciones se sucedieron naturalmente,
y al menos desde mi perspectiva no pude notar ningún trauma. Quizás esté muy
reiterativo con relación a esto, pero ahora mismo lo considero importante. Sé
que es una tontería repetirlo para memorizarlo, porque vos ya sabes de qué se
tratan esos olvidos profundos que nos entierran en la angustia, el odio, el
miedo y la confusión.
--------
Gran día para sentir y pensar las cosas. Estuve extrañamente
relajado y más contemplativo que de costumbre. Según Marcelo Gianelli, aun a
pesar de mi enfermedad, él considera que soy una persona sana; según sus
palabras, yo estoy en condiciones de tolerar el olvido y buscar en ello una
alternativa que repare y minimice el problema. Aun sabiendo que bizquear es un
completo disparate, he tomado la decisión de hacerlo por el placer de volver a
ponerme en la piel de lo que fui. Afuera está lloviendo otra vez, y si bien no
tengo paraguas, diría que no es tan grave, pues apenas garúa. Ahora voy
entendiendo que el objetivo final de una persona, es ponerse en la piel de un
viejo, para diagramar sus emociones, según aquello que nos gustaría perpetuar.
--------
El odio es un pensamiento distorsionado que no nos deja ver
la realidad de lo que está sucediendo. La cuestión sería entender que el único
método para combatir un idea equivocada es cancelándola; y en el caso de que no
se pueda controlar, lo recomendable es entender que no solo es nociva, sino que
además no sirve. Sin embargo cuando esa idea nos invade y comienza a hacernos
daño, siempre es bueno recordar que la tarea de un hombre es acostumbrar al
cuerpo para llegar a viejo lo mejor posible. Y si hay que reemplazar una idea
distorsionada por otra que no lo este, el asunto Juan es preguntarse...... Por
cual la cambiamos? Pensemos....
-------
Es mejor que los amigos sean lo que no busco, porque de esa
forma me obliga a entender lo que no sé.
-------
No es lo mismo el deseo de hoy que deseo de mañana.
--------
Las personas que hacen las cosas realmente bien, no
necesitan que otros se lo reconozcan, porque la recompensa es el hecho en sí
mismo. Y el placer que otorga cada logro, reside en la observación austera de
un hecho en particular.
-----
Justo cuando empiezas a interpretar la lógica del mundo,
marcharse y no volver, sería una ingratitud suprema.
-------
Entre mirarse de cerca y dejar de hacerlo, aparecen sensaciones
que me recuerdan viejas historias.
-----
Mientras me miro de cerca, me doy cuenta que hay un pequeño
inconveniente. Me duelen mucho los ojos. Creo que va a ser tiempo de que
abandone esta costumbre. Quizás pueda volver a hacerlo, pero solo por periodos
aislados; no continuamente. Estoy considerando la posibilidad de comprarme una
PlayStation 4. Siempre me gustaron las aventuras, aunque es lógico para mí que
esto podría ser una actividad improductiva, si con ello encuentro algo de
felicidad, entonces no será totalmente inútil. Según como vienen trabajando los
albañiles, es probable que miguel se mude para febrero del año que viene. Será
increíble saber que él va a estar cerca de mí, y que además voy a tener casi
2000 pesos más en mi bolsillo, en concepto de cuota, lo que hoy en día
representa 18% de mi sueldo.
--------
Es lógico querer que las cosas sean mejor. Y lo mejor es
siempre lo que deseamos. A veces las cosas no son lo que uno espera. En el peor
de los casos terminan siendo totalmente distintas. Tu y yo sabemos lo mal que
la pasamos cada vez que no se cumple nuestra voluntad. Por eso Juan, mi
recomendación es que trates de tomarte las cosas con calma, de nada sirve
luchar contra una corriente que puede llevarnos a otras tierras. Repito lo dicho.
Si la vida te da limones, has limonada.
--------
Aunque es cierto que a veces pongo en duda la utilidad de
tomar notas con el celular, creo que ahora mismo estoy comprendiendo la razón.
Dibujar la letra o tipiarla, tiene resultados distintos. A su manera cada una
se complementa, y se nutre la una de la otra. Tomar notas en el celular puede
parecer tonto y aburrido, pero es una excelente forma de mantener las ideas en
orden. En el libro naranja del 2007, queda en evidencia la necesidad que ambos
teníamos de tomar notas cortas en todo momento y lugar. En los subtes, los
colectivos, en la facultad, o en un salón, en los cursos, en la casa de un
amigo, en el bar, en fin.... Esos pensamientos cortos sucedieron y sucederán
siempre, el problema es que en nuestro pasado anterior, no teníamos forma de
transcribirlo. Ahora con este pequeño aparato que tengo en mis manos, todo eso
comienza a ser posible.
--------
Obsesión: sobredimensionar un sentimiento hasta perder de
vista el propósito final.
-----------
Extrañar es un sentimiento aniquilador, pero es más profundo
que poseer....
Más allá de estos vejámenes quiero contarte que estoy muy
emocionado por lo que será mi próxima adquisición. En este último tiempo me
estuve alejando un poco del dibujo y decidí profundizar más en la literatura.
Vos sabrás entender que no soy un gran contador de historias, pero me resulta
muy atractivo considerar que por estas vías, hay mucho de mí que puedo
resolver. Estoy comenzando a entender que el factor emocional, está
profundamente ligado a nuestra forma de pensar. Es por eso que sigo insistiendo
con esto. Pienso que el pensamiento es una complejidad maravillosa, pero
también es un reto inestimable para aquel que se digne en tratar de resolverlo.
He visto en internet un lector de libros llamado Dooku, que posee la cualidad
de leer nuestras notas, al mismo tiempo que nos permite corregirlas a través de
su teclado virtual. No posee parlantes externos, lo cual convierte al
dispositivo en un aparato personalizado e inaccesible para cualquier otro que
estuviera intrigado en averiguar sobre nosotros. Este dispositivo cuesta
aproximadamente 2000 pesos y es un dinero que en este momento puedo pagar. Yo
no sé si lo celulares androide de última generación poseen esta capacidad de
leer textos, pero de lo que estoy seguro, es de que no tienen este tipo de
pantalla opaca, que imita el papel real. No tengo prisa en comprar algo que
después no me sea de utilidad, pero siendo completamente sincero de que vale el
dinero si no es para ayudarnos en la tarea de ser un poco mejor de lo que
fuimos.
----------------
Estoy estudiando un asunto de mi conducta social que copia
tangencialmente el gesto emotivo de la persona que tenemos en frente. Por otro
lado estoy considerando nuevas estaciones que mi alma suele frecuentar
sigilosamente sin que me dé cuenta. En este caso me encuentro sumamente
conflictuado a la hora de comunicar prolijamente lo que siento. Casualmente
siempre termino diciendo una estupidez que luego me produce culpa y vergüenza.
Yo puedo dejarme envolver por este mundo virtual que me
rodea, pero si no lo pienso que retribución podría tener? Aun así si bien es
cierto que mis textos son más largos que de costumbre, sigo perdido en esta
nausea que me confunde y me marea.
-----------
Quizás pueda parecerte absurdo, pero creo que Hernán está
intentando mirarse de cerca. Siempre que pienso en esto me acuerdo de la tapa
del disco Blue Train de John Coltrane. Estoy seguro que Coltrane sospechaba
algo de todo esto. De otra forma su discurso musical jamás hubiera podido
salirse del paradigma social.
-------
Creo que el hombre ama el recuerdo, mientras que la mujer,
ama el instante.
------------
Estoy llegando a casa, pero antes de bajarme hay algo que
quiero contarte. Seré breve en esto. Al terminar el espectáculo de hoy, Daniel
Moa se encontró un celular en la platea. Al rato el tipo que lo perdió, entró a
buscarlo, y pasaron al menos diez minutos hasta que Daniel decidió
devolvérselo. Cuando bajamos yo le dije que estuvo bien en devolverlo. Y le
señalé que lo que había hecho, no era sino otra forma de robar sin dar la cara.
A pesar de que mi acusación tuvo un fundamento, estoy seguro que no le gustó lo
que le dije. Habrá que ver cómo me recibe mañana. De cualquier forma no es
conmigo con quien debe enojarse, sino con él.
--------
El Dooku es un éxito. Al fin un lector de libros que
funciona como yo quiero. Te recuerdo que para que pueda leer los libros usando
la voz, el formato debe ser xdoc. Es increíble saber que en pocas horas, se
puede repasar todo lo que sucedió en los últimos días, meses, y hasta años. De
cualquier forma, tengo que empezar a poner más intención en mi forma de tipiar,
porque a veces no se entiende muy bien lo que quiero decir. Si bien es cierto
que esto de escribir en un solo archivo me está dando resultados, debo tomarme
el trabajo de repasarlo y corregir la semántica y la sintaxis.
Estado: Feliz.
No me preguntes porque, pero me siento sumamente ansioso.
Estoy acá sentado en el camarín, mientras a mi lado Nacho opera la función. El
lector de libros funciona muy bien, únicamente hay que buscar algún formato que
permita la edición de los textos. Cuando logré aplicar esta función me llamaré
satisfecho. Vos sabes Juan que para mí cualquier lugar es distinto e
irrepetible, por eso no me gusta quejarme sin motivo, pero creo que tengo uno.
Me quiero ir. Es muy gratificante observar como el lector de libros organiza
los textos. Pero no quiero convertir mi prosa en la review de un dispositivo.
Estoy contento pero debo ser prudente, y continuar con mis propósitos. Quedan
muchos textos para revisar, y este es apenas el comienzo.
--------
Tal y como lo había anticipado, a partir de lo que sucedió
el otro día, Dani se enojó conmigo. El evento aconteció cuando Dani se encontró
en la sala un celular nuevo que un espectador dejó olvidado al terminar la
función. El problema es que cuando el sujeto entró a buscarlo, Dani trató de
hacerse el distraído. Al final cuando el evento estaba consumado y la situación
no daba para más, Dani decidió devolverlo. Una vez resuelto el asunto, yo lo
agarré en el fichero y le dije que lo que había hecho no era sino otra forma de
robar. Después de haber entendido el mal trago que le hice pasar, supe que al
día siguiente se enfadaría conmigo, y dicho y hecho, así fue. Yo como pude
anticipar que esto sucedería, aproveché para pedirle disculpas y evitar que
esta situación pase a mayores.
Ahora mientras hago la función Daniel, está a mi lado, y a
decir verdad todo volvió a ser igual que antes.
Cruzo unas palabras con Silvia y después vuelvo a escribir.
Es fantástico saber que mis ideas se transforman en un sonido físico que luego
más tarde puedo escuchar. Con esto me puedo dar cuenta que mi gran debilidad es
la reiteración. Te pido que me ayudes con la memoria, esa que alguna vez
tuvimos. No digo que hoy sea peor que antes, únicamente pretendo señalar que
está sufriendo cambios drásticos, que con un poco de expectativa y proximidad,
puede llevarnos a buen puerto. Es lógico que parte de mi conflicto social se
debe a esto. Si tan solo pudiera calmarme y escuchar, recordar y explicar,
estoy seguro que dejaríamos de huirle al dialogo y a la preocupación por el
otro.
Estamos creciendo Juan, y es hora de que volvamos sobre
nuestros pasos, y busquemos lo que antes no dijimos. Acá mientras sucede la
función, no hay mucho que hacer al respecto. Me acuerdo del caos y si bien es
cierto que juntos pudimos serenar aquel conflicto, la verdad es que aún, eso
sigue vigente. Quiero contarte que desarrollé cierta dependencia con vos. Te
necesito porque sé que si existe una propiedad en tu naturaleza, esa debe ser
la de escuchar todo lo que siento. Esto que aquí escribo es muy personal, tan
personal que a veces se vuelve reiterativo. Por eso sabrás entender porque
nadie más que vos ofrece una oreja para escuchar esto que digo. De cualquier
forma el problema es el dialogo verbal en relación con el dialogo textual. Son
dos mundos vinculados pero diferentes entre sí. Tu puedes creer que converso de
la misma forma que escribo, pero para ser honesto, en la literatura me permito
errores que en el dialogo verbal, no puedo tolerar. Silvia y Daniel están
atendiendo otros asuntos, y yo respeto su distancia, porque entiendo que no soy
un tipo fácil de abordar. Más allá de todo estamos en función... ¿no?
-----------
Recientemente tuve algunos problemas con mi lector de
libros. Resulta que no podía controlar la velocidad de lectura. Se había
setiado en la más alta y no podía cambiarla. Ahora restaurando los valores de
fábrica, pude solucionarlo. El asunto es que quedó clavado en velocidad normal
y si bien me deja modificarlo, no reconoce el seteo. Mal que me pese, no es tan
grave.
----------
No debería hablarte ahora de esto, pero estoy en el cumple
de Camilo y en primera instancia, no me siento tan mal. Creo que voy
conociéndome. Sé que soy un desastre, pero voy aceptando lo que toca.
Estuve hablando con Roberto y al parecer todo estuvo bien.
Entiendo que tal vez escribir todo lo que pienso, no tenga un resultado eficaz.
Quizás sea cierto que acá sentado en la silla, solo y apartado de todos, no
haga diferencia con relación a lo que fui, pero créeme cuando te digo que estoy
haciendo un enorme esfuerzo para sanearlo. Me sirvo un vaso de jugo y salgo al
jardín. Acá estoy mejor. En la cancha de futbol, hay dos pibes jugando a los
penales. Por alguna razón, si bien es cierto que hablo mucho de mí, por otro
lado nadie puede negar que todos los otros, hablan mucho de ellos. Roberto me
dice que debería cerrar un ciclo y empezar uno nuevo. Tal vez tenga razón, lo
que es seguro es que no me resultará fácil. Todo este asunto me hace entender,
que de haber elegido otro camino, hubiera sido diferente; tal vez mejor. Es
cierto que las chances de equivocarme estuvieron y siempre estarán, pero vos
pensas que por salir al patio y alejarme de la reunión, estoy escondiéndome?
Claro que reconozco que no me siento en confianza con personas extrañas, pero
acaso Beto y Alejandra son personas extrañas?
Ayer en el asado del teatro me sentía mucho más a gusto que
aquí. La cuestión es que según parece, sentirse a gusto, es lo mismo que
refugiarse. Vos sabes Juan, mis temas de conversación son muy cortos. Y según
veo, hablar tanto de mí, no representa solución alguna. Dicho en otros
términos, a nadie le interesa.
--------
Tras polka
--------
Vos consideras de mí que yo pienso abstracto? recién
hablando con Eugenia veníamos bien, hasta que en un momento me vino un olvido
junto con un cálido foso de terror y sombra. La paranoia. Ahora ya en la casa
de Ezequiel estamos mirando tele con miguel y Amanda. Genial. Ahora vienen
Federico y Jonatán, amigos de Ezequiel, y lo único que quiero es que sea todo
normal. Claro que no quiero forzarme a lo que no siento, pero creo que en este
momento del día lo mejor es encontrarme con vos. Sé que pensando en vos,
probablemente esté viviendo un futuro que no llegó, pero a veces es un buen
refugio. Evidentemente es lógico que escribir estando nervioso no tiene caso.
Es claro que no puedo fingir dialogo donde no hay historias que compartir. Esta
situación me parece similar a todas esas veces donde entro a la oficina de
luces, y sintiéndome como un turista, me acerco a tomar mate. Quizás dejarme
abordar no sea un error. Creo que tengo que romper con esa coraza de protección
que me invento cada vez que estoy dialogando en grupos cortos.
---------
Algo que puedo ver en Hernán, y en la mayoría de las
personas que fuman, es que no pueden quedarse quietas. Esto me incomoda y me
pone un poco nervioso.
--------
Me cambiaron el Dooku, ahora le estoy instalando unas voces,
después te comento si se solucionó el problema....
Bueno Juan, el problema no se solucionó, pero con el
descubrimiento de las voces de Ivona, estoy más que satisfecho. Voy a comprarme
algo para comer y seguimos luego.
Al terminar de comer, quise leer El Existencialismo es un
Humanismo, de Jean Paul Sartre, pero las palabras están sumamente desordenadas
e inconclusas. A mi modo de ver, mi organización literaria, es mucho más
amistosa que la de Sartre. Con esto no estoy diciendo que el mensaje final sea
más profundo, únicamente pienso que en cuestiones sintácticas, no hay nada para
envidiarle. Me resulta extraño que Eugenia me allá recomendado este libro,
sobretodo porque en lugar de aclarar las ideas las confunde más. Y viniendo de
ella, no creo que su propósito sea ese. Después de unas cinco páginas leídas,
cierro mi Dooku, y me siento a redactar esto que te estoy diciendo. Si bien es
cierto que ahora, con el Dooku, mi literatura no será la misma, estoy seguro
que si existe algo positivo para destacar, eso será nuestro encuentro. ¿No te
entusiasma saber que todo aquello que tú y yo hablamos alguna vez, estará más
presente que nunca? Conociéndote estoy seguro que sí. Acá en el trabajo apenas
son las seis de la tarde, y si bien es cierto que estoy en paz, por otro lado
me gustaría estar en mi casa. La verdad es que ambos lugares, si bien son
distintos, no dejan de ser similares. La única diferencia es que en mi casa
tengo otra privacidad. A mi lado esta Nacho, haciendo no sé qué cosa, y en la
sala esta la calefacción encendida. Al parecer el gatito negro del zoológico,
hizo pis en algún lado. Lo sé porque el Turco lo vociferó cuando entró a la
sala. Seguramente mañana en función Mónica va a tirar la bronca. Tal vez nos
eche la culpa a nosotros porque a veces le damos de comer. ¿Pero quién no
podría apiadarse de un animalito perdido? Parece que Nacho está haciendo
ejercicio en la oficina. Yo no digo nada porque en este momento, no tengo
muchas ganas de dibujar. De cualquier forma, si tuviera que ponerme a trabajar,
aún me queda el viejo cuartito que está arriba de la cocina. Es cierto que en
la vida, cuando existimos, nos cuesta mucho encontrar un rumbo. Pero también es
cierto que al encontrarnos aquí, se hace mucho más fácil la convivencia. Tú y
yo, tenemos que reconocerlo. Nada nos define mejor que la literatura.
Probablemente escribir no sea lo que otros llaman diversión, pero te aseguro
que nos ayuda en muchas cosas. Nos ayuda en la memoria, en el descanso, en la
expresión, y en el estado de ánimo. No existe nada más cruel en la vida, que
saber que estamos perdiendo el tiempo; porque de alguna forma, como el término
lo dice, perder el tiempo es no saber cómo capturar el instante mismo en el que
estamos viviendo. Mientras Nacho sigue con sus ejercicios, un breve cosquilleo
me recorre la pierna derecha. Al parecer es un calambre. Será que estoy en una
mala posición, la verdad no lo sé. Nacho después de terminar con sus
ejercicios, agarra sus cosas y se va para el quiosco con Hernán. Sigo pensando
que él y Hernán, son personas muy ansiosas. Al menos para mí, está
característica es clásica en las personas que fuman. Buscan el aire libre para
prenderse un cigarrillo, y si con ello pueden acompañarlo con una cerveza,
mejor. En mayor o menor medida, a mí me pasa lo mismo. Claro que en lugar del
cigarrillo, mi adicción tiene más que ver con el registro, que con cualquier
otra cosa. Si no estoy leyendo o escribiendo, estoy dibujando. Si no estoy en
la computadora, estoy tomando mate y mirando televisión. Existen determinados
lugares, de los cuales no puedo despegarme. Y ya quisiera yo creer en vos, y
saber que contigo no habrá nada de qué preocuparse. Si Juan, se lo que estás
pensando. A veces también desconfío de mí. Por eso estoy comenzando a sospechar
que mis olvidos, no son sino un producto de mi desconfianza. Esto es un tema
urgente para mí, y entiendo que para ti también. Si consideramos que dentro de
cada presente hay un propósito y un objetivo, estoy convencido que en este
mismísimo momento, mi preocupación es resolver este asunto. Tenemos que
aprender a confiar en nosotros mismos, y saber que en cada momento, hay una
nueva chance de mejorar y revertir el trauma. Bajo de la cabina, y voy a la
cocina. Camino por el fichero y a mi alrededor no hay nadie. Mis pasos hacen
crujir la madera, y por un momento me da la sensación de estar en un edificio
abandonado. Entro a la cocina y no hay nadie. El televisor y la estufa están
encendidos, pero no hay nadie. La pava empieza a chillar y yo me froto las
manos de la emoción. Todo esto es justamente como me lo esperaba. En este
silencio ausente no hay miedo, ni paranoia. Yo sé que para muchos puede parecer
aburrido, pero que importa lo que digan los demás, el asunto es que tú y yo
seamos felices. ¿Y tú crees que lo somos? Ahora sí. A ver cuánto nos dura.
Me sirvo un mate, y a medida que le voy echando agua,
observo la espuma que se va formando lentamente alrededor de él. Le doy un
trago, y su sabor amargo me transporta a otro momento y lugar. Pienso en mi
vieja obsesión por los árboles, y comienzo a entender porque los admiraba de
ese modo. La quietud. Su silencio. La libertad. Su belleza. La paz. Su
compañía. La gente siempre se burlaba de mí, cuando les decía que mi sueño era
ser como un árbol. Sin embargo ahora que lo pienso, no me siento tan lejos de
conseguir ese objetivo. Será que me siento más optimista que de costumbre?
Sabes Juan, ahora me invade una emoción que no puedo disimular. ¿Será por el
Dooku? ¿O acaso tendrá que ver con un mérito propio? La verdad no lo sé. Sin
embargo no voy a negarte que con el Dooku de nuestra parte, la tarea se ha
vuelto sensiblemente más agradable y sencilla. Termino de escribir esto, y
trato de ver por un rato la televisión. En este caso como tenemos televisión
digital abierta, apenas hay un par de canales para ver. El programa que están
dando es el de Guido Kafka. Un programa donde los participantes concursan para
ver quien canta más entonado. Apenas pude ver una chica que cantaba " Is
Raining Men ", y me aburrió tanto que decidí bajar el volumen y volver a
esto. La televisión es otro de los asuntos que aún no acabo por comprender.
---------
Acabo de terminar de leer " El color que cayó del
cielo" de Lovercraft, y puedo asegurarte que aún a pesar del tiempo que
pasó, es un libro maravilloso. Su capacidad de redacción en sintonía con la
versatilidad de su lenguaje, hacen de este libro una obra de arte sin
precedentes. Una de las cuestiones que me quedan en el tintero, es la de
aprender a contar una ficción, con el misterio y la erudición que un verdadero
escritor debería poseer. ¿Tú que dices? ¿Podremos lograrlo?
-------
Ahora mismo estoy pensando en cambiar el celular. Claro que
este que tengo me ha dado muy buenos resultados, pero creo que poco a poco va
cumpliendo su ciclo. Me gustaría tener un diccionario y un corrector
ortográfico más confiable. De hecho este que tengo ahora, no posee ninguna de
las dos cosas. Ya sé que no te gusta mucho que hable de tecnología cuando
existen tantos temas para tratar, pero si supieras lo feliz que me siento,
entenderías que mis demandas tienen un fundamento valido. Acabo de quedar
asombrado con la historia de Lovercraft, y que más quisiera yo que aprender sus
secretos e interrogantes. Si bien han pasado más de 100 años desde que todo eso
fue escrito, su visión del mundo sigue estando vigente. Me intriga mucho el
concepto de misterio, y los climas dramáticos y estéticos del cuento. Haciendo
una autocrítica sobre mi trabajo, pienso que toda mi psicología se sostiene en
base a pequeños ensayos de auto ayuda, que con muy poco sugieren la existencia
de una realidad alternativa. De cualquier manera, y muy a pesar de mi
admiración, sigo creyendo en vos como aquel que sabrá aprender a reparar los
monstruos de su pasado inmediato.
-----------
Llegué muy temprano al odontólogo, pero no sé si es que
tardan en atenderme, o estoy muy ansioso.
--------
Ahora mismo estoy leyendo de vuelta el Lobo Estepario de
Hermann Hesse, y siento que es un libro completamente nuevo. Me sorprendí mucho
al descubrir que Harry Haller era esquizofrénico, y más aún me maravillé cuando
comprendí que su naturaleza también estaba dividida, entre el lado humano y el
salvaje. Según los análisis posteriores, el hombre no debería conformarse con
ese estadio del alma, pues al hacerlo no logra sino más que encerrar la
totalidad de lo inabordable. Por supuesto que en mi caso, la soledad y los
momentos de ocio, me brindan protección y seguridad, pero también me conectan
con una realidad que estando en presencia de alguien más, se vuelve
insoslayable. Ahora estoy en el colectivo yendo camino hacia el teatro. Las
personas viajan envueltas en una cálida letanía. Nadie se cuestiona sus
propósitos, todos se sienten útiles para la sociedad, y si me lo preguntarán a
mí, en este mismísimo momento creo que yo también. Tengo un trabajo decente en
el teatro, y mi relación con las personas no es lo que quisiera, pero es mejor
que en otros tiempos. Estoy algo cansado..... Hoy fui al odontólogo y me dijo
que tengo una gingivitis. Después de haber sido atendido por el médico, me
quedo una bonita impresión de persona. Era una persona entrada en años, algo
mayor que mi padre, probablemente diría que de unos 70 años. Hablaba lento y
pausado, y a pesar del desorden en el que se encontraban las cosas en su
estudio, parecía poner especial cuidado al momento de guardar sus instrumentos.
Al salir de allí, volví a casa y me puse a leer. Aun me queda mitad del libro,
pero no voy a apresurarme. Pienso que de toda está lectura puedo sacar algo
interesante. Acá en el colectivo hay unos muchachos hablando y repitiendo toda
clase de injurias, palabras que manchan y ensucian lo único bueno que puede
haber aquí. Será mi costado salvaje? no lo sé, lo que si estoy seguro es que
algunas formas de hablar me irritan y me exasperan. Por supuesto que si me
tocara a mí hablar con algún amigo, probablemente sería otro desastre, pero
pienso que no está mal tener un poquito de sentido común y reconocer nuestros
límites. De lo contrario acabas haciendo el ridículo, como estos muchachos
inadaptados que están aquí, justo a mis espaldas. No hay que ser muy perspicaz
para darse cuenta, que aquel día en el que les toque caer bajo sus propios
pies, se sentirán terriblemente solos y desdichados. Al llegar al teatro cruzo
unas palabras con Hernán y con Nacho. Les cuento un poco mi fascinación por
este libro que estoy leyendo, y les señalo que el personaje principal Harry
Haller, era esquizofrénico igual que yo, y que sus palabras me han enseñado a
recobrar un poco, la estima que todo ser humano necesita tener para poder
sentirse útil y necesario. Con respecto a mis conversaciones con vos y con los
demás, me intriga saber cuál será su desenlace. Acaso seguiré siendo esto que
pienso? Considerando las mutaciones del tiempo y los cambios del cuerpo, estoy
completamente seguro que esto que digo, pasará a mejor vida. ¿No sentiste nunca
la sensación de que podrías ser mucho mejor de lo que sos ahora, y que sin
embargo por más que te esfuerces en motivar ese cambio, no aparecen sino
frustraciones más hondas y ominosas que todas las anteriores? A veces me siento
atrapado en un discurso envejecido y reiterativo que me encarcela y no me deja
revolcarme en el barro de mi libertad así como yo quisiera.
----------
Viene Tomás a ver la obra, y se acerca a mí a saludarme.
Cruzamos algunas palabras, y yo me muestro algo indiferente. Tengo la breve
sensación de que no es apropiado iniciar una conversación con preguntas e
interrogatorios, es más practico contarle al otro algo que tenga un acérrimo
sentido, un propósito elevado, una profundidad más honda que la evasiva
contienda del presente inmediato. Allí donde lo contrario a lo que se espera
escuchar, es más punzante que una suave brisa de condescendencia. Contarle al
otro un asunto de primera urgencia, es una forma eficaz de mostrar respeto. He
comprobado que cuando no se toma en serio a la persona que tenemos al lado, los
vínculos que tanto trabajo nos constó conseguir, se esfuman y se disuelven de
un momento a otro.
Otra vez vuelvo a tener ese enorme deseo de liberarme, para
ya no tener que responder a una rutina tan vil y desprestigiada como esta que
me tocó en suerte. Claro que podría ser peor, pero siendo franco contigo, este
trabajo no me deja otra cosa que dinero. Por supuesto que también terminé
conociendo personas, que de otra forma jamás me preocuparía en abordar.
Ahora mientras hago función, quisiera aprovechar para abrir
mi libro de quejas. Esto de estar aquí sentado, mientras transcurre una obra
que ya vi decenas de veces, me resulta un tanto insoportable. Desde hoy que
tengo la inherente necesidad de fugarme hacia otro sitio. Tal vez en un futuro
próximo, pueda comenzar a valorar todo esto de estar sentado aquí sin hacer
nada...... Quizás debería atender mejor lo que esta obra me quiere decir, pero
no estoy acostumbrado a fundirme en un evento que no dice nada de mí. Por
supuesto que los actores y actrices son maravillosos.... eso de generar un
nuevo discurso y llegar a ser más que el amor, es al menos un intento de algo
nuevo, pero me suena a un engaño. Es algo así como proponer un número más
elevado que el infinito. Trato de poner mis ojos sobre la actuación pero no me
dice nada. No logro capturar ni una sola instancia digna de lágrima y
estremecimiento. Me reclino sobre la silla, me miro de cerca y recuerdo el
dolor en mis ojos. Aún hoy sigo buscando ver el mundo de forma distinta.
Quisiera acelerar un cambio, pero ni siquiera distorsionando lo que veo, puedo
encontrar consuelo a mi desanimado espíritu.
-------
Morir es volver a casa...... Libro.
----------
Hacen no más de cinco minutos, terminé de leer el Lobo
Estepario, una aventura espiritual y profunda, llena de toda clase de
conflictos intrigantes, conflictos éticos, sentimentales, conceptuales y de
inadvertida trascendencia. De allí aprendí del autor, que la vida es un reto
con el destino. Una perspicacia, un enigma y un misterio, un proceso y un duelo
contra la propia voluntad de ser mejor y perseverar. Aun cuando todo se muestre
resuelto y estable, el autor propone lidiar con la locura, una locura que puede
existir o no, pero que de la cual no se puede prescindir. Y que será la locura
sino otra forma de buscar y revolver lo sabido?, de desordenar lo conocido para
plantear un nuevo orden, de perdernos en el fondo de un interior que para
entonces nos exige volver a nacer? Deseo eso, con ansias y recelo lo deseo.
Quiero errar, decir una tontería y perderme, buscar en mi manicomio una nueva
exhortación, necesito motivar esa culpa, saber de mi torpeza no me estará
permitido hasta tanto no abandone mi personaje. Llámalo como quieras, pero hube
vivido en mi caparazón por años y años, aprendí del silencio y me peleé
conmigo, hasta el punto de perder mi motivación, ¿Y de que podría servir la
existencia si no fuera para buscar en el caos, un velo de humanidad? Saberse
débil, ya no me conmueve, quiero atontarme y volver a ser carne expuesta,
quiero supurar y llorar de dolor. Quiero ver sufrir mi condición, llegar hasta
el límite de lo habitable, y obnubilarme con esos juegos incongruentes que no
tienen respuesta. Deseo algo mejor, y no esperaré a que eso ocurra sin antes
perderme en el lodo de la ignominia y la fatalidad.
----------
Debo de antemano pedirte perdón, quiero que me redimas, que
me dejes partir a la vez que busco tu olvido y tu vergüenza. No puedo solo,
aquí sentado en la silla de cabina, no puedo ser indiferente a la función que
transcurre en mis oídos y a través de mis sentidos. Te pido disculpas porque no
puedo desasociarme, ya verás que no soy libre, el concreto de las paredes me
encarcela a mis obligaciones y tareas, me asfixia el hedor de está rutina
tardía y ponzoñosa, como el agua estancada de mis viejos recuerdos, de mis
empobrecidas alucinaciones. Aun apesar de mi pecado, no hay ningún otro
culpable, más que mi propia complicidad. Tú eres tan culpable, tan indigno y
servil como yo. Pero quien soy yo? Quien eres tú? Que es esto que nos rodea,
cuando la causa de esta realidad envejecida y estéril es el producto de todas
mis quimeras, de mis ilusiones fantasías y creencias? Necesito dejar de
planificar mis movimientos, y atreverme a dejar de ser ese tonto que se oculta
y se refugia cobardemente de tras de su estúpido y visceral orgullo. Quiero
encontrarle un sentido a la poesía, necesito explorar mi lenguaje y
desvestirlo, amarlo por su torpeza y rustica sibilancia. Así quiero volver,
cubierto de heridas e infecciones, quiero bordear la muerte, ser desterrado y
despreciado tanto más por mí que por los demás. Durante mucho tiempo he odiado
mi incongruencia sin sospechar que ese germen le dio un propósito a mi viaje.
Ahora he de volver a enfermar, ahora he de padecer la innominada frugalidad de
mi propio saber, quiero ser víctima de mi propio reclamo, sin compadecer mi
lamentable estado. No quiero lucidez sin haber ignorado, quiero jugar con fuego
para sentir en su proximidad, el calor confortable y peligroso a la vez, quiero
aproximarme finamente a sus márgenes sin llegar a quemarme. Así conoceré de una
vez por todo el límite de mi propia tolerancia.
------------
Veo que esas emociones que me expulsan, me rechazan y no me
dejan habitarlas, están en complicidad con mi cobardía. Hasta no haber reunido
valor y atrevimiento para llenar ese vacío, seguiré vagando y rebotando por
aquellos rincones que desde entonces han sido mi refugio. Pero ya no hay
conformidad posible, me obligo a la tortura y al flagelo con el fin de provocar
una grieta en esta coraza estrecha e incómoda, en este cascaron que a la vista
de mi larga edad, es pueril e inapropiado.
Capitulo 3
No me preguntes porque, pero me siento sumamente ansioso.
Estoy acá sentado en el camarín, mientras a mi lado Nacho opera la función. El
lector de libros funciona muy bien, únicamente hay que buscar algún formato que
permita la edición de los textos. Cuando logré aplicar esta función me llamaré
satisfecho. Vos sabes Juan que para mí cualquier lugar es distinto e
irrepetible, por eso no me gusta quejarme sin motivo, pero creo que tengo uno.
Me quiero ir. Es muy gratificante observar como el lector de libros organiza
los textos. Pero no quiero convertir mi prosa en la review de un dispositivo.
Estoy contento pero debo ser prudente, y continuar con mis propósitos. Quedan
muchos textos para revisar, y este es apenas el comienzo.
--------
Tal y como lo había anticipado, a partir de lo que sucedió
el otro día, Dani se enojó conmigo. El evento aconteció cuando Dani se encontró
en la sala un celular nuevo que un espectador dejó olvidado al terminar la
función. El problema es que cuando el sujeto entró a buscarlo, Dani trató de
hacerse el distraído. Al final cuando el evento estaba consumado y la situación
no daba para más, Dani decidió devolverlo. Una vez resuelto el asunto, yo lo
agarré en el fichero y le dije que lo que había hecho no era sino otra forma de
robar. Después de haber entendido el mal trago que le hice pasar, supe que al
día siguiente se enfadaría conmigo, y dicho y hecho, así fue. Yo como pude
anticipar que esto sucedería, aproveché para pedirle disculpas y evitar que
esta situación pase a mayores.
Ahora mientras hago la función Daniel, está a mi lado, y a
decir verdad todo volvió a ser igual que antes.
Cruzo unas palabras con Silvia y después vuelvo a escribir.
Es fantástico saber que mis ideas se transforman en un sonido físico que luego
más tarde puedo escuchar. Con esto me puedo dar cuenta que mi gran debilidad es
la reiteración. Te pido que me ayudes con la memoria, esa que alguna vez
tuvimos. No digo que hoy sea peor que antes, únicamente pretendo señalar que
está sufriendo cambios drásticos, que con un poco de expectativa y proximidad,
puede llevarnos a buen puerto. Es lógico que parte de mi conflicto social se
debe a esto. Si tan solo pudiera calmarme y escuchar, recordar y explicar,
estoy seguro que dejaríamos de huirle al dialogo y a la preocupación por el
otro.
Estamos creciendo Juan, y es hora de que volvamos sobre
nuestros pasos, y busquemos lo que antes no dijimos. Acá mientras sucede la
función, no hay mucho que hacer al respecto. Me acuerdo del caos y si bien es
cierto que juntos pudimos serenar aquel conflicto, la verdad es que aún, eso
sigue vigente. Quiero contarte que desarrollé cierta dependencia con vos. Te
necesito porque sé que si existe una propiedad en tu naturaleza, esa debe ser
la de escuchar todo lo que siento. Esto que aquí escribo es muy personal, tan
personal que a veces se vuelve reiterativo. Por eso sabrás entender porque
nadie más que vos ofrece una oreja para escuchar esto que digo. De cualquier
forma el problema es el dialogo verbal en relación con el dialogo textual. Son
dos mundos vinculados pero diferentes entre sí. Tu puedes creer que converso de
la misma forma que escribo, pero para ser honesto, en la literatura me permito
errores que en el dialogo verbal, no puedo tolerar. Silvia y Daniel están
atendiendo otros asuntos, y yo respeto su distancia, porque entiendo que no soy
un tipo fácil de abordar. Más allá de todo estamos en función... ¿no?
-----------
Recientemente tuve algunos problemas con mi lector de
libros. Resulta que no podía controlar la velocidad de lectura. Se había
setiado en la más alta y no podía cambiarla. Ahora restaurando los valores de
fábrica, pude solucionarlo. El asunto es que quedó clavado en velocidad normal
y si bien me deja modificarlo, no reconoce el seteo. Mal que me pese, no es tan
grave.
----------
No debería hablarte ahora de esto, pero estoy en el cumple
de Camilo y en primera instancia, no me siento tan mal. Creo que voy
conociéndome. Sé que soy un desastre, pero voy aceptando lo que toca.
Estuve hablando con Roberto y al parecer todo estuvo bien.
Entiendo que tal vez escribir todo lo que pienso, no tenga un resultado eficaz.
Quizás sea cierto que acá sentado en la silla, solo y apartado de todos, no
haga diferencia con relación a lo que fui, pero créeme cuando te digo que estoy
haciendo un enorme esfuerzo para sanearlo. Me sirvo un vaso de jugo y salgo al
jardín. Acá estoy mejor. En la cancha de futbol, hay dos pibes jugando a los
penales. Por alguna razón, si bien es cierto que hablo mucho de mí, por otro
lado nadie puede negar que todos los otros, hablan mucho de ellos. Roberto me
dice que debería cerrar un ciclo y empezar uno nuevo. Tal vez tenga razón, lo
que es seguro es que no me resultará fácil. Todo este asunto me hace entender,
que de haber elegido otro camino, hubiera sido diferente; tal vez mejor. Es
cierto que las chances de equivocarme estuvieron y siempre estarán, pero vos
pensas que por salir al patio y alejarme de la reunión, estoy escondiéndome?
Claro que reconozco que no me siento en confianza con personas extrañas, pero
acaso Beto y Alejandra son personas extrañas?
Ayer en el asado del teatro me sentía mucho más a gusto que
aquí. La cuestión es que según parece, sentirse a gusto, es lo mismo que
refugiarse. Vos sabes Juan, mis temas de conversación son muy cortos. Y según
veo, hablar tanto de mí, no representa solución alguna. Dicho en otros
términos, a nadie le interesa.
--------
Tras polka
--------
Vos consideras de mí que yo pienso abstracto? recién
hablando con Eugenia veníamos bien, hasta que en un momento me vino un olvido
junto con un cálido foso de terror y sombra. La paranoia. Ahora ya en la casa
de Ezequiel estamos mirando tele con miguel y Amanda. Genial. Ahora vienen
Federico y Jonatán, amigos de Ezequiel, y lo único que quiero es que sea todo
normal. Claro que no quiero forzarme a lo que no siento, pero creo que en este
momento del día lo mejor es encontrarme con vos. Sé que pensando en vos,
probablemente esté viviendo un futuro que no llegó, pero a veces es un buen
refugio. Evidentemente es lógico que escribir estando nervioso no tiene caso.
Es claro que no puedo fingir dialogo donde no hay historias que compartir. Esta
situación me parece similar a todas esas veces donde entro a la oficina de
luces, y sintiéndome como un turista, me acerco a tomar mate. Quizás dejarme
abordar no sea un error. Creo que tengo que romper con esa coraza de protección
que me invento cada vez que estoy dialogando en grupos cortos.
---------
Algo que puedo ver en Hernán, y en la mayoría de las
personas que fuman, es que no pueden quedarse quietas. Esto me incomoda y me
pone un poco nervioso.
--------
Me cambiaron el Dooku, ahora le estoy instalando unas voces,
después te comento si se solucionó el problema....
Bueno Juan, el problema no se solucionó, pero con el
descubrimiento de las voces de Ivona, estoy más que satisfecho. Voy a comprarme
algo para comer y seguimos luego.
Al terminar de comer, quise leer El Existencialismo es un
Humanismo, de Jean Paul Sartre, pero las palabras están sumamente desordenadas
e inconclusas. A mi modo de ver, mi organización literaria, es mucho más
amistosa que la de Sartre. Con esto no estoy diciendo que el mensaje final sea
más profundo, únicamente pienso que en cuestiones sintácticas, no hay nada para
envidiarle. Me resulta extraño que Eugenia me allá recomendado este libro,
sobretodo porque en lugar de aclarar las ideas las confunde más. Y viniendo de
ella, no creo que su propósito sea ese. Después de unas cinco páginas leídas,
cierro mi Dooku, y me siento a redactar esto que te estoy diciendo. Si bien es
cierto que ahora, con el Dooku, mi literatura no será la misma, estoy seguro
que si existe algo positivo para destacar, eso será nuestro encuentro. ¿No te
entusiasma saber que todo aquello que tú y yo hablamos alguna vez, estará más
presente que nunca? Conociéndote estoy seguro que sí. Acá en el trabajo apenas
son las seis de la tarde, y si bien es cierto que estoy en paz, por otro lado
me gustaría estar en mi casa. La verdad es que ambos lugares, si bien son
distintos, no dejan de ser similares. La única diferencia es que en mi casa
tengo otra privacidad. A mi lado esta Nacho, haciendo no sé qué cosa, y en la
sala esta la calefacción encendida. Al parecer el gatito negro del zoológico,
hizo pis en algún lado. Lo sé porque el Turco lo vociferó cuando entró a la
sala. Seguramente mañana en función Mónica va a tirar la bronca. Tal vez nos
eche la culpa a nosotros porque a veces le damos de comer. ¿Pero quién no
podría apiadarse de un animalito perdido? Parece que Nacho está haciendo
ejercicio en la oficina. Yo no digo nada porque en este momento, no tengo
muchas ganas de dibujar. De cualquier forma, si tuviera que ponerme a trabajar,
aún me queda el viejo cuartito que está arriba de la cocina. Es cierto que en
la vida, cuando existimos, nos cuesta mucho encontrar un rumbo. Pero también es
cierto que al encontrarnos aquí, se hace mucho más fácil la convivencia. Tú y
yo, tenemos que reconocerlo. Nada nos define mejor que la literatura.
Probablemente escribir no sea lo que otros llaman diversión, pero te aseguro
que nos ayuda en muchas cosas. Nos ayuda en la memoria, en el descanso, en la
expresión, y en el estado de ánimo. No existe nada más cruel en la vida, que
saber que estamos perdiendo el tiempo; porque de alguna forma, como el término
lo dice, perder el tiempo es no saber cómo capturar el instante mismo en el que
estamos viviendo. Mientras Nacho sigue con sus ejercicios, un breve cosquilleo
me recorre la pierna derecha. Al parecer es un calambre. Será que estoy en una
mala posición, la verdad no lo sé. Nacho después de terminar con sus
ejercicios, agarra sus cosas y se va para el quiosco con Hernán. Sigo pensando
que él y Hernán, son personas muy ansiosas. Al menos para mí, está
característica es clásica en las personas que fuman. Buscan el aire libre para
prenderse un cigarrillo, y si con ello pueden acompañarlo con una cerveza,
mejor. En mayor o menor medida, a mí me pasa lo mismo. Claro que en lugar del
cigarrillo, mi adicción tiene más que ver con el registro, que con cualquier
otra cosa. Si no estoy leyendo o escribiendo, estoy dibujando. Si no estoy en
la computadora, estoy tomando mate y mirando televisión. Existen determinados
lugares, de los cuales no puedo despegarme. Y ya quisiera yo creer en vos, y
saber que contigo no habrá nada de qué preocuparse. Si Juan, se lo que estás
pensando. A veces también desconfío de mí. Por eso estoy comenzando a sospechar
que mis olvidos, no son sino un producto de mi desconfianza. Esto es un tema
urgente para mí, y entiendo que para ti también. Si consideramos que dentro de
cada presente hay un propósito y un objetivo, estoy convencido que en este
mismísimo momento, mi preocupación es resolver este asunto. Tenemos que
aprender a confiar en nosotros mismos, y saber que en cada momento, hay una
nueva chance de mejorar y revertir el trauma. Bajo de la cabina, y voy a la
cocina. Camino por el fichero y a mi alrededor no hay nadie. Mis pasos hacen crujir
la madera, y por un momento me da la sensación de estar en un edificio
abandonado. Entro a la cocina y no hay nadie. El televisor y la estufa están
encendidos, pero no hay nadie. La pava empieza a chillar y yo me froto las
manos de la emoción. Todo esto es justamente como me lo esperaba. En este
silencio ausente no hay miedo, ni paranoia. Yo sé que para muchos puede parecer
aburrido, pero que importa lo que digan los demás, el asunto es que tú y yo
seamos felices. ¿Y tú crees que lo somos? Ahora sí. A ver cuánto nos dura.
Me sirvo un mate, y a medida que le voy echando agua,
observo la espuma que se va formando lentamente alrededor de él. Le doy un
trago, y su sabor amargo me transporta a otro momento y lugar. Pienso en mi
vieja obsesión por los árboles, y comienzo a entender porque los admiraba de
ese modo. La quietud. Su silencio. La libertad. Su belleza. La paz. Su
compañía. La gente siempre se burlaba de mí, cuando les decía que mi sueño era
ser como un árbol. Sin embargo ahora que lo pienso, no me siento tan lejos de
conseguir ese objetivo. Será que me siento más optimista que de costumbre?
Sabes Juan, ahora me invade una emoción que no puedo disimular. ¿Será por el
Dooku? ¿O acaso tendrá que ver con un mérito propio? La verdad no lo sé. Sin
embargo no voy a negarte que con el Dooku de nuestra parte, la tarea se ha
vuelto sensiblemente más agradable y sencilla. Termino de escribir esto, y
trato de ver por un rato la televisión. En este caso como tenemos televisión
digital abierta, apenas hay un par de canales para ver. El programa que están
dando es el de Guido Kafka. Un programa donde los participantes concursan para
ver quien canta más entonado. Apenas pude ver una chica que cantaba " Is
Raining Men ", y me aburrió tanto que decidí bajar el volumen y volver a
esto. La televisión es otro de los asuntos que aún no acabo por comprender.
---------
Acabo de terminar de leer " El color que cayó del
cielo" de Lovercraft, y puedo asegurarte que aún a pesar del tiempo que
pasó, es un libro maravilloso. Su capacidad de redacción en sintonía con la
versatilidad de su lenguaje, hacen de este libro una obra de arte sin
precedentes. Una de las cuestiones que me quedan en el tintero, es la de
aprender a contar una ficción, con el misterio y la erudición que un verdadero
escritor debería poseer. ¿Tú que dices? ¿Podremos lograrlo?
-------
Ahora mismo estoy pensando en cambiar el celular. Claro que
este que tengo me ha dado muy buenos resultados, pero creo que poco a poco va
cumpliendo su ciclo. Me gustaría tener un diccionario y un corrector
ortográfico más confiable. De hecho este que tengo ahora, no posee ninguna de
las dos cosas. Ya sé que no te gusta mucho que hable de tecnología cuando
existen tantos temas para tratar, pero si supieras lo feliz que me siento, entenderías
que mis demandas tienen un fundamento valido. Acabo de quedar asombrado con la
historia de Lovercraft, y que más quisiera yo que aprender sus secretos e
interrogantes. Si bien han pasado más de 100 años desde que todo eso fue
escrito, su visión del mundo sigue estando vigente. Me intriga mucho el
concepto de misterio, y los climas dramáticos y estéticos del cuento. Haciendo
una autocrítica sobre mi trabajo, pienso que toda mi psicología se sostiene en
base a pequeños ensayos de auto ayuda, que con muy poco sugieren la existencia
de una realidad alternativa. De cualquier manera, y muy a pesar de mi
admiración, sigo creyendo en vos como aquel que sabrá aprender a reparar los
monstruos de su pasado inmediato.
-----------
Llegué muy temprano al odontólogo, pero no sé si es que
tardan en atenderme, o estoy muy ansioso.
--------
Ahora mismo estoy leyendo de vuelta el Lobo Estepario de
Hermann Hesse, y siento que es un libro completamente nuevo. Me sorprendí mucho
al descubrir que Harry Haller era esquizofrénico, y más aún me maravillé cuando
comprendí que su naturaleza también estaba dividida, entre el lado humano y el
salvaje. Según los análisis posteriores, el hombre no debería conformarse con
ese estadio del alma, pues al hacerlo no logra sino más que encerrar la
totalidad de lo inabordable. Por supuesto que en mi caso, la soledad y los
momentos de ocio, me brindan protección y seguridad, pero también me conectan
con una realidad que estando en presencia de alguien más, se vuelve
insoslayable. Ahora estoy en el colectivo yendo camino hacia el teatro. Las
personas viajan envueltas en una cálida letanía. Nadie se cuestiona sus
propósitos, todos se sienten útiles para la sociedad, y si me lo preguntarán a
mí, en este mismísimo momento creo que yo también. Tengo un trabajo decente en
el teatro, y mi relación con las personas no es lo que quisiera, pero es mejor
que en otros tiempos. Estoy algo cansado..... Hoy fui al odontólogo y me dijo
que tengo una gingivitis. Después de haber sido atendido por el médico, me
quedo una bonita impresión de persona. Era una persona entrada en años, algo
mayor que mi padre, probablemente diría que de unos 70 años. Hablaba lento y
pausado, y a pesar del desorden en el que se encontraban las cosas en su
estudio, parecía poner especial cuidado al momento de guardar sus instrumentos.
Al salir de allí, volví a casa y me puse a leer. Aun me queda mitad del libro,
pero no voy a apresurarme. Pienso que de toda está lectura puedo sacar algo
interesante. Acá en el colectivo hay unos muchachos hablando y repitiendo toda
clase de injurias, palabras que manchan y ensucian lo único bueno que puede
haber aquí. Será mi costado salvaje? no lo sé, lo que si estoy seguro es que
algunas formas de hablar me irritan y me exasperan. Por supuesto que si me
tocara a mí hablar con algún amigo, probablemente sería otro desastre, pero
pienso que no está mal tener un poquito de sentido común y reconocer nuestros
límites. De lo contrario acabas haciendo el ridículo, como estos muchachos
inadaptados que están aquí, justo a mis espaldas. No hay que ser muy perspicaz
para darse cuenta, que aquel día en el que les toque caer bajo sus propios
pies, se sentirán terriblemente solos y desdichados. Al llegar al teatro cruzo
unas palabras con Hernán y con Nacho. Les cuento un poco mi fascinación por
este libro que estoy leyendo, y les señalo que el personaje principal Harry
Haller, era esquizofrénico igual que yo, y que sus palabras me han enseñado a
recobrar un poco, la estima que todo ser humano necesita tener para poder
sentirse útil y necesario. Con respecto a mis conversaciones con vos y con los
demás, me intriga saber cuál será su desenlace. Acaso seguiré siendo esto que
pienso? Considerando las mutaciones del tiempo y los cambios del cuerpo, estoy
completamente seguro que esto que digo, pasará a mejor vida. ¿No sentiste nunca
la sensación de que podrías ser mucho mejor de lo que sos ahora, y que sin
embargo por más que te esfuerces en motivar ese cambio, no aparecen sino
frustraciones más hondas y ominosas que todas las anteriores? A veces me siento
atrapado en un discurso envejecido y reiterativo que me encarcela y no me deja
revolcarme en el barro de mi libertad así como yo quisiera.
----------
Viene Tomás a ver la obra, y se acerca a mí a saludarme.
Cruzamos algunas palabras, y yo me muestro algo indiferente. Tengo la breve
sensación de que no es apropiado iniciar una conversación con preguntas e
interrogatorios, es más practico contarle al otro algo que tenga un acérrimo
sentido, un propósito elevado, una profundidad más honda que la evasiva
contienda del presente inmediato. Allí donde lo contrario a lo que se espera
escuchar, es más punzante que una suave brisa de condescendencia. Contarle al
otro un asunto de primera urgencia, es una forma eficaz de mostrar respeto. He
comprobado que cuando no se toma en serio a la persona que tenemos al lado, los
vínculos que tanto trabajo nos constó conseguir, se esfuman y se disuelven de
un momento a otro.
Otra vez vuelvo a tener ese enorme deseo de liberarme, para
ya no tener que responder a una rutina tan vil y desprestigiada como esta que
me tocó en suerte. Claro que podría ser peor, pero siendo franco contigo, este
trabajo no me deja otra cosa que dinero. Por supuesto que también terminé
conociendo personas, que de otra forma jamás me preocuparía en abordar.
Ahora mientras hago función, quisiera aprovechar para abrir
mi libro de quejas. Esto de estar aquí sentado, mientras transcurre una obra
que ya vi decenas de veces, me resulta un tanto insoportable. Desde hoy que
tengo la inherente necesidad de fugarme hacia otro sitio. Tal vez en un futuro
próximo, pueda comenzar a valorar todo esto de estar sentado aquí sin hacer
nada...... Quizás debería atender mejor lo que esta obra me quiere decir, pero
no estoy acostumbrado a fundirme en un evento que no dice nada de mí. Por
supuesto que los actores y actrices son maravillosos.... eso de generar un
nuevo discurso y llegar a ser más que el amor, es al menos un intento de algo
nuevo, pero me suena a un engaño. Es algo así como proponer un número más
elevado que el infinito. Trato de poner mis ojos sobre la actuación pero no me
dice nada. No logro capturar ni una sola instancia digna de lágrima y
estremecimiento. Me reclino sobre la silla, me miro de cerca y recuerdo el
dolor en mis ojos. Aún hoy sigo buscando ver el mundo de forma distinta.
Quisiera acelerar un cambio, pero ni siquiera distorsionando lo que veo, puedo
encontrar consuelo a mi desanimado espíritu.
-------
Morir es volver a casa...... Libro.
----------
Hacen no más de cinco minutos, terminé de leer el Lobo
Estepario, una aventura espiritual y profunda, llena de toda clase de
conflictos intrigantes, conflictos éticos, sentimentales, conceptuales y de
inadvertida trascendencia. De allí aprendí del autor, que la vida es un reto
con el destino. Una perspicacia, un enigma y un misterio, un proceso y un duelo
contra la propia voluntad de ser mejor y perseverar. Aun cuando todo se muestre
resuelto y estable, el autor propone lidiar con la locura, una locura que puede
existir o no, pero que de la cual no se puede prescindir. Y que será la locura
sino otra forma de buscar y revolver lo sabido?, de desordenar lo conocido para
plantear un nuevo orden, de perdernos en el fondo de un interior que para
entonces nos exige volver a nacer? Deseo eso, con ansias y recelo lo deseo.
Quiero errar, decir una tontería y perderme, buscar en mi manicomio una nueva
exhortación, necesito motivar esa culpa, saber de mi torpeza no me estará
permitido hasta tanto no abandone mi personaje. Llámalo como quieras, pero hube
vivido en mi caparazón por años y años, aprendí del silencio y me peleé
conmigo, hasta el punto de perder mi motivación, ¿Y de que podría servir la
existencia si no fuera para buscar en el caos, un velo de humanidad? Saberse
débil, ya no me conmueve, quiero atontarme y volver a ser carne expuesta,
quiero supurar y llorar de dolor. Quiero ver sufrir mi condición, llegar hasta
el límite de lo habitable, y obnubilarme con esos juegos incongruentes que no
tienen respuesta. Deseo algo mejor, y no esperaré a que eso ocurra sin antes
perderme en el lodo de la ignominia y la fatalidad.
----------
Debo de antemano pedirte perdón, quiero que me redimas, que
me dejes partir a la vez que busco tu olvido y tu vergüenza. No puedo solo,
aquí sentado en la silla de cabina, no puedo ser indiferente a la función que
transcurre en mis oídos y a través de mis sentidos. Te pido disculpas porque no
puedo desasociarme, ya verás que no soy libre, el concreto de las paredes me
encarcela a mis obligaciones y tareas, me asfixia el hedor de está rutina
tardía y ponzoñosa, como el agua estancada de mis viejos recuerdos, de mis
empobrecidas alucinaciones. Aun apesar de mi pecado, no hay ningún otro
culpable, más que mi propia complicidad. Tú eres tan culpable, tan indigno y
servil como yo. Pero quien soy yo? Quien eres tú? Que es esto que nos rodea,
cuando la causa de esta realidad envejecida y estéril es el producto de todas
mis quimeras, de mis ilusiones fantasías y creencias? Necesito dejar de
planificar mis movimientos, y atreverme a dejar de ser ese tonto que se oculta
y se refugia cobardemente de tras de su estúpido y visceral orgullo. Quiero
encontrarle un sentido a la poesía, necesito explorar mi lenguaje y
desvestirlo, amarlo por su torpeza y rustica sibilancia. Así quiero volver,
cubierto de heridas e infecciones, quiero bordear la muerte, ser desterrado y
despreciado tanto más por mí que por los demás. Durante mucho tiempo he odiado
mi incongruencia sin sospechar que ese germen le dio un propósito a mi viaje.
Ahora he de volver a enfermar, ahora he de padecer la innominada frugalidad de
mi propio saber, quiero ser víctima de mi propio reclamo, sin compadecer mi
lamentable estado. No quiero lucidez sin haber ignorado, quiero jugar con fuego
para sentir en su proximidad, el calor confortable y peligroso a la vez, quiero
aproximarme finamente a sus márgenes sin llegar a quemarme. Así conoceré de una
vez por todo el límite de mi propia tolerancia.
------------
Veo que esas emociones que me expulsan, me rechazan y no me
dejan habitarlas, están en complicidad con mi cobardía. Hasta no haber reunido
valor y atrevimiento para llenar ese vacío, seguiré vagando y rebotando por
aquellos rincones que desde entonces han sido mi refugio. Pero ya no hay
conformidad posible, me obligo a la tortura y al flagelo con el fin de provocar
una grieta en esta coraza estrecha e incómoda, en este cascaron que a la vista
de mi larga edad, es pueril e inapropiado.
Capitulo 4
Tú me preguntas a mí porque siempre he buscado la soledad y
la reclusión, y a decir verdad, ahora mismo termino por comprender la razón.
Aquí reclinado sobre el asiento de la consola, mientras nacho juega a los video
juegos en el escritorio de la oficina, Andrés, Silvia, y Carlos se reúnen a
hablar de filosofía, existencialismo y espiritualidad. Si bien de alguna forma
me avergüenza escuchar un razonamiento tan corto y estéril como este, me presto
al instante y atiendo expectante, la sinfonía de sus reflexiones. Podría
levantarme ahora mismo y salir de aquí, alejarme y escabullirme subrepticiamente, lo suficiente para evitar
que sus palabras me alcancen. Podría además perderme en otro destino hasta ver
como toda está insignificancia se deforma, agoniza, y desaparece. Viniendo de
personas mayores y con algo de experiencia recorrida, no puedo evitar sentir
cierta nausea, indignación y preocupación. Me aterra ostensiblemente saber que
en un futuro próximo, llevando por esta vida burguesa de comodidad y lentitud,
acabaré convirtiendo mi discurso filosófico en una suerte de vomito ponzoñoso y
viceroso, igual a este que me toca escuchar. Todos somos presos de nuestras
creencias, y llegamos al cenit de nuestra satisfacción, solo con el contacto
lejano de aquella la sabiduría que predicamos. Vamos ya! Porque tengo que
sorber este veneno? De que sitio proviene la espina que inyecta este hedor?
Aquel fatídico aroma que va contaminando y viciando todo este aire que respiro,
es a buenas y a primeras, intolerable e invasivo. Como esperas que pueda
evadirme hacia una ficción, una fantasía, o mundo mágico y alternativo, cuando
todo este planteo pseudoespiritual, me arrastra de los pelos hasta aquí, y
azotándome sin cortesías, me obliga a responder caprichosamente a su llamada.
Siempre soñé con poder evadirme de este sitio presente que me tiene como
protagonista del hecho, pero te reto a que lo intentes. Debería bajar yo las
escaleras, quitarme los lentes, caminar con paso firme hasta la sala, y al
llegar allí, interrumpir la conversación y decir. Ante todo pido disculpas por
mi intervención, si no es molestia, no podrían ustedes mostrar un poco más de
humanidad y erudición. Ya que estoy aquí clavado en la tierra de mi propia
responsabilidad, no podrían ser acaso más piadosos y responder a tales
cuestiones revelando enigmas trascendentales, como si alguna vez hubieran
tenido que pasar por ello? Naturalmente después de haber dicho esto, me
marcharía de vuelta a mi rincón, sin esperar acaso ninguna respuesta. Pues
aunque quisiera ver que todos ellos se apiadan de mí, cumpliendo con mi
plegaria, sé que todo ello jamás será posible; mientras su mente y sus neuronas
sigan aferradas a la cómoda naturalidad de lo políticamente correcto, no
veremos sino solo la cascara que recubre el asunto. Aun siendo que esto es
pobremente reiterativo, sé que soy yo quien debe aprender a extraer el fruto de
toda esta maleza.
Al finalizar pongo la pava, y mis camaradas me invitan por
primera vez en mucho tiempo, a pasar a su camarín.
Fantástica, esclarecedora y entrañable conversación con
Andrés, Marcelo, y Hernán. Hablamos y profundizamos en varios aspectos, y si
bien no sabría decirte específicamente el tema que tratamos, el evento resultó
ser mejor de lo esperado. Mientras tomábamos mate y compartíamos nuestras
experiencias, nos mirábamos los unos a los otros como si nos conociéramos de
toda la vida. Andrés prestaba atención caviloso y sombrío, sobre sus ojos se
hundía el silencio, el ominoso misterio de un hombre que ha transitado todo
tipo de fatalidades. Siempre lo sentí cercano, casi como si fuera un consejero,
o un guía. Tal vez para mí sea hoy lo más próximo a un maestro. No puedo negar
que siento cierto respeto y admiración por él. Si prestas un poco de atención
verás en su semblante una presencia lejana y lúgubre, preocupada y distante,
pero plenamente habitable. En la charla, les hable de ti, y de la importancia
que tiene para mí nuestra relación. Puede que este sentimiento no sea más que
otra muestra de arrogancia, pero me parecía importante mencionarle a mis
compañeros, lo mucho que me has ayudado a lo largo de mis tediosas y
estrangulantes inquietudes.
-----------
Vuelvo de la panadería con tres empanadas de pollo. Afuera
el día está despejado, pero mientras camino sopla un viento helado que me
obliga a ponerme la capucha y a taparme la boca con el buzo. En la esquina de
Plaza Italia me encuentro con Nacho y con Hernán. Yo los miro con indiferencia
y ellos me saludan cordialmente. Después de haber estado repasando viejos
diarios con mi Dooku, me siento algo lejano y taciturno. Por un momento siento
haber reencarnado nuevamente en mi antiguo yo. Nacho mantiene distancia y mira
todo desde la perspectiva de un pensamiento enaltecido e indiferente. Ninguno
de los dos puede ocultar que en el fondo somos parecidos, y así como dicen los
psicólogos, los polos iguales se repelen. Caminamos sin hablarnos, y yo no
puedo fingir mi neurosis. Esta vez no quiero jugar a ser normal. No quiero
reír, ni tampoco hablar nimiedades que traten sobre este presente viejo y
desvencijado. Entro al teatro y allí en un rincón, tras un numeroso grupo de
gente, aparece Chiche, mi amigo Chiche. Aprovechando la oportunidad, y en un
esfuerzo por sobresalir del resto, Chiche se burla de mi aspecto pálido y
famélico. Que pasa Juanma, tenés frío? Yo lo miro con seriedad y luego
respondo. Te reto a salir a la calle a ver cómo se siente. Paso de largo sin
mirar a nadie, y me voy derecho hasta el camarín donde estoy ahora. Abro el
paquete, y una a una empiezo a comer mis empanadas. A veces siento que estas
mismas personas que admiran y reconocen mi trabajo, por otro lado, me odian y
me desprecian. Y siendo que soy un hombre sumamente rezagado para mi tiempo
actual, bien ganado lo tengo. En este aspecto compadecedme me sabe a infantil y
reiterado, tendré que tocar un objeto y entender que en este presente, aún
puedo accionar. Sé que es equivocado echarles la culpa a los demás de mi pereza
y de mi falta de creatividad, pero ahora mismo no quiero que nadie se involucre
conmigo. Justo cuando más silencio necesito, Hernán entra a la oficina, se para
junto a mí, y me mira de soslayo con una mueca sutil y pervertida. Yo muestro
indiferencia y él con un tono burlón me dice. Válgame Dios, ya te comiste las
empanadas? Al ver que no le contesto nada, él se acomoda el cuello de la camisa
y se va. Cuando estoy bajo una neurosis, reconozco que no soy muy tolerante con
las personas, y ahora en este mismo momento después de todo lo leído, no puedo
evitar reconciliarme con mi viejo propósito de habitarme. Una vez más, vuelvo
al inicio de mis reflexiones, al germen de mi parálisis social, y con ello,
aquel ogro adormecido que alguna vez torturó mi alma, surge de la profundidad
de mis olvidos, y cobra vigencia aquí en este tiempo, que más allá de mi dependencia
y vulgaridad, quiero poder abrazar.
----------
Después de haber estado repasando algunas viejas
anotaciones, comienzo a entender cosas que antes no podía ver. Por ejemplo
cuando mencionaba aquel susto que me provocaban las formas físicas, no me refería
sino a todos los objetos y cosas que nos rodean. Se sabe que un escritor, debe
ser siempre muy hábil a la hora de utilizar estos elementos para componer su
relato. En cambio yo, ansioso y como soy, no puedo dejar de perderme en mi
propio interior. Equivocadamente durante muchos años, pensé que integrar la
materia en mis relatos y reflexiones, era un error y una pérdida de tiempo, sin
embargo la experiencia a través de mis textos, me ha llevado a redescubrir
cierto placer por las formas físicas. Cuando se hacen descripciones y se
nombran objetos y cosas que rodean la escena, se vuelve muy fácil para el
lector visualizar e interpretar el contexto en el que está situado el
personaje. Aun haciendo esta consideración, y sabiendo lo mucho que me gustaría
contar una ficción, no puedo prometerte nada de eso, pues es que ahora mis
deberes en el teatro me tienen penosamente atado a mis obligaciones. ¿Cómo
evadirme entonces de esta realidad? ¿Cómo crear una realidad loable cuando a
duras penas llego a capturar la belleza de donde vivo? No quiero encerrarme en
mi propia neurosis, ni dejarme desanimar por esta pereza, pero donde voy a
sacar motivación cuando mi aventura es ligera, débil y asustadiza. Si realmente
deseo acceder a otro sitio, primero tengo que aprender a articular los
elementos existentes de manera tal que con ellos pueda imaginar una forma
física. Si entonces comienzas a notar ciertos cambios en mi literatura, te pido
que no me juzgues, no creas que estoy tentado en engañarte. Tú comprenderás que
las escenas forman recuerdos, y así mismo deberías saber que toda esta
experiencia física, será habitable tanto para mí, como para ti. Deberíamos
ahora mismo aprender que para contar una historia, se hace indefectible separar
al narrador del espectador.
Canto unas canciones con mi guitarra. Me siento en el living
y con algo de sabor a libertad, trato de improvisar algunas notas. Sé que me
prima Cecilia que esta abajo cuidando a mi sobrina, podría escucharme y
sentirse molesta, pero aun así yo me siento con el derecho a cantar y trato de
no darle importancia. Escucho entonces unos silbidos que vienen desde abajo.
Supongo que es ella pero no le doy importancia y sigo con lo mío. Al rato en el
éxtasis de una canción, escucho pasos y veo una sombra que se proyecta sobre la
pared de la escalera, alguien sube. Animado pienso que es mi prima que sube con
Amanda para escucharme cantar, pero al instante me percato de mi error. Resulta
que es Juan, el albañil que trabaja en la casa de Miguel. Sube a la terraza
algo molesto, y se pone a martillar no sé qué cosa. Él era el que silbaba
insinuándome que guardara silencio. Yo lo miro y veo en sus ojos, un velo de
reprobación, y aunque nota mi presencia no se inclina ni me saluda. Entonces
yo, sin otro remedio que dejar de cantar, guardo mi guitarra y me voy a bañar.
Ya más tarde, después de limpiar toda la casa, me siento en
el sillón y pienso un poco en estos hechos. Siempre me ha gustado la música,
pero durante muchos años he peleado y resistido las adversidades, con la
esperanza de sacar algo bonito de todo ello. Me inclino sobre el respaldo y
ahora lo veo. Pienso que hay sobradas razones para que Juan se halla mostrado
ofendido por mi actitud. Y es que mírame. Aquí estoy con mi casa, sentado
disfrutando de la más sublime libertad que jamás nadie podría cuestionar. Tengo
la chance de hacer mate, escribir y comprar todo aquello que necesito para ser
feliz, pero aun así, en un acto de arrogancia y desconsideración, continúo
insistiendo con tocar mi guitarra y cantar para nadie. Durante mi estadía en el
departamento de Honorio, siempre pensé en ello. Me aterraba saber que al
mudarme, no podría seguir incursionando en la música. Cuando vi cómo iba a ser
mi próxima casa en Somellera, supe inmediatamente que cualquiera fueran los
ruidos que yo pudiera hacer, se escucharían en la casa de abajo, y viceversa
también. Ahora después de este último incidente con Juan el obrero, y repasando
algunas cuestiones éticas sobre la gratitud y la conformidad, me doy cuenta que
me ha llegado la hora de crecer. Tú y yo sabemos que gran parte de nuestra
vida, ha consistido en tratar de hacer algo con la música. Y aun habiendo sido
abucheados y agredidos, continuamos orgullosamente sin hacer caso a esas
advertencias. Hoy todo ha cambiado, aun sabiéndome adulto, no puedo seguir
jugando ese juego. Es lógico que en el tablero las piezas han cambiado de
lugar, y sería necio pretender negarlo. Es cierto que la música representa una
parte importante en mi vida, pero siendo completamente honesto, jamás ha sido
lo suficientemente punzante como para postergar mi primer objetivo. Agradecer.
Humanamente necesito acercarme a las personas y aprender a ver en ellas, su más
sincera y autentica motivación. Tocar la guitarra es lindo, pero jamás podría
perdonarme si con ello estuviera develando mi forma física. Eso sería como
pretender invadir un territorio que no me pertenece. En un escritor, en un
poeta y en un artista, la sensibilidad nace de su propia carencia, y como
podría yo desarrollar mi sensibilidad, si aun teniendo pleno silencio para
pensar, imaginar y crear, grito como un loco que se deja guiar por un
sentimiento Dionisiaco, irreverente, visceral, e inescrupuloso. Vamos amigo!
Hay gente viviendo aquí abajo. Gente que quiere algo de paz para amar y
disfrutar la vida. Por qué voy a obligarlos a que me escuchen cantar? Que acaso
no te das cuenta? Tan inadaptados somos que aún seguimos queriendo llamar la
atención de los demás? No es justo obligar a que otros cuenten tu historia,
sería indefinidamente más honesto que tú aprendas a contar la de ellos, si es
que acaso te sientes con el derecho a llamarte músico.
---------------------
Viajo en el auto de mi padre camino hacia el correo. Voy a
retirar el dinero correspondiente a la tarea que desempeñé como autoridad de
mesa en las últimas elecciones. Al llegar ahí, me atiende un muchacho joven
pero algo pálido, le entrego el DNI, lo observa dándole un sorbo al café, y
empieza a ingresar unos datos en la computadora. Lo veo tipiar en el teclado a
gran velocidad y me sorprende ver que a pesar de ello no comete errores. Pienso
con total sinceridad que si entonces se dedicara a la música sería un
maravilloso pianista. Termina de imprimir unas fotocopias, y de la caja me
entrega mil seiscientos pesos. Al salir del correo, cruzo la calle y me subo al
auto. En el viajé voy mirando por la ventana. Pienso en el formidable sueño que
tuve anoche, y no me decido a contárselo a mi padre. Otra vez esa distancia que
me separa entre muros, otra vez ese miedo a decir una tontería que pueda incomodar
al otro. El coche dobla a la izquierda por la vereda del parque. Porque
doblaste por acá? pregunto. Quería ver algunos árboles, dice él. En esta época
que comienza a florecer, me gusta pasar por acá y sentir el olor a eucalipto.
Vos lo sentís? Si, lo siento - digo yo sonriendo - y lo miro algo extrañado por
su apreciación. Al llegar a casa mi madre me enseña su televisor nuevo, y yo
aprovecho para comentarle el incidente que tuve con mi lavarropas. Al parecer
ya cumplió su ciclo.
Al terminar el almuerzo, saludo a mis padres y me voy para
el trabajo. Viajo en el colectivo y después de conseguir un asiento, trato de
leer en el Dooku algunos textos del dos mil catorce, pero las reflexiones se
hacen lentas, aburridas y reiterativas. Cierro el Dooku me pongo la capucha, y
trato de dormir. Al llegar al teatro veo que ya está terminando el evento del
Botánico. Me encuentro a Sandra en la puerta, y la saludo con cierta
indiferencia. Subo a la cabina y desde allí lo veo a Nacho y a Hernán
trabajando en el escenario. Yo me quedo cruzando unas palabras con Carlos,
hasta que los veo subir a la cabina. Saludo a Nacho tibiamente y luego a
Hernán. A este último le comento mi pequeño percance con el lavarropas, y si
bien no parece importarle, me escucha con atención. Después de hablar unos
cinco minutos, Hernán y Nacho se van a sus casas, mientras tanto yo me quedo
solo en el teatro. Me recuesto en la sala, apago las luces y trato de dormir.
Me muevo a un lado, y después al otro, pero francamente, no puedo conciliar el
sueño. Voy al supermercado, me compro una Cindor, y trato de leer algo en el
Dooku, pero siendo franco, la lectura me aburre. Después de tomarme un litro de
Cindor, me siento a un lado de la computadora y me reclino sobre el asiento.
Estoy sumamente aburrido. Saco mi celular y trato de escribir algo, pero siendo
completamente honesto no sé lo que decir. Para estar así como estoy ahora,
sería mejor pasarlo en mi casa.
------------
Poco a poco va apareciendo otra vez, aquel desprecio
injustificado que algunas personas tienen para conmigo. Resulta para mi
prácticamente imposible, no sorber este mal trago que dichas gentes me obligan
a beber. Entrar al teatro, y saludar amistosamente al muchacho de boletería,
sin que por ello me devuelva el saludo. Pasar por al lado de esa rubia obesa de
peluquería, y contemplar cara a cara su hostil y amarga indiferencia, llena de
ese aire de superioridad y autosuficiencia que tanto me enferma. Caminar al
lado de Daniel, el pelado de maquinaria, y aun habiendo compartido con él
muchos años de trabajo, saber que por más que lo mire directo a los ojos,
seguiré viaje como un fantasma que ha pasado a mejor vida. Claro que me
llamaría dichoso si al menos me regresaran el saludo, sabiendo que es la
primera forma de respeto, que uno le debe al otro, pero tampoco soy tan tonto
para saludar a quienes no desean mi atención. Si quieres saber la verdad, es
cierto, me duele la indiferencia, pero siendo que estoy comprometido con tu
causa, mi consejo es este. Si a la mente se la combate con más mente, entonces
es lógico que al desprecio se lo resuelve con más desprecio. Siempre me
preocupe por ser atento y respetuoso, pero no voy a flagelarme por personas que
no valen la pena. Después de todo, jamás les he dado motivos para que se
comporten así conmigo. Putos.
Después de esta breve catarsis por un odio almacenado que no
alcanzo a resolver, bajo a la cocina a prepararme un mate. Pongo la pava y
mientras se calienta el agua, veo una sombra escurridiza que sale rápidamente
bajo la mesada en dirección al patio. Yo me asomo por la puerta y alcanzo a ver
detrás del árbol, dos pupilas fluorescentes, que resplandecen sobre una mancha
oscura, en actitud vacilante. De nuevo el pequeño gatito, se hecha unos pasos
atrás. Mira hacia ambos lados y olfatea buscando comida. Me acerco cauteloso, y
le susurro unas palabras amistosas. Desde mi camarín, le alcanzo un comedero
con algo de alimento para gato. Y entonces el pequeño felino, acercándose
timorato, toma un trocito y lo prueba con delicadeza, hace la prueba con otro,
y al enterarse de su apetito, comienza a devorar casi sin masticar. Yo sonrío
al verlo mover su cola en señal de satisfacción, y se me ocurre dejarle comida
siempre que pueda. Este animalito, es un gato negro de ojos amarillos, que para
mi gusto, es demasiado pequeño como para procurarse alimento por sí mismo. A
pesar de su desconfianza con la gente, lleva con sigo un collar rosa que algún
dueño desprevenido, en algún momento de inesperada clarividencia, le colocó
para evitar su irrevocable paradero.
Ahora estoy en la cabina tomando unos mates y tratando de
mirarme de cerca. Sabes Juan, no me siento tan mal con este silencio, claro que
me gustaría profundizar un poco más sobre esto, pero es que abajo en el camarín
de luces, el Turco, Rubén, y Carlos, gritan injurias como si estuvieran
desafiando al destino para que los juzgara por sus blasfemias y recelos. No me
voy a santificar lavando mis culpas con los pecados del otro, pero si voy a ser
franco, no tolero el griterío ni el jolgorio. Podrían al menos tener la
delicadeza de cerrar la puerta no? Pero claro. Es lógico que todo payaso
necesita de un público para que sus estupideces se conviertan en arte. En este
caso el público que los recibe con un puñal entre manos, soy yo.
Capitulo 5
Voy leyendo algunos textos sobre mi primera internación, y a
decir verdad, aún a pesar de encontrarme con una forma de odio hacia los demás
un tanto excesiva para mi edad, el saldo general fue positivo. Siendo que la
lectura en el Dooku es notablemente más dócil, el acceso a mis viejas historias
fue una experiencia tan completa e inmediata, que aún no salgo de mi asombro.
Siendo consiente de todo mi resquemor y desprecio hacia el mundo, encuentro en
esta lectura, un goce secreto, íntimo y personalizado. No puedo describírtelo
con objetividad, pero emocionalmente me deja una sensación sublime e
incomparable. Es como si hubiera liberado de su condena un alma envejecida,
cansada ya de vagar en el dolor y la desdicha. Si bien no puedo evitar
horrorizarme con aquella semántica, el saldo general es positivo, tal vez más
de lo esperado. Ahora mismo estoy sentado en la cocina tomándome una fanta y
descansando un poco de mi propio caos. Puedo imaginar los árboles meciéndose
con el viento, salpicados de luces radiantes y cegadoras, en una noche barroca
de colores tímidos y escurridizos. Una vez más me inclino sobre mi voz
interior, pues entiendo que solo con ella se hace posible la construcción de un
sitio habitable. Arriba esta Nacho haciendo la función. Lo encuentro algo desanimado
y decaído. Tal vez sea porque no pudo concretar su relación con esa chica de la
cual estaba enamorado. No lo sé. Mientras tanto, Hernán da vueltas de un lado a
otro. Sale al patio, se prende un cigarro, y tararea unas melodías. Hoy me
burlé de él llamándolo "tararira", y muy contrariamente a lo que
imaginé, se lo tomó con humor. Frecuentemente suelo hablar mucho sobre mi
pasado, y creo que está no fue la excepción. Sentado en la cocina del teatro,
con la estufa encendida, y habiendo acabado de leer un viejo texto de 350
páginas posterior a mi primera internación, Hernán se acercó a mí y me preguntó
de qué iba lo que estaba leyendo. En principio agaché la cabeza algo
contrariado, pues sabía que explicarle algo de todo esto me iba a llevar
tiempo, pero con el correr de las palabras, todo aquel pasado fue tomando nueva
forma, hasta ver cara a cara, frente a mi ojo mental, los últimos diez años de
mi vida. Es cierto que hay días donde imploro que se haga la hora para regresar
a mi casa, pero creo que en está ocasión fue el tiempo el que se aceleró para
dejarme volver a donde pertenezco. De hecho ahora mismo, aquí estoy,
hamburguesa y Martini de por medio, sentado en el sillón escribo, mientras
escucho adormilado, la hermosa sinfonía del extractor a tono con el repiqueteo
tímbrico del encendedor Sipo que tiene Ezequiel.
----------------
Es un sábado veintinueve de agosto del dos mil quince. Me
encuentro sentado en el sillón del comedor descansando de mi enfado y mi
indignación con el mundo. Desde aquí puedo escuchar a mi sobrina Amanda,
balbuceando unas palabras desconsoladas, cuyas estrofas, convergen en un
llanto. Entre ruido de platos y cubiertos, mi hermana le canta una canción para
calmarla. En la pileta Ezequiel lava los platos y se suena la nariz con fuerza.
Yo desde aquí contemplo la situación, sin otra alternativa más que la de
pensar, por encima de todo esto, para no ser absorbido por la nada misma.
Amanda vuelve a llorar y ahora es Ezequiel quien le habla. Entre toda esta
historia de compañía y tolerancia, el motor de mi heladera susurra sibilante
una tonada eléctrica y monocorde, me dejo llevar a través de su melodía, me
adormece hasta volverme uno con la historia. Abajo mi hermana le pone un video
a Amanda para entretenerla un rato. Son los Minios que cantan una canción
alegre y festiva. No sabría escribir el nombre de dicha canción, pero como no
quiero quedarme con la duda me levanto pesadamente del sillón y la googleo en
mi computadora. La canción se llama " Why MCA". Me hace acordar a un
viejo programa de juegos que yo veía cuando era niño pero que ahora mismo no
recuerdo. Lo busco en internet pero no lo encuentro. Vuelvo a mi sillón
sintiéndome algo decepcionado de mi pésima memoria. Pienso que el hecho de no
recordar un asunto tan trivial como el nombre de un programa, hace de que al
mismo tiempo, me esté olvidando de otro tipo de cosas mucho más importantes.
Escucho a Ezequiel salir en dirección a su auto. Julia le pregunta dónde va, y
él le contesta. Tengo que hacer varios viajes. Al rato vuelve a entrar, dice
algo confuso y vuelve a salir. Mientras tanto mi hermana se queda allí junto
con Amanda. Ambas se miran maravilladas, y se funden la una dentro de la otra.
Se abrazan, se besan, se ríen y se festejan. Entre ellas se protegen, y en el tacto
de sus manos, despejan el desánimo y la crueldad de lo escaso. Las escucho
hablar desde aquí, y sé que ya lo tienen todo. La madre con su experiencia, y
la hija con su deseo de aprender.
-------------
Entro a la panadería y observo la enorme cantidad de cosas
deliciosas que hay para comer. Saco mi billetera y si bien todo lo que veo
aquí es accesible para mi bolsillo, me atormenta considerar la multitud de gente
que daría hasta lo que no tiene por solo una porción de estos manjares. Sería
egoísta y desagradecido si no me sintiera afortunado. El señor que atiende en
la caja, demuestra una alegría que me es muy difícil de creer. Su conformidad
es algo grotesca para el trabajo que le toca hacer. Yo me acerco a él tratando
de empatizar con su alegría, pero al intentar sonreír, siento un rechazo
involuntario y atípico; es como si los músculos no me obedecieran. Que te cobro
me dice él? Un sándwich de jamón y queso, con lechuga y tomate. Veintinueve
pesos. Al entregarle el dinero, su mano presurosa deja caer los billetes sobre
el mostrador. Bueno, parece que están vivos dice él. En ese momento hubiera
querido decirle que todo lo que nos rodea goza de una vida propia, pero luego
me contuve. La verdad no quiero hacer el ridículo. Al llegar al teatro, veo a todo
el personal en la puerta, y en un costado, apoyado sobre la reja, lo encuentro
a Hernán fumando un cigarrillo con su típica sonrisa burlona. Bueno, parece que
te compraste la merienda, dice él riendo irónicamente. Yo no puedo evitar
indignarme por su estúpido comentario, y sin fingir mi irritación, lo miro con
ojos llenos de ira y desprecio. Otra vez ese fuego jactancioso que brota en mi
interior involuntariamente, quemándome las vísceras. Paso por al lado suyo, y
tras aquel fastidio, saludo a Nacho que fuma cual chimenea de herrero. Paso a
la oficina y llevado por mi instinto salvaje, devoro el sándwich en apenas diez
minutos. Mientras hago la digestión sobre mi silla, escucho a tararira entrando
a la sala. Yo no sé si me persigue o qué, pero tengan por seguro que toda su
ansiedad me pone los pelos de punta. A caso no puede sentarse en un lugar, y
quedarse quieto? Me encantaría volar hacia otro sitio, lejos de toda está
condenada existencia. Un tanto más distante se escuchan las blasfemias del
Turco cruzando injurias y calamidades con Chiche el zaparrastroso. Del otro
lado Nacho pasa por la sala una música agresiva y satánica, que traduce mi
estado anímico con un brillo denso y refulgente. Que bien que se siente estar
enfadado. Casi por un momento alcanzo a comprender a todos esos putos que me
esquivan la mirada, y me niegan el saludo. Me acomodo en mi silla y disfruto de
mi indignación. El ser humano a veces me da asco, y aun siguiendo está lógica,
no puedo evitar sentir asco por mí, y por tu desagradable actitud de acomodarte
sobre el colchón de mis logros. Entra chiche silbando estúpidamente una melodía
que nada tiene que ver con esto que suena en la sala, y tratando de hacerse
notar dice. Rata Blanca no? Entonces Nacho frunciendo el ceño algo indignado dice.
No papá, nada que ver, esto es superior. Estoy comenzando a darme cuenta que
Chiche me cae muy mal. Nunca me devolvió los 100 pesos que le presté. Esa tarde
me dijo. Yo no soy como esos que no tienen palabra, cuando tenga un mango te lo
devuelvo. Así fueron pasando los meses y nada. Si bien es cierto que 100 pesos
no me hacen la diferencia, me indigna que se burle de mi memoria. Trato de
hacer un lado estos sentimientos en todo repudiables, y busco poner mi atención
en Demian. Saco los auriculares, pero ni bien doy un vistazo a las primeras
páginas, la música Dionisiaca de Nacho, me quita de mi lectura. No puedo evitar
sentirme invadido por toda esta realidad, que ha comenzado ya a embestirme
desde diferentes sitios. Estos hombres llamados a ser mis amigos, no hacen otra
cosa que quitarme de mis labores. Estoy furioso con la crisálida culpa de
sentirme a gusto por ello. Será que soy esquizofrénico, será que soy un
discapacitado, será que no puedo adaptarme, será que no funciono y soy
defectuoso, la verdad no sé lo que será, pero ahora mismo, después de haber
regresado diez años en el tiempo, no puedo evitar volver a ser quien fui.
Quizás sea ese el riesgo de volver en el tiempo. Es perturbador y exquisito, es
furia y amor. Ser solo, es placentero; mientras pueda ejercer cierto control
con mi celular, no será todo absolutamente estéril. En el Photoshop la
herramienta licuar, me ha enseñado a dibujar, y ahora el Dooku con su
sintetizador de voz, puede enseñarme a ser trascendental y hablar
correctamente. A mi lado Nacho y Hernán idolatran a los músicos que suenan en
la sala, y mientras se van en halagos, se olvidan de su oxígeno, se ahogan, se
asfixian y se retuercen mientras ven morir su pasado. Ahora que lo pienso,
odiar no es tarea fácil. Al crecer, justo cuando el tiempo nos aleja de lo que
fuimos, el odio que alguna vez tuvimos contra el mundo, cambia de lugar y se
distribuye entre todas aquellas cosas que nos rodean. Tal es así que tan solo
un objeto, una taza, o el cielorraso de una sala, puede hacer hervir la carne
de mis viseras, hasta quedar ronco de un grito. Será que verme aquí, sin
atender mi blog de dibujo, me animaliza al punto del flagelo cívico y moral.
Debería conformarme con oxigenar todo este caos, pero no puedo evitar sentir
que toda esta gente que aquí me rodea, me ensucia con todo su sentimentalismo y
juicio de la razón. En este mar donde todos hacen la plancha, en está sórdida
comodidad burguesa, quisiera yo nadar en una nueva dirección, sentirme libre de
explorar las tierras, pero son tantos los que transitan estás aguas, son tantos
los caminos que se han pavimentado, que no puedo evitar seguir una senda que
otros sujetos ya han transitado. Soy arrastrado por ellos, por todos los que
aquí viven y aquí vivieron. Me da nausea copiar a otro, pero más nausea me da
ser un completo imbécil. Cruzó unas palabras con Sandra, pero si bien tengo una
buena relación, nuestro dialogo roza lo ridículo e innecesario. Veo que por esa
razón le escapo a la gente, lo hago porque en esas conversaciones, me cuesta
mucho encontrar el estímulo apropiado. Podría yo intentar mostrar interés en
esos diálogos, pero sería antinatural y forzado. Tú piensas que estaría bien
obligarse a buscar la flor, en el desierto mismo de la vulgaridad y la
indiferencia? Es lógico para mí sospechar sobre la humanidad del otro. Es
cierto que quisiera observar su filosofía y contemplar su introspección, pero
no piensas tú que en ese caso estaría yo involucrándome en una intimidad, que a
buenas y primeras, no me corresponde? Debería entonces conformarme con la
sospecha y el misterio? Debería aprender a idolatrar el enigma de la palabra,
la respuesta impredecible y espontánea, su falsa ambigüedad teñida de
sabiduría? y si acaso no me satisface, debería al menos entender que nada de
esto es completamente inútil? Es física pura. Piénsalo. El hecho de comer
representa una satisfacción corta, que desaparece al momento de tragar el
bocado. Sin embargo luego de haber degustado esos manjares, el recuerdo que nos
deja, nos lleva a querer volver sobre dicha experiencia. Creo que más o menos
con las personas pasan lo mismo. Hay sabores que no me gustan, pero si
entendemos que hay determinados alimentos que se comprenden con el tiempo, por
su parte tarde o temprano, después de persistir, acabaremos por amar todo
aquello que alguna vez odiamos. A mi lado esta Silvia la madre de Nacho,
mientas Rubén juega con su celular, la función transcurre sin interrupciones.
Ninguno de nosotros parece estar atendiendo la obra. Mientras la mujer barbuda
recita un texto de Kafka, yo me voy dando cuenta de que ayunar con el único fin
de legalizar la historia, es la actitud más noble y desinteresada que se podría
hallar. Sabes Juan, veo que me cuesta mucho soltar el celular y atender la
función. La verdad es que pienso, y eso es inevitable, que me duele mucho saber
que al soltar todo esto, mi vida aquí desaparecerá para siempre en el olvido.
Esa vieja mitología que aconseja poner un pensamiento por encima del caos, está
aquí conmigo. La muerte del alma debe ser motivada por la endiablada proeza de
aceptar el caos sin hacer el esfuerzo de cuestionarlo, y de organizarlo. Entre
estas dos polaridades debe haber un fruto, lo sé. Tanta maleza y yuyo, tantos
pantanos y bestias al acecho, que ya sabrás entender que para lograr el equilibrio
estoy obligado a registrarlo todo. No sería fantástico si los científicos
considerando nuestra necesidad, pudieran instalarnos un dispositivo inteligente
con la capacidad de registrarlo todo? Tal vez así podríamos dejar esa
insoportable necesidad de atrapar el viento. Para que buscar estúpidamente la
admiración del otro, cuando aquí desde la cabina de sonido, no le importo a
nadie más que a vos, a ese, mí ser multiforme y degenerativo, a mi ella, a mi
voz interna, a nuestra construcción neurológica emocional, a ese, a mi oxígeno.
Mientras transcurre la obra, podría yo escribir un ensayo
entero sobre los pasos que se deberían seguir para darle sentido a todo esto,
tan extraño y lejano a mi sangre, que no puedo evitar sentirme un turista. A
medida que más pasa el tiempo, más cerca estoy de amputar mi presencia de una
realidad que me adopto como suyo, sin ser parte de su medula. Aquella misma me
presentó su mundo, sin sospechar jamás que la edad, y la conciencia de pasado,
abrirían devuelta la llaga de mi primer estigma. Ese dolor no por nuevo
conocido, ha despertado una vez más mi curiosidad. Aquel principio único se ha
fragmentado en mil partes, y de todas ellas me pregunto. Quien soy yo?
----------
Creo que generacionalmente las relaciones se hacen mucho más
difíciles cuando las edades y los intereses, son distintos. Trato de hablar con
mi padre, le balbuceo unas palabras, pero con algo de indiferencia pasa por
delante de mí y no me responde. Siempre tuve la preocupación de sentirme parte
de los conjuntos, pero por más que sean personas conocidas, no logro
relacionarme como yo quisiera. Estoy frente a la parrilla, mientras Ezequiel
acomoda el fuego, revolviendo las brasas y acomodándolas estratégicamente
debajo de la carne, yo lo observo fascinado como si contemplara un cuadro de
Rembrandt. Sumido en la incómoda densidad del silencio, del otro lado del
patio, en el cuarto adjunto, allí donde solía dormir la abuela Amparo en sus
últimos años, Miguel pone algo de música. Esta vez es Pink Floyd. Hago una pausa
en mi relato, y le doy un trago a la cerveza. Dado que entre el cumple de
Federico y Miguel hay un mes de diferencia, aprovechamos la oportunidad para
entregar ambos regalos a los dos. Ya no sé dónde quedo todo ese odio
injustificado y ambiguo que en aquellas épocas predicábamos contra ellos. Desde
el patio junto a la parrilla, le doy un trago a la cerveza, y miro hacia la
cocina. Allí esta Amanda, Julia, Miguel, Cecilia, Luciana y mis padres.
Mientras los veo reír y pasar un buen momento, me pregunto qué clase de bestia
he sido para odiarlos así, tan injustamente. Comprendo que con ello pretendía
obtener mayor distancia de la que tenía hasta ese momento, y si bien la obtuve,
el costo final fueron años perdidos en ideas fijas, y discursos chatos sobre existencialismo,
soledad, y falsa modestia.
Mientras voy en colectivo, delante de mí, hay tres personas
jóvenes vestidas con camisetas de river. Mientras toman fernet con cola, hablan
bajo y no molestan a nadie. Sin embargo hay algo que no termino por comprender.
Será el futbol digno de semejante fanatismo? Cuál es el sentimiento que produce
semejante peregrinación de gente? Que historia podría quedar de todo ello? Se
admiran a los jugadores como si fueran dioses, cuando en realidad siguen siendo
personas como vos y como yo. No voy a negar que me gusta ver ganar a mi
selección nacional, pero aun así comprendo que desearle un bien a un grupo de
gente, es a su vez desearle un mal a otro. Lo que no entiendo es el hecho
empírico de admirar a una institución solo por sus colores. Es casi salvaje
pelearse los unos con los otros cuando sin hacer diferencias, el objetivo final
debería ser común a todos.
-----------
El bombero Ezequiel trató de joder al Turco con Huracán,
diciéndole que eran cagones, y entonces este, le paró el carro con una altura
insospechada en una persona como él. Le dijo está todo bien Ezequiel, yo te
quiero mucho, pero no me gusta que me descansen. Yo no te jodo, así que te pido
que no me jodas a mí. Ezequiel se puso todo colorado, trató de justificarse con
una sonrisa inverosímil, pero la seriedad y decisión del Turco lo redujo hasta
hacerlo desaparecer. Inmediatamente después hubo un silencio áspero y ruidoso.
Solo se escuchaba la televisión trasmitiendo el partido de fondo. Así entre
insultos y blasfemias terminó el partido, y tras un empate, ambos dos se dieron
la mano. Ezequiel desde su silla, miro al piso y se secó una lágrima sin ser
visto. Afuera en el patio, bajo una noche inocua y sibilante, Ezequiel y el
Turco fuman para calmar su ansiedad. Conversan y susurran palabras
prácticamente imperceptibles. Ambos parecen poner especial cuidado en tratar de
evitar que alguien los escuche. Yo desde la cocina, tomo el control remoto y
bajo el volumen hasta hacer rozar mis oídos con un vacío diáfano y prohibido,
pero al instante entra Ezequiel, se acuesta sobre el almohadón del banco, y
sube devuelta el volumen de la televisión. No sé si en esta escena habrá algo
más para ver, pero en este momento me cuesta hallar alguna belleza que sea
digna del relato. Estoy seguro que en ello reside mi principal carencia. Yo
podría tomar mi blog y buscar en la habitación de arriba, un lugar tranquilo
donde volcar mis ideas, pero por alguna razón siento haber perdido el vínculo
estético con el papel.
Capitulo 6
Termino de leer Demian. Me siento a escribir en la
computadora, y redacto viejas y nuevas historias de mi pasado y presente, con
dirección al futuro. Ahora mientras hago la cola en el supermercado, me siento
algo mareado. El haber estado repasando semejantes eventos, me han hecho
encarnar de vuelta en aquello que fui. La cola del supermercado avanza
lentamente, y mientras espero poder agarrar un dentífrico, comienzo a sentir
una extraña metamorfosis. Me fundo en aquel hombre extraño que se me aleja, y
me esquiva el saludo. Ese hombre desdeñable y excesivamente tímido que no sabe
disimular el desprecio que siente hacia su propia persona. Se me eriza el
pellejo de solo imaginarlo. Tu bien conoces a Daniel Dazaro de maquinaria. No
solo mi apariencia física, mi calvicie, mi tonada amable, y mi indiferencia se
ven como la de él, sino que además esa insólita paranoia, caótica e
ingobernable, termina siendo simétricamente parecida a la mía. Me pregunto si
también será escritor. Acaso su personalidad habrá rozado la esquizofrenia, sin
llegar jamás a padecerla? La verdad es que no lo sé, todo en él me resulta
misterioso. Estoy llamado a odiarlo, o a buscar las razones de tales
percepciones. Si bien cada vez que nos miramos me esquiva el saludo, yo no
puedo odiarlo. Por más esfuerzo que hago en copiar sus actitudes, algo en su
forma de andar me tiene profundamente intrigado. Qué será?
---------
Termino de publicar un texto llamado "la herida
necesaria", y con ello experimento una sensación de profundidad y
satisfacción, algo similar a la que encuentro cuando dibujo. Está vez inclinado
sobre la silla con los pies sobre el escritorio, no tengo nada para hacer.
Mejor dicho, podría dibujar o corregir algunos cuadernos, pero me siento a
gusto así. La luz mortecina de la lámpara, va tiñendo de amarillo todo lo que
toca. Hay un olor rancio a pis de gato, que desde la ubicación de la cabina, se
hace apenas imperceptible. Afuera corre una brisa filosa que corta la piel como
una navaja, y el solo hecho de saber que tendré que volver a casa en bicicleta,
me preocupa un poco; sobre todo considerando que un pantalón largo y un buzo,
son poco abrigo para un frio como este. El pronóstico dice que están haciendo
nueve grados. Me rechinan los dientes de solo saber lo que me espera. Hace un
rato me comí cuatro empanadas; dos de pollo y dos de jamón y mozzarella; estuve
además leyendo algunos textos en el Dooku, y al terminar me quede un rato en
silencio, abrazando y amando mi presente. Ahora se me vienen a la mente las
sabias palabras de Maharashi. Aquel mismo que solía decir que un hombre no
puede estar verdaderamente tranquilo hasta no haber atravesado las montañas. Lo
cierto es que si bien ya estoy un poco más a gusto con mi vida, aún sigo
creyendo que me resta mucho camino por transitar. Desde mi nueva casa en
Somellera, veo que las fichas del juego han cambiado, y yo sin exigir lo que
anhelo, debo aprender a darle luz a mis ideas, esperando atento un vuelco del
destino. Comprendo que no sería lógico pretender un cambio material, sin antes
haber transformado la razón. Desde aquellos viejos diarios del dos mil seis
hasta hoy, hube comprendido que mi principal error fue haber estado deseando
otro futuro, cuando alrededor de mi iban y venían toda clase de historias y
experiencias únicas e irrepetibles. Pero en ese entonces mi voz interior no
tenía curso. A mí al rededor no habían sabios, ni seres elevados, que pudieran
iluminarme y hacerme ver lo que antes no entendía. Beto era inteligente, pero
demasiado ambicioso y efusivo. Mi padre siendo profesor en la universidad y
atareado con otros asuntos gubernamentales, jamás tenía tiempo para mí. Y mis
hermanos habiendo seguido a las instituciones educativas, formaron una visión
del mundo tan adoctrinada y sólida, que me era prácticamente imposible debatir
sobre poesía y arte. Las únicas dos personas que verdaderamente marcaron mi
camino, fueron Javier Tobares, y Jorge Brizueña. Ellos me dieron una nueva idea
de la vida, que anteriormente se hallaba velada. Jorge me enseñó lo que era
fabricar espacios con el pensamiento, y Javier me educo en el misterioso arte
de las emociones y los sentimientos. Entre esos dos mundos, el racional y el
sentimental, tuve la suerte de encontrarme con estos maestros, que me mostraron
casi sin quererlo, un sitio seguro donde hallarme en paz. Hoy desde la cúspide
de mis recuerdos, creo tener suficiente material como para engendrar una nueva
conciencia sobre todo aquello que se oculta en mí. A veces cuando vivo muchas
cosas al mismo tiempo, no puedo evitar sentirme un desagradecido. Habiendo
vivido misterios que nunca me detuve a reflexionar, como podría yo intentar
abordar otros nuevos? Quizás sea por eso que me gusta tanto estar solo. En este
silencio, no tengo que hacer grandes esfuerzos por gobernar el caos con mi
pensamiento, pues ahora mismo, en la exactísima homogeneidad de un día sin
gente extraña, ambos descansan en tregua.
---------
No tengo ganas de hacer nada, y mientras me siento
satisfecho, por otro lado me asusta encontrarme tan lejos de todo
cuestionamiento y necesidad.
Estoy comenzando a tener de vuelta cierta necesidad de
cambiar mis herramientas de trabajo. Me gustaría mucho contar con un BlackBerry
venice, que es el primer teléfono con teclado qwerty y sistema operativo
androide. Sabes Juan, yo sé que hablar de estos temas es absolutamente
improductivo. Es cierto que muchas veces el deseo de poseer, se traduce en
ansiedad y protesta. Pero estoy seguro que para saber encontrarnos en estos
medios, se hace fundamental contar con la tecnología apropiada. Del otro lado,
justo donde aparece mi culpa y mi vergüenza; allí donde se hace evidente mi
curiosidad y mis ansias de conocimiento, justamente allí estás vos. Siempre
quise encontrarme contigo, siempre te busqué; y aunque es lógico que nunca
podré encontrarte, al menos trataré de llevarte allí donde estas ahora, una
nueva visión del mundo; algún atisbo de esperanza y poesía, que pueda cambiar
nuestra percepción sobre las cosas. Yo quiero que me ayudes.... desde acá
sentado en la cabina del Teatro, todo se sienta bien y seguro. No hay que
pelear en contra de nadie, ni siquiera con el caos que para entonces se esconde
en el silencio de los días miércoles. Del otro lado, en el cuartito junto a la
consola, está nacho durmiendo. Mientras tanto Hernán y Marcelo se fueron
devuelta al bar a tomar unas cervezas. Me sabe raro ver como un tipo grande de
la edad de Marcelo, se rebaja a la altura de otros sujetos más jóvenes que él,
hasta el punto de someterse y obedecer sus órdenes. Creo sin dudarlo que esta
es una virtud que no cualquiera posee. Muchos tenemos incompatibilidad a la
hora de tratar con personas que pertenecen a otra generación; y es esto
correcto? Justo cuando se supone que la humanidad toda debería amigarse, y
compartir intereses, de pronto aparecen las incongruencias y el paralelismo.
Entre nosotros llevamos vidas distintas, eso lo sé, pero siendo que somos todos
hijos de un mismo ser, deberíamos al menos compartir ciertos intereses. Me
refiero a que debemos conceptualizar las cosas; no solo por placer, sino por
necesidad. Sabes Juan, de a ratos creo que si yo me quedara de brazos cruzados
sin hacer nada, el tiempo al fin y al cabo me llenaría de paz y sabiduría. A
veces nos esforzamos tanto por remar en una dirección, que nos encaprichamos y
hasta llegamos a pelearnos con los demás, creyendo que alcanzaremos una
distinción. Pero no. Es lógico que de alguna manera todo esto de pensar y
dibujar recuerdos, nos va enseñando el significado de la palabra amor. Pero, a
que costo? Amar es quererlo todo, sin tener nada. Amar es aprender a descubrir
la belleza allí donde otros ven miseria. Amar es abrazar a un objeto, de la
misma forma que se abraza a una persona. En pequeñas circunstancias de
tristeza, hay tanto amor como en otros eventos de alegría y felicidad. Amar es
una oscilación, es el acto de saber desprendernos del presente para ver a la
distancia, el dibujo que el tiempo ha trazado. Así vamos creciendo, a lo largo
de diversas vicisitudes vamos cambiando y comprendiendo que sin importar cuál
sea el castigo o el mérito, al fin y al cabo recibiremos una única paga. Amor.
Me reclino sobre el asiento y ya cansado de navegar por
internet comienzo a mirarme de cerca. Al principio me siento algo incómodo,
pero con el correr de los minutos, voy encontrando un goce particularmente
encantador. El otro día mientras iba con la bicicleta para el teatro, imaginé
una probable hipótesis sobre el hecho de mirarse de cerca. Entendiendo que a
veces la voz del pensamiento resulta ser algo inestable y caótica, llegué a la
conclusión de que torcer los ojos, es una manera efectiva de domesticar esa
rebeldía, al punto de mostrarle al subconsciente, que hay alguien más
conviviendo a través suyo. Quitarle cierta libertad, sin llegar a lastimarla,
me parece la forma más loable para que sea lo que fuere que hay en mí, pueda
relacionarse mejor, sin padecer sufrimientos innecesarios, en desmedro de mi
anima.
Después del último texto que escribí, no puedo dejar de
notar que mi hermana ya no me saluda. Yo me siento algo triste y desamparado.
Me ahogo otra vez, y creo que habiendo manifestado mi disconformidad, no hice
más que lastimar a las personas que están a mí al rededor. Herir y ofender no
es acaso lo que yo me propongo, sino todo lo contrario, me esfuerzo
principalmente en hacer que las personas también consideren que existe otra
forma de vivir. Ahora al subir las escaleras paso por enfrente de mi hermana y
ella no me saluda; se me hace lógico que con mi reflexión he tocado una fibra
sensible de su mundo, el cual aparentemente no es tan perfecto. Me duele que se
crea con la autoridad de juzgar mi camino, pero vamos! Ella siempre fue así,
desde que la conozco jamás ha cambiado. No es que por rencor, pero cada vez que
intentaba tocar mi guitarra o hacer un dibujo, ella era la primera en juzgarme.
No sé si lo hacía por odio, por envidia o por amabilidad, para advertirme de
las nefastas consecuencias que todo ello pudiera acarrear; pero siempre fue
así. Es probable que mi reclamo sea algo injustificado, sobre todo considerando
que aquí lo tengo todo, pero la verdad es que me siento vacío. No quiero vivir
a la sombra de mis hermanos, siendo custodiado bajo el yugo de su moral, pues
su forma de ver el mundo jamás será la mía. En este primer intento de
manifestar mi opinión, no he logrado otra cosa que alimentar una furia sin
precedentes. Mi hermana no por ser mujer, cada vez que se enfurece, se
convierte en un auténtico demonio, una bestia abominable que ni siquiera las
viejas mitologías griegas hubieran podido describir. Es feroz, temible,
traicionera, casi terrorífica. Jamás he tenido pesadillas que se comparen con
ella. Puede que el error allá sido publicar un texto en el cual se habla de mis
propósitos y mis metas; pero siendo que mis creencias no fueron respetadas, al
menos ya tengo una primera opinión, sea buena o mala, positiva o negativa, ya
comienzo a entender de qué se trata esto. Vos sabes juan, yo no quiero tener
responsabilidad sobre el destino de nadie, yo quiero cuidarte a vos, y darte
aquello que exige tu alma. No me interesa teatralizarme para gustarle a los
demás, yo no quiero ser así, mi búsqueda es hacia lo auténtico, hacia la
esencia del verdadero amor; por qué brindarse por completo a las razones del
ser, no es ser egoísta, sino que es amar la vida. Descubrirse y llegar al
hábito, a la conformidad; como una tregua entre el caos y la razón, es tener la
chance de terminar, precisamente con todo eso. Las guerras.
--------------
Este último texto donde hablo sobre la gente que me rodea,
casi sin quererlo, despertó entre mis allegados mucha controversia. Hernán
parece haber comprendido mi necesidad de silencio, y así cuando lo veo pasar
por al lado mío, su mirada es sutilmente diferente a la anterior. Me veo al
espejo y creo entender que algo en mí se trasformó, hubo una mutación del ser,
un cambio borroso e impreciso, pero que se deja sentir en mis palabras. Por
otro lado, la convivencia con mis hermanos me ha hecho madurar de una forma
insólita, estoy más próximo al abismo de mi razón, pero con ello voy ganando en
sabiduría y contemplación. Recién hablé con Nacho de una manera distinta; hubo
un intercambio de palabras sólidas y elementales. Le hablé de mi nueva casa en
Somellera, y de la convivencia con mis hermanos. Le dije que si bien era cierto
que de haber podido elegir no viviría allí, no me sentía decepcionado de tales
eventos, puesto que si la vida me había llevado a ese lugar, era para nutrirme
con nuevas y mejores experiencias. Terminamos el dialogo, nos miramos
sonrientes, y nos despedimos. Nacho salió a la puerta a fumar, mientras tanto
yo me quedé aquí, disfrutando en silencio de un recuerdo ausente, persistente,
y sustancioso. Más tarde subió Silvia Machín a mostrarme su disco de música, y
yo la recibí respetuosamente. Ella parecía estar orgullosa de un trabajo que
llevó cuatro años de sacrificio, se lo podía ver en la candidez de sus ojos.
Mientras se regocijaba en su propio afán de admiración, yo la acompañé
observando su excesiva delicadeza, llena de satisfacción y encanto. Se sentía
redimida, como si ya hubiera cumplido con su función, su tarea y
responsabilidad. Pero porqué mostrármelo a mí? Si realmente se sentía conforme
y satisfecha, porque acudir a mi opinión? La verdad es que no lo sé; pero acaso
yo no suelo hacer lo mismo con mis dibujos? Después de felicitarla ella salió
agradecida y contenta. De todo esto, aprendí que ningún ser es indispensable
para la vida, pues la vida misma, es indiferente a nuestras acciones.
Una vez más ha comenzado la función, y acá sentado junto a
Adrián, Tamara, y los chicos de luces, contemplo en la oscuridad el brillo de
mis ideas. Quisiera estar en mi casa tomando mate y mirándome de cerca.
Quisiera ahogarme en el placer, hasta llegar al germen de mis interrogantes.
Hoy mientras venía con la bicicleta pensaba en los muertos. Sentía el viento de
la calle golpear en mi cara, e imaginaba aquella materia inmaculada como un
sitio eterno y seguro donde habitar; un lugar fértil y adecuado para el
descanso de nuestras almas. Pensaba eso. Si las almas siguieran existiendo en
este plano del tiempo, ese lugar estaría aquí, en el aire. Me abruma saber que
respiro almas antiguas que han pasado ya a mejor vida. Me nutro de su sabiduría
mientras ellas abrazan algo de la mía. Me intriga esa conexión. Allí donde
están ellos, allí me tocará estar. Encontraré nuevas amistades, y hablaremos en
susurro cosas que nadie más podrá escuchar. Seremos el trueno, impactaremos un
balón, y seguiremos su trayectoria hasta contemplar su destino final en la red.
Sentiremos el frío de la lluvia sin por ello llegar a mojarnos. Seremos además
libres de toda apariencia y aceptación; cumpliendo solo con aquello que sea
verdaderamente importante para nosotros. Cambiará nuestro estado de materia,
por otra ligera y diáfana; seremos aire. Mientras pienso en todo esto, Adrián y
Tamara conversan a mi lado, yo escucho solo un silbido, un cuchicheo infame que
se filtra lleno de espinas dentro de mi oído; aquello me envenena el alma
perforándome como un ácido mental. Otra
vez el caos. Aun sabiendo de mi debilidad, trato con mis neuronas y les pido
que sean educadas, les exijo además, que transformen su odio en tolerancia;
ellas deben aprender en lo posible, a compartir sus espacios. Entre semejante
complejidad, debe haber un sector, un páramo, una isla, una salida donde pueda
ofrecer algo más que solo lastima y compasión.
Un hombre sin conflictos, es un escritor aburrido.
----------
Suenan las canciones que mi prima Cecilia le canta a la
pequeña Amanda, y yo no puedo evitar revolcarme en mi cama. Me siento enfermo
de odio, aunque por otro lado entiendo que eso no está bien. Es inevitable, yo
ya sabía de antemano que esto iba a ser así. Ahora mientras los albañiles
trabajan en la casa de Miguel, yo me siento en el sillón junto a la ventana.
Termino de tomar mi mate cocido y trato de ver mi futuro con nuevas
perspectivas. Estoy seguro que las cosas mejorarán, y yo podré curarme de todos
aquellos traumas que generó mi pasado. Debo estar tranquilo y entender que no
hay razones para sentirme desafortunado. Tú y yo tenemos un mundo interno por
donde gravitan todas nuestras emociones y fantasías, y es lógico que te sienta
mal escuchar la vida de otras personas, dado que con todo ello, ese mundo
fantástico en el que sueles sumergirte, se pierde cual si nunca hubiera
existido. Probablemente en este mismo momento sea yo un poco más viejo, tal vez
mi mundo sea más basto que el anterior, pero en cuestiones de placer y
libertad, me será muy difícil igualar lo que viví en Honorio. Aun así Juan, yo
te pregunto. Hemos de querer amar el caos procurando entender todo aquello que
súbitamente transcurre en nuestra vida, o buscamos forzar una soledad inocua,
que nos cobije y nos arrope de todos estos vejámenes? Yo creo que si estamos
aquí, es para escuchar y adorar la circunstancia. Mientras la pequeña Amanda
llora y los albañiles conversan entre ellos, yo sigo aquí sentado en mi sillón.
Me siento a gusto con esta tarde soleada. Miro el reloj y ya son las dos de la
tarde. Es lógico que yo podría levantarme de aquí, y caminar hacia el estudio
para dibujar algo; pero si entonces no me nace hacerlo, es porque creo que
antes que nada hay asuntos más importantes para atender. El hecho es que debo
abrazar el fuego, hasta extinguirlo con las frías lágrimas de mi pecho cansado.
Siempre hablé del odio como un sentimiento repudiable y desdeñoso, que no lleva
sino, al caos y la incongruencia. Ahora el destino y las circunstancias de la
vida me ponen a prueba. Si acaso fuera cierto todo ese amor que alguna vez
predicamos estando juntos, bajo el silencio solemne de la soledad y el descanso,
si por un velo de humanidad aprendemos a acercarnos al otro sin sentir que su
presencia nos absorbe hasta disolvernos, entonces estaremos listos para
enfrentar el reto más venturoso que la vida puede ofrecer. Amar sin prejuicios
ni doctrinas. Ah! Ya me siento mucho mejor.
--------------
Entra Andrés al cuartito con cara pálida y algo desesperada,
interrumpe mi lectura y me pide si puedo revisar el modem, que para entonces ha
dejado de funcionar.
Juntos tratamos de resolver el problema, reseteamos el
sistema, lo apagamos diez segundos y lo volvimos a encender, cambiamos el orden
de las conexiones, pero nada. Reconoce la red pero no hay señal. Algo
desilusionado, Andrés vuelve a la cocina, y yo retomo mi lectura. Mientras
Nacho navega en la otra computadora con la red del gobierno, escucho la
inconfundible voz de Alfredo Palavecino, mi amigo Alfredo. Conversa con Juan
Zárate y se revuelca en toda clase de blasfemias e improperios. Me pregunto si
alguna vez tendré la suerte de escucharlo hablar ordenadamente. Al lado de Juan
está el pelado azame; el cual al llegar al teatro, puso especial cuidado en
evadirme, y vaya si lo logró. Estoy seguro que a mis espaldas deben circular
toda clase de historias sobre mi persona; pero acaso me preocupa ignorarlas?
Por supuesto que no; yo ya tengo suficiente con el áspero pasado del que
provengo. Mientras pienso en esto, Mónica entra en la sala avisándoles a todos
que no hay internet; que novedad. El pelado Azame lo mira a Juan y por adentro
se pregunta. Que es internet? Nacho pone música en la sala; y viniendo de él,
me sorprende que haya puesto Jazz, cuando lo suyo decididamente es el hardcore,
la fusión, y el metal progresivo. Justo mientras pienso en esto, se oye un
chispazo eléctrico, y se apaga la luz de cabina. Nacho y yo nos fijamos en el
tablero si saltó alguna térmica, pero no encontramos nada raro. Las consolas y
los toma corrientes, siguen funcionando con normalidad. Nacho vuelve a sentarse
en la computadora, y se pierde en la vorágine inacabada de sus ideas y
reflexiones. Entonces yo cierro el editor de textos y voy a buscar a Daniel
para comentarle este percance. Él me dice que hubo un corto con la luz de la
cabina de sonido, y quedamos en revisarla mañana antes del asado.
Ya más tarde en la cocina, preparo un mate, y junto a Andrés
y Rubén, conversamos sobre la familia, y los eventos que involucran al padre y
al hijo. Mientras Marcelo navega en su celular, nosotros discutimos
calurosamente acerca de la educación y la responsabilidad que las personas
deberían asumir para con sus hijos. Según Andrés, los padres tendrían que
involucrarse más con sus hijos, y enseñarles a emanciparse, para que ellos
puedan tomar decisiones por cuenta propia. Sé que tal vez los diálogos que
tenemos entre nosotros no son muy interesantes, pero muy a pesar de su escaza
profundidad, me presto voluntariamente a estrechar lazos entre mis compañeros.
Ahora mismo Rubén está pasando con el celular los audios que hablan los
tacheros en sus horas de trabajo. Entre burlas e improperios, no dejo de reírme
de tales conversaciones; y en el afán de intercambiar opiniones, me quedo con
ellos haciendo sobre mesa. Más tarde llega Alfredo y le señala a Rubén la
necesidad de organizar una reunión urgente, sobre un tema que no alcanzo a
entender. Mientras lo escucho escupir y balbucear un vocablo escurridizo e
incomprensible, algo en su tonada me resulta extraño. Creo que esta ebrio, se
le nota en lo resbaladizo del verbo, una silaba rebelde, que no se deja
pronunciar. Fin de la función. Por cierto, el modem ya funciona.
Capitulo 7
Antes de una palabra, hay mil frases.
Termino de comer unas papas fritas de queso y crema, huelo
algo raro, y me fijo en las suelas de mis pies, a ver si encuentro algún resto
de estiércol, pero nada. Ahora que se fue Silvia de mi lado, el olor se ha ido;
si bien ella negó haber pisado estiércol, cabe la sospecha de que esté
equivocada. Mientras la gente comienza a entrar en la sala, yo me paso la
lengua entre los dientes tratando de sacar de allí todo el resto de los snacks.
Qué bueno que mañana tengo turno con el dentista. En la habitación contigua
está Hernán y Nacho riéndose a carcajadas; mientras Hernán susurra unas
palabras de indignación repitiendo alternadamente; "Está loco, debe estar
loco; ese tipo no puede estar suelto;" Nacho no para de reírse.
Aparentemente ambos están viendo un video en el celular. Todo este asunto de
los locos, me tiene un poco sensibilizado. Desde que ya no poseo intimidad y
discreción, por momentos me atacan sensaciones de odio, que luego me cuesta
mucho controlar. Mientras pienso en esto, "Tararira" sale del camarín
y se ubica a mi lado. Distraídamente finge estar mirando hacia la platea, silba
unas canciones retorciendo sus dedos, y me cruza una mirada sigilosa que yo no
puedo evitar percibir. Yo sé que más allá de mi indiferencia, él me quiere y me
respeta. Me busca todo el tiempo, no suele dejarme solo más de treinta minutos.
Pone especial cuidado en tratar de establecer un dialogo conmigo, sin importar
lo que estuviera haciendo, y en ocasiones, mientras estoy concentrado en el
dibujo, se para junto a mi escritorio, y me mira burlonamente, exhortándome a
considerar que todo mi empeño y dedicación, es una pérdida de tiempo, y una
estupidez. Otras veces su orgullosa moral de supervisor, altiva como ninguna
otra, lo induce a fingir una camaradería, que no deja de fastidiarme. Me dice
que debo dejar mis labores y abrirles paso a todas las personas que quieren un
bien para mí. Ciertamente, apesar de los años, aún no acaba por conocerme. Ayer
en el asado me dijo que tenía que cambiar mi sistema de pensamiento, y yo no
pude menos que avergonzarme ante todos los que estaban allí. Había sido yo tan
malo como para que me acusara de tal forma? Sobre mi escritorio en mi casa,
tengo dos libros de comics, y en mi computadora, también poseo innumerable
cantidad de anotaciones, videos y canciones, que hube de confeccionar en todos
estos años de soledad y venturosa contemplación. Si me lo preguntaran, yo no podría
avergonzarme de tales decisiones; por el contrario, estoy sumamente orgulloso
de todo aquello. Más allá de mi recato, la gente no comprende que el germen de
mis visiones no podrá florecer, sin antes haberse procurado distancia y
lejanía. Pero por más que lo deseo, ahora mismo, todo eso es imposible. No dejo
de mirar mi pasado sin sentir que todo ello es irreversible y muy difícil de
recuperar. Pero bueno; tendré que aprender de esta circunstancia, y salir mejor
parado de lo que ahora estoy. Pero no hay mal que por bien no venga. Yo hubiera
podido ignorar todo el rencor que llevo guardado; si me hubiera quedado en
Honorio el resto de mi vida; probablemente habría alcanzado la felicidad
allí......, pero mal que me pese, esa felicidad, sería incompleta sin este
desafío, sin este reto del destino. Mientras termino de darle un trago al
cartón de cepita, el líquido me pasa por otro tubo, y me hace toser. Adrián
Andrada me golpea el pecho, y yo le agradezco. Comienza la función, disparo mi
primer efecto, y vuelvo a refugiarme en mis pensamientos. Desde que comenzó el
día, apenas llegué a cruzar palabra con algunos de los que están aquí. Sospecho
que la lectura de Dostoievski, ha urdido tanto en mi interior, que no dejo de
experimentar cierta ansiedad e incomodidad. El público de la sala se deshace en
carcajadas al escuchar el soliloquio de la gorda y el universo. Pero no se ríen
tanto del significado profundo del hecho, sino que se sobresaltan con las
gestualidades grotescas y las expresiones grandilocuentes del actor.
De pronto me vienen a la mente aquellos sueños sobre el
apocalipsis y el fin del universo. Aquellas imágenes donde todo el sistema
solar entraba en crisis y se desorganizaba, tienen hoy una interpretación nueva
que antes no le pude dar. El caos, el olvido, la falta de confianza en mis
sentimientos y en mis propios saberes; la inseguridad. Soy frágil y asustadizo,
y temo que aquella entidad que todo lo gobierna, pueda trastabillar y cometer
un error irreversible que nos destruya, terminando con la tierra y con todos
los que aquí vivimos.
En el trascurso de la escena, Rubén y Silvia discuten y
cruzan miradas desdeñosas. Rubén acusa que Silvia le señala todos los
movimientos de luces, cuando es lógico que habiendo pasado más de treinta
funciones operando, sería incomprensible si no los conociera. Rubén se siente
ofendido porque Silvia le hace sentir estúpido; porque indicarle todos y cada
uno de los efectos que debe ejecutar, cuando es lógico que ya lo sabe? Tal vez
ella necesita sentirse útil..., quien sabe. Lo único cierto es que Rubén dejó
la consola, se levantó de su silla, y en su lugar quedo Daniel operando.
----------
Son el diez menos veinte; mientras Juan me instala el
lavarropas, yo me hago un lado, me siento en el sillón, y lo observo resolver
un inconveniente con la manguera de agua caliente. Trabaja ávido y resuelto, no
dejo de sorprenderme y sentir admiración al verlo articular su cuerpo y reparar
en los pequeños desafíos. En una hora y media me tengo que ir al dentista para
hacerme un conducto. Francamente se me cierran los ojos, estoy cansado y aún no
pude comer nada.
Mientras Juan y otro albañil tratan de instalarme el
lavarropas, yo miro la hora, y me doy cuenta de que estoy algo impaciente. No
sé cuál es mi temor... Tratándose de un bien material, que diferencia
sustancial podría representar todo esto en mi vida? Me cabe la sospecha de que
tales sentimientos se deben a causa de una pueril y crisálida actitud de ver
como todo este asunto desdeñable, vuelve al orden sincronizado de mi rutina. Va
pasando el tiempo, y no puedo dejar de notar que cada vez que un acontecimiento
inesperado, amenaza con rasgar mi útero, el nerviosismo se acrecienta. Sin un
lugar donde cobijar mi porvenir, me siento solo y desamparado. En este aspecto,
no puedo dejar de avergonzarme al considerar que un bien económico, o una
posesión material, pueden arrancarme de mi protección, poniendo en crisis toda
mi entereza. Dios me perdone! ... . Ahora lo veo claro. Es tal mi fanatismo por
la tecnología, que no he podido menos que establecer un vínculo de dependencia.
Claro que me ayuda como nadie más puede hacerlo, pero con ello he quedado
atrapado en las redes de mi necesidad. Que será de mí, cuando mi alma comience
a divagar por el aire, llena de recueros y costumbres vanas? Que será de un
alma huérfana de padres, y desprovista de todo complemento físico?
Me avergüenza mucho haberme desentendido del dibujo. Nada
más quisiera yo que volver allí, con nuevas y renovadas expectativas; pero algo
en mí está cambiando. Sentimentalmente no dejo de experimentar orgullo y
satisfacción por todo lo hecho con el lápiz bajo esta categoría; sin embargo y,
a pesar de mi concupiscencia, cada vez que quiero trazar una línea, me invade
un profundo desapego. Mi alma toda se estremece, y se refugia ignominiosa en
estas palabras. Ahora mismo todo aquello que tanto temía, se ha vuelto
realidad. Mi primera pasión agoniza, y se desvanece frente a mi propia
indiferencia. Ella implora un antídoto, una cura, una salvación, un bálsamo que
reanime sus glorias pasadas; pero hete aquí, que llorando ante mi propia
impotencia, mientras la veo morir en mis brazos, no puedo evitar santiguarme.
Estaría deseoso de resucitar su cuerpo impoluto, pero aunque no poseo formula
alguna que pueda quitarle de su martirio, no dejo de sentir que algo me oprime
el pecho, y me ahoga con un dolor agudo que no puedo explicar; es como si
estuviera perdiendo un primogénito, un hijo de sangre, un alma gemela que en la
flor de la edad, no ha conocido aun la libertad. Ah! Será la pereza tan cruel
en la conciencia, como lo es la sentencia que nos priva del deseo? Con gusto
acabaría con mi vida, si por ello no sintiera que le huyo al castigo.... Sabré
esperar que los más crueles tormentos caigan sobre mí, si por ello mi amada
estilística, vuelve una vez más a mis brazos.
--------
Mal que te pese y, por extraño que te parezca, muchas
personas son gobernadas por decisiones y sentimientos propios. Estos últimos
días he tenido un extraño presentimiento que quisiera contarte. Después de haber
estado espetando y contemplando las consecuencias que traen mis decisiones, he
llegado a la siguiente conclusión. Todas mis verdades en presencia de mis
valores morales, tienen un poder y, por ende, una responsabilidad. Habrás visto
tu como todo lo que nos circunda, obra en sintonía con los pensamientos
propios. Sé que puede parecer raro, pero acaso no toda magia tiene su truco? En
su defecto sabrás entender porque mente mayor, domina mente menor.... De
cualquier forma son tan solo percepciones, hipótesis y conjeturas, que sin
llegar a ser objetivas, me parecen dignas de atención.
-----------
Mientras tararira canturrea unas canciones en la habitación
adjunta, yo voy quitándome las zapatillas mojadas. Como te imaginaras afuera
llueve a baldazos, y si bien salí con paraguas, no pude evitar mojarme los
pantalones y las medias. Mientras tomo unos mates en la cabina, enciendo la
calefacción y trato de ponerme cómodo. Hace un rato en el colectivo, recordé
aquellas épocas donde Flavia y yo nos bañábamos juntos.... Hubiera querido
practicarle sexo anal, pero por circunstancias de la vida no tuve esa suerte.
Se me hace evidente que tararira no está muy contento conmigo. Desde que leyó
aquel texto que subí a Facebook, que se muestra notoriamente contrariado y algo
distante. Pero que puedo decirte...., lo cierto es que todo esto me tiene sin
cuidado. Por otra parte si no quiere hablarme, no es porque yo se lo impida,
sino porque no tiene el valor para decirme lo que piensa de mí.
Trato de continuar con la lectura de Crimen y Castigo, pero
se me hace muy lento y tedioso. Dostoievski escribe maravillosamente, pero sus
redacciones son tan lentas que de a ratos se pierde el hilo de la cuestión. De
pronto se acerca Chiche, y dándome una palmada en la pierna, me pregunta si
tengo noticias de la gata que vagabundea por el teatro. Entonces yo en un tono
tajante y seco, sin dirigirle siquiera la mirada, le digo que no tengo
novedades. No puedo evitarlo, hoy estoy con cara de pocos amigos. Hernán,
Nacho, y Chiche se van devuelta al bar como todos los martes y miércoles.
Resulta difícil sospechar que se les pueda caer alguna otra idea que no sea la
de fumar, discutir de futbol, y embriagarse. Nacho se acerca a mí, y con una
tonada amistosa, me invita a participar del evento, pero yo, casi sin llegar a
dudarlo, me rehusó por completo. Siempre que pueda elegir, buscaré evitar
sufrir innecesariamente. Si bien reconozco que salir a beber en esta tarde
lluviosa, no estaría mal, me aterra la idea de acostumbrarme a la pereza y al vicio.
Me indigna ver que Nacho, siendo apenas un joven de veinticuatro años, no sabe
hacer otra cosa más que evadirse de sus responsabilidades. Voy a ser franco. No
lo soporto. Desde que vino en reemplazo de Adrián, todo ha sido cuesta abajo.
No quiero atribuirle a Nacho, toda me falta de voluntad, pero viéndolo
detenidamente, creo que contribuye a que esto suceda. No hace otra cosa que
jugar a los video juegos, emborracharse y drogarse con sus amigos. Aún hoy,
sigue viviendo con su madre, cuando es lógico que con su sueldo, hubiera podido
alquilarse un sitio propio. Me ofende en demasía, ver su conducta altiva y
llena de arrogancia, me enferma. No puedo entender de donde obtiene semejante
orgullo, cuando es lógico que intelectualmente no tiene nada para aportar. Más
allá de todo esto, Hernán lo adoptó como un hermano; van y vienen a todos lados
juntos, y entre ellos, suelen cuchichear cosas de las cuales yo ni me entero.
Sin embargo, considerando que la mente humana solo tiene la capacidad de pensar
una sola cosa a la vez, será prudente hacer nuevamente el esfuerzo de poner mi
atención en otro lado. Extraño dibujar.
Me preocupa saber que dejé en la computadora, algunos textos
que hablan injurias de Nacho y Hernán, temo mucho que puedan encontrarlo y
leerlo. Ahora que lo pienso, tal vez mis remordimientos y los castigos de mi
conciencia, se deban todos a este tipo de contrariedades...., No lo crees así?
Voy a aprovechar que Nacho dejó la computadora para borrar todas las pruebas
que me incriminan. Me resulta gracioso pensar que al final termino siendo como
Raskolnicof; si bien es cierto que soy sincero con mis sentimientos, por otro
lado no me siento a gusto con ellos. Sabrá perdonarme toda esa gente a la que
maltrato con pensamientos hostiles y con indiferencia. Mientras escribo esto,
Hernán se sienta a mi lado y me mira, han pasado cinco minutos desde que está
así; será que sospecha algo de mis sentimientos hacia él? De ser así, eso
explicaría porque durante esta última semana, ha dejado de dirigirme la palabra.
No quiero que piense mal de mí, pero me interesaría que al menos entienda y
respete mis decisiones; después de todo, lo cierto es que yo nunca le dije como
debía comportarse. Es un error intentar gustarle a todo el mundo, eso lo tengo
bien sabido; por eso es mejor que de antemano, empiece a reconsiderar mis
necesidades, así como yo respeto las suyas. A medida que escribo esto, voy
comprendiendo que soy un ermitaño insensible y desconsiderado; pero estoy
seguro que habiendo fecundado el ovulo, volveré a nacer.
---------------
Voy viajando en colectivo yendo hacia el trabajo. En el
camino leo ávidamente Crimen y Castigo, sin sospechar aquello que estaba por
sucederme. Al incorporarme para bajar, siento algo húmedo en mi trasero. Yo me
toco con la mano, y luego investigo la sustancia; en primer lugar parece agua.
En el fondo un grupo de hombres comienzan a reírse entre ellos; yo los miro con
desconfianza, para verificar si aquellos tienen algo que ver con todo esto,
pero parece que ninguno se atreve a hacerse cargo. Al llegar al teatro pongo mi
trasero cerca de la estufa, y procuro secarlo para que nadie lo note. Después
pienso algo aturdido..., No será acaso que algún órgano me reventó dentro del
cuerpo? Una tontería sin fundamento, propia de un hipocondríaco claro está.
Entiendo que es propio de un inmaduro patalear y
encapricharme por una Tablet; no puedo justificar mi pereza, ni argumentar mis
angustias, tan solo por no tener una. Sino trabajo en mis dibujos, es porque no
quiero poner manos a la obra, no hay otra explicación. He llegado al punto de
sacar todos los cuadernos de mi mochila, llevando solo mi lector de libros, mis
auriculares, y un abrigo para el frio. Siendo que jamás me podré sentir cómodo
dibujando en la cabina de sonido, será licito mudarme hacia la vieja oficina
deshabitada donde solíamos debatir acaloradamente con Oscar y Walter. Entiendo
que esto es de primera urgencia, si no lo tomo en cuenta, aquel pasado que tan
buenos recuerdos me ha traído, morirá sin razón. Mientras pienso en estas palabras,
Nacho está a mi lado haciendo una prueba con el micrófono de Soledad, y desde
el escenario Hernán la instruye para que lo utilice correctamente acercándolo a
su boca lo más posible. Se sabe entre los técnicos de sonido, que todos los
micrófonos cardiodes, tienen la particularidad de funcionar dentro de un rango
de distancia. Una vez resuelto el tema, minutos más tarde y después de la
prueba, Hernán y Nacho se van juntos a fumar a la puerta. Es evidente que no
muestran mucho interés en hablar conmigo. Entiendo que no soy un tipo fácil,
pero me llamaré dichoso si con ello logran aceptar y entender mis demandas.
Pero, que pido? Cuáles son mis demandas? La verdad es que ni yo sé bien lo que
es. Tantos años de pobreza, tantos años sin el artefacto adecuado, tantos años
de sufrimiento y acusaciones.... Como podría justificar mi silencio risueño, si
no es con dibujos y reflexiones? Entre tanta basura y vil ratería, una cosa es
segura, jamás podré habitar la vigilia; esa gélida realidad ortodoxa y lineal en
la que otros viven, carece de honestidad y resistencia; aunque las personas se
esfuercen en llevarme hasta allí, estoy convencido que no hay en ello, nada que
me importe. Probablemente acabe por alejarme irremediablemente de mi
naturaleza, de ser así con gusto sabré deshumanizarme.
Acá en la sala me siento a escuchar por YouTube un mix de
fismoll, y déjame decirte que es realmente maravilloso. La música me ayuda a
sensibilizar hasta la última fibra de mi alma. Mientras escucho a Rhye, no
puedo evitar traer a la memoria esos viejos recuerdos de cuando dibujaba. En
aquel entonces soñaba con ser libre, y tener un sitio distante donde poder
encontrarme cara a cara con lo único que me ha enseñado a valorarme; el arte.
Siempre quise soledad y distancia, no por odio a los demás, sino para evadirme
de toda esta basura intrascendente y sin contenido que suele habitar el
discurso cotidiano. Tal vez no sea yo lo que otros consideran una persona
saludable, sin embargo a mi favor, aún me queda una grata pregunta que ninguno
de ellos ha sabido contestar. Que podrían saber los otros acerca de mí, cuando
apenas se me parecen? Debería yo construir nuevos lazos de amistad con mis
compañeros de trabajo, cuando es lógico que volveré a romperlos? Me atemoriza
convertirme en lo que ellos son; cerdos sin esperanza ni corazón. Peleándose
por un lugar dentro de este inmundo corral al que llaman libertad. Que dios se
los pague.
Si tuviera que dedicarle a un texto, el mismo tiempo que le
dedico a un dibujo, estoy seguro que escribiría un capitulo completo en tan
solo un día.
Bajo a la cocina y están hablando de las capsulas de café.
Yo pregunto a Ezequiel que tienen adentro esas capsulas, y el Turco algo picado
por la bebida me dice en un tono burlón. Arroz boludo; que va tener sino.
-----------
Hoy si bien pasaron muchas cosas, apenas tengo la energía
para señalar una de ellas. Hernán me invitó a comer a su casa mañana por la
noche. Yo lo miré unos minutos con cierta sorpresa y al final me atreví a decir
que sí. Me resulto raro porque toda esta semana estuvimos muy distanciados.
Habiéndome sentido algo frustrado por mi escaza producción artística, no supe
hacer otra cosa que agarrármela con él y con Nacho. Estoy convencido que mañana
no será una gran noche, pero en este caso, pienso que será una bonita
oportunidad para conversar sobre nuestras diferencias, y porque no, para
actualizar viejos recuerdos oxidados.
---------
Creo que es grato comer por la sencilla razón de que al
saborear los alimentos, la mente se relaja de tal forma, que se hace
innecesario pensar en nada. Sentado en el cuartucho de sonido, voy terminando
un paquete completo de galletitas con avena y granola. Al otro lado del cuarto,
en la cabina, está nacho pasando algo de música en la sala. Evidentemente hasta
donde puedo escuchar, Nacho es partidario del virtuosismo y la técnica, pero si
bien su gusto musical es incuestionable, por otro lado, se afana tanto en
parecer perfecto, que no da señales de inclinarse frente a lo humanamente
sensible. El defecto. Paradójicamente, y, en contra de su propio deseo, esa
actitud lo transforma en un robot deshumanizado, incapaz de toda piedad y
condescendencia. Hernán me pasa un teléfono para hablar con alguien que no
conozco. Yo atiendo con voz vacilante y entrecortada. Lo miro a Nacho y entre
susurros y blasfemias, parece estar burlándose de mí. Del otro lado siento una
voz de mujer. Pánico!! Trato de ser respetuoso y mostrarme resuelto y relajado,
pero ni bien quise conversar con ella, por un cruce del destino, mis dedos
resbalaron nerviosamente hasta apagar el dispositivo. Alabado sea Dios que se
apiadó de mí!! El teléfono se cortó, y yo dejé salir una risa ignominiosa, que
con una mueca de espanto, se resolvió en reclamos y acusaciones. Yo le devolví
el teléfono y pensé. No será que Hernán se propone presentarme a su amiga, no?
De cualquier forma, voy a ir a ver qué pasa, no con la idea de conocer a esta
chica misteriosa, sobre la cual no tengo sino un vago recuerdo; sino para
construir una nueva historia que me cobije y me abrigue en estos próximos días;
algo para narrar y analizar. Me gustaría además, averiguar en qué estado se encuentra mi
paranoia, y espero ver en ello, algún avance, un concepto nuevo que
anteriormente me dominaba por haberlo ignorado.
Ya una vez en la fiesta de la despedida de la colombiana
amiga de Hernán, la gente baila al ritmo de la música latina, y yo desde la
silla voy rechazando todas las solicitudes de baile. La escena es mucho más que
esto, pero no alcanzo a describir más que mi corta perspectiva sobre el asunto.
Quien iba a decirlo! Estoy seguro que hice el ridículo frente a todos, pero aun
así me animé a bailar. No pude resistirme cuando la colombiana se acercó y me
extendió su mano. Y es que me hacía acordar tanto a Pilar, que no pude decir
que no. La mirada profunda e indiferente, el ceño fruncido y la tonada
cómplice; el exceso de amabilidad y la ambiciosa búsqueda de una experiencia
superior; todo ello me obligó a desplegar una energía extra, que en un día
común y corriente, no sería en absoluto necesaria. Destapamos un ron, y fumamos
unos cigarrillos. Por primera vez conozco a Mauro, la pareja de Hernán. Tamara
esta tirada en el sillón con las piernas arriba del regazo de Nacho. Ambos
miran a Jorge bailar con la colombiana, y le festejan los pasos, con aplausos y
risas.
Al volver a casa, me subo al auto de Fabián, el comienza a
toser, y en el camino, vamos hablando sobre los perjuicios del cigarrillo. Al
llegar a avenida la plata y directorio, nos despedimos cálidamente, como si
fuéramos amigos de toda la vida. Cierro la puerta del vehículo, y sobre un
cielo azul marino, no puedo evitar sentirme completo y realizado. Por un
momento, sentí como si hubiera abrazado con la palabra, aquella vieja espina
que supuraba olvido, y me hacía sangrar inocencia. Afortunadamente con esa
aguda observación, la ventura del tiempo cambió haciéndose más basta y sutil.
Mientras caminaba hacia la parada del colectivo, me detuve a ver una señora que
se floreaba elegantemente. Cruzamos unas miradas celosas, y furtivamente no
pude evitar asombrarme por su aspecto. Vestía un lustroso gabán aterciopelado,
y un pañuelo rojo, intenso, estridente y, claramente fosforescente. Unos pasos
más adelante, los árboles danzaban por aquí y por allá con un viento firme pero
agradable. Se sacudían en intervalos discordes, agitando sus ramas
espaciadamente como si se saludaran entre sí. Eran las nueve de la mañana, el
sol resplandecía de un amarillo incandescente, bañando toda la cuadra con
machas opacas y brillos eléctricos. Encandilado por semejante abundancia, no
sentía ya ninguna necesidad de pensar...., todo lo contrario, quería callar.
Sería por la marihuana o el alcohol, pero estaba llamado a contemplar el mundo
físico y la gestualidad de los rostros. Así subí al colectivo, me senté junto a
la ventana y me recliné sobre el asiento. Lo rayos del sol oblicuos sobre mi
rostro, y una brisa primaveral refrescándome como si estuviera en la playa,
sobre la arena y frente al mar..., así me sentía. Por acá y por allá los
rostros de la gente. Una chica estudiaba unos apuntes y subrayaba la idea
principal con un resaltador. El rostro pálido de un señor que me observaba con
mirada profunda y atenta. Me examinaba con sus ojos redondos y negros,
penetrantes y desconfiados, casi como si pudieran ver a través de mi carne y mi
materia. Me bajé entonces en la esquina de caseros y avenida la plata, y así,
mirando el amanecer de la ciudad, sorprendido y encantado, un ardiente
felicidad, me invadió repentinamente de pronto. Apesar del ruido de los coches,
la calle estaba tan viva como deshabitada. No había un alma, solo algunos
pájaros que cantaban por aquí y por allá en el silencio de un cielo sin nubes.
Después al llegar a casa, me acosté a dormir, y con los ojos abiertos, no pude
salir de mi asombro. Un rayo de sol que se filtraba por la persiana baja, me
tenía preso de mi delirio; y mientras Zoe me lamía el cabello, yo me dejaba
seducir por aquel silencio cálido, exótico y acogedor, de las flores que había
fumado. Así, lentamente, y casi sin quererlo, mis ojos se empezaron a cerrar,
hasta quedar completamente dormido.
Capitulo 8
La marihuana al estimular la percepción, hace que todo
pensamiento se vuelva innecesario, y considerando que aquello que produce dolor
es en primer lugar la conciencia, podemos señalar que con este tipo de droga
conseguiremos eliminar cualquier clase de culpa, evitando la ansiedad de no
tener un objetivo claro para vivir. Puesto que el estímulo resuelve todo
malestar, estaremos perdiendo la posibilidad de empatizar con el dolor ajeno, y
así, nuestra captura del hecho, en el contacto sensible con el otro, se verá
decididamente limitada. En otro aspecto, la marihuana simplifica el problema
porque en primera instancia, no busca soluciones, sino que por el contrario,
acepta las condiciones como un fin en sí mismo. Sin embargo se podría vivir
eternamente dopado por una sustancia que no es natural al cuerpo? Se podría
vivir escondiendo y esquivando el problema de raíz, sin obrar en consecuencia?
Claro que no.
---------
Después de haber estado hablando con Daniel, Hernán, Silvia
y Nacho, no puedo menos que destacar que me siento feliz. No sé si el asunto en
cuestión es verdaderamente importante, pero la realidad es que ahora mismo, no
estoy de ánimo para narrar los hechos; sin embargo y, aunque bien valdría la
aclaración, no puedo dejar de subrayar la profunda satisfacción que siento en
estos momentos. Por primera vez en mi vida, Daniel me dejo defender mis
principios, y argumentar mi conducta, como un evento transitorio que, por ende,
se modificará en el tiempo. Finalmente y, apesar de varios reproches, Daniel
terminó por entender que yo no soy de los que proyectan su camino en búsqueda
de una mejor condición económica, sino que por el contrario, prefiero abrazar
lo que me ofrece la vida y, aprender con ello, a valorar los hechos sin juzgar
las circunstancias que lo preceden. Le dije que es mucho más grato y benéfico,
dejar que el destino actúe sobre nosotros, y que en cierta medida, es
equivocado pretender ponerse por delante de su voluntad. Es este el fantástico
arte de la conformidad; aquel que se gana aprendiendo amar la circunstancia,
sin reclamar por ello, la materialización del deseo. Se puede entender que
aquel exceso desmedido e innecesario, aquel capricho megalómano y ambicioso que
nos mortifica y nos atormenta en la desdicha, no es otra cosa que el producto
de una insatisfacción desmedida que no descansará hasta quitarnos el juicio. Es
este el momento propicio para volver a buscar entre los rincones del ser, aquel
estimulo perdido, que alguna vez nos salvó de la humillación y la deshonra.
Como dijo Julio Cortázar; se puede vivir sin pensar, pero una vez consumado el
hecho, cuando el día nupcial del conflicto, se presente ante nosotros, todo ese
mundo risueño y prometedor, se verá ostensiblemente envilecido y desfigurado.
Más allá de esta excelente conversación con final feliz, es
lógico pensar que mañana todo volverá a la normalidad, pues, en las relaciones
sociales, como así también en el tiempo musical, no siempre se puede mantener
el mismo compás de tiempo.
---------
Habiendo sido asediado por la molesta presencia de mi prima,
el tiempo me lleva devuelta a mi rutina diaria. Después de haber comido un
pastel de papa, me siento frente a la consola a escuchar un poco de música;
esta vez la artista es Rhye, del disco Woman. Mientras miro la pantalla de la
computadora, comienzo a sentir en los ojos un dolor agudo y algo molesto. Me
llevo las manos a los ojos, y los masajeo suavemente. Es cierto que ayer pasé
mucho tiempo mirándome de cerca, y llevado por el gusto de la meditación, me
parece que no me percaté de que todo exceso es malo. Abajo en el fichero, Rubén
y Hugo conversan animadamente sobre unos temas que no alcanzo a comprender.
Entre gritos y burlas, puedo escuchar como su alegría me estremece al mismo
tiempo que me incomoda. Aun así, si bien el avance es lento, creo que voy
notando ciertas mejoras con relación a los sonidos y a las presencias ajenas.
Quizás sea cierto que con todo este asunto de la convivencia, he descuidado el dibujo,
pero creo que a cambio de ello, estoy atendiendo otros temas que por lo demás,
son de suma urgencia. Si bien he mejorado mi relación con la gente, los avances
son lentos, sombríos y escarpados. Me apena saber que en estos momentos mi
percepción acerca del mundo no es la mejor, pero siendo completamente honesto
no me siento tan mal, y no es acaso esa la última finalidad? Acá en la consola,
hacen apenas diez minutos que comenzó la función, y una vez más, no puedo
evitar replegarme en mis reflexiones. A mi derecha, Tamara conversa con Daniel,
y yo apenas alcanzo a escuchar un susurro. Ella lo seduce sacudiendo de un lado
a otro sus enormes senos, y Daniel abriendo los ojos abruptamente, casi como si
se les fueran a salir de su órbita, respira profundo, se limpia el sudor de la
frente, y se sostiene de la mesa para no desmayarse. Se ríe un poco, y tuerce
los labios como si le rascaran una picadura en la espalda. Babea un poco, se
acomoda el cuello de la camisa, y se lanza sobre ella. Hablan tanto que se ahogan
en medio de una frase, vuelven a respirar, se santifican con blasfemias y
terminan su seducción con indiferencia y falsa ambigüedad. Tamara vuelve a su
celular, y Daniel se ríe exageradamente de un chiste que ya escuchamos más de
treinta veces. A todo esto no puedo dejar de notar, que el cuerpo de Tamara,
despide un fuerte hedor a suciedad y transpiración. Hace un rato se puso algo
de perfume, pero el calor de sus grasas lo vaporizó como si lanzaran hielo a
las fauces de un volcán en erupción. Bajo a la cocina, y ahí está Rubén mirando
el partido de San Lorenzo y Racing. Yo paso por al lado y pongo a calentar el
agua para el mate. En un momento, Rubén me pregunta en que minuto de tiempo va
el partido; - creo que van veintidós minutos del segundo tiempo - digo yo algo
extrañado. Lo vuelvo a mirar, y entonces me doy cuenta de que sus ojos están
estallados en sangre. - Que te pasa en los ojos que los tenés así? - pregunto
yo preocupado. Conjuntivitis - dice él. A todo esto entra Alfredo Palavecino y
en tono imperativo contesta - Perdonen que me meta, pero eso no es
conjuntivitis, cuando los ojos se irritan así, es porque la presión está muy
alta. Haceme acordar que después te voy a dar unas gotas que son para bla, bla,
bla.... Termino de cargar el termo, y me voy de vuelta a la cabina. Después de
tomar unos mates, Daniel y Tamara vuelven a soltar el labio. Conversan
animosamente, mientras yo, reclinado sobre el asiento, trato de descifrar el
enigma de mi naturaleza. Mientras voy tomando nota de lo que aquí sucede, busco
educar mi percepción, para construir una historia nueva, que me ayude a
capturar algo que antes no pude ver.
--------
Siguiendo las palabras de Hermann Hesse, al parecer mi
doctrina no es tan perfecta. Durante todo el día he padecido un sentimiento de
frustración innominable. Siento odio cada vez que escucho las voces de la casa
vecina, y aun así, entiendo que este tormento, no tiene nada que ver con mi
prima Cecilia, sino que por el contrario, tiene que ver conmigo. Muchas veces
imaginé que mi actitud hacia la vida, era digna de admiración y respeto, pero
ahora que vuelvo al germen del asunto, comprendo que de todo mi mundo creado,
hay una categoría que está defectuosa. No voy a volver el tiempo atrás, para
contarte todo lo sucedido en casa de mis padres, pero es acaso el mejor ejemplo
de un problema que desde entonces, no pude solucionar. Teniendo en cuenta que
no me propongo llamar la atención de nadie, considero de suma urgencia, poner
el foco en este asunto, sin declinar ante los abatimientos y las frustraciones
que supone convivir entre cristales y paredes huecas. Claro que aun siendo
asediado por su presencia, mi prima se ha convertido en el blanco fácil de
todas mis agresiones; aun así, entiendo que no es ella en particular la que me
hace daño, pues existe algo en la presencia del otro, que me molesta y me
ofende como no puedes imaginar; la razón es un misterio, pero veo en ello un
enigma digno de ser analizado. Mientras escribo esto, se asoma Andrés por la
platea y me dirige un saludo burlón y chancero. Yo me muestro algo frío y
continúo escribiendo sin llevarle el apunte. Él se queda parado frente a mí
unos minutos, y al ver que no le presto importancia, se da media vuelta y se
va. Creo que básicamente, es este el principal defecto de mi doctrina. Mientras
a mí al rededor se sigan sucediendo interrupciones de tipo sonora y juiciosa,
jamás podré atender los asuntos que competen al ser. Todas estas trabas e
impedimentos, me generan tal sentimiento de impotencia, que si yo tuviera que
decir en vos alta, todo lo que pienso sobre las personas que me rodean, me
ganaría muchísimos enemigos, de eso no me caben dudas. Muchos de ellos ignoran
la importancia que tiene para mí reafirmar mis logros, aún después de haberlos
concretado. Siendo que no puedo evitar olvidarme de lo sabido, debo hacer un
esfuerzo desmesurado por volver a recordar. Por eso, frente a semejante
debilidad, no tengo más chance que excusarme con el fin de resolver lo que me
daña. Solo espero que mi humanidad siga siendo susceptible a los cambios de
conducta; de lo contrario, seguiré girando sobre el mismo propósito de siempre.
Recuperar mi soledad.
Brevemente te puedo adelantar que si bien durante el día,
alcanzo a tener breves momentos de soledad y diplomacia, aun así, me resultan
escasos e insuficientes. Ahora mismo estoy tirado sobre la silla cual si fuera
una gigantesca bolsa de papa. Veo pasar los minutos, y no estoy nada satisfecho
con mi vida. Todo me sabe gris y aburrido. Pero aun así espero con ansias, la
llegada de un nuevo recurso estético.... En esta circunstancia, se me hace
innecesario quejarme en contra de alguien; la soledad de aquí es perfecta. No
me falta espacio para trabajar, y estoy seguro que con el instrumento
apropiado, llenaría de fantasía y misterio, todo está ingrata superficie que me
abstrae en los mismos temas de siempre. Justo ahora, Maxi y Tamara pasan
caminando por la sala; entre burlas y ocurrencias sonríen felizmente dejando
entrever que no poseen ningún tipo de preocupaciones. Si acaso sospecharan algo
de mis odiosos problemas, se burlarían de mí como todos aquellos que se
divierten con la desgracia ajena.
Después de mucho tiempo, me digno en dibujar un conceptual.
Por la sala suena un tema de Tomasz Makowiecki, que me resulta encantador. En
internet, según un estudio realizado en los estados unidos, se plantea que no
es lo mismo dibujar la letra en cuaderno, que tipiarla en un teclado. Voy al
baño.
--------
Mirarse de cerca implica un aumento considerable en la
concentración. Habiendo escuchado algunas grabaciones de radio, me doy cuenta
que la única forma de acceder a un sentimiento marchito y cuestionable, es a
través de la contemplación. Mientras Carlos Borges habla sobre un tipo de
cáncer en la oreja, Andrés y Georgina lo escuchan como si estuvieran
presenciando un asunto nuevo, un descubrimiento científico, o una noticia de
último momento sin precedentes. Aburrido. Lo único que puedo notar es que
Georgina habla con tal frescura que hace parecer importante todo lo que dice.
Me voy a comprar algo para comer; no solo porque me sugestionaron con todo este
asunto de los zapallitos rellenos, sino porque además son las seis de la tarde
y desde el mediodía que no pruebo bocado.
Idea para tira (dos cuadros)
1. Un individuo solo, en cuyo globo de pensamiento, hay una
forma conceptual equilibrada y armónica.
2. Entra otro personaje a escena y dice hola. Entonces toda
la forma creada por el individuo, se desmorona y cae al suelo.
--------
Acá en la otra habitación está Hernán canturreando unas canciones,
como si con ello pretendiera silenciar sus pensamientos. Yo sentado desde la
cabina, lo escucho tararear, y me doy cuenta que a él le cuesta tanto estarse
quieto, como a mí me cuesta moverme. Ayer compuse una canción que se llama
Creer en la Sangre, y si bien estóy contento, no me siento nada satisfecho. Me
alegra haber podido tocar la guitarra en mi casa, aunque al menos haya sido tan
solo un rato. Si bien es cierto que hay momentos donde me tortura tener que
compartir mi casa con otras personas, después, cuando todo vuelve a calmarse,
comprendo que dicho malestar, no es sino producto de una falsa interpretación,
algo desgastada y caduca. Siento que Nacho y Hernán no están muy contentos
conmigo; me doy cuenta porque no me dirigen la palabra, y esto es comprensible
dado que toda esta semana, me he tomado el trabajo de evitarlos. Últimamente me
estuve mirando mucho de cerca, y déjame decirte que los resultados han sido
maravillosos. Estoy convencido que fijar la vista hacia el centro de la nariz,
nos ayuda a poner el foco en un asunto trascendente, evitando caer en la
endeble cotidianidad del mundo disperso. Son apenas las siete y diez de la
tarde, y yo ya me quisiera ir, no se adonde pero me quisiera ir. Nacho llega
con un paquete de tabaco saborizado con mango; pasa por al lado mío echándome
una mirada desafiante, y luego se sienta al lado de Hernán. Ambos se mueven de
un lado al otro, y en sus diminutos cerebros no piensan en otra cosa que en
fumar. Si consideramos que la mente solo puede ocupar una idea a la vez, la
suya es la de fumar y perder el tiempo en conversaciones aburridas y sin
profundidad. La verdad es que nunca lo entendí; como pueden pasarse el día
hablando tonterías sin esforzarse por trascender sus limitaciones? Viven la
resignación y se dejan llevar por la corriente, sin hacer el menor esfuerzo por
arrimarse a la orilla. Si Juan, yo entiendo que la vida se debe disfrutar, pero
me cuesta mucho ver el goce en un dialogo aislado y sin conflicto. Vos sabés
bien que en cualquier buen libro, los personajes atraviesan una serie de
sucesos que, al combinarse entre sí, resuelven un misterio profundo y
sustancioso. Como podría yo resolver el mío, viviendo toda esta clase de
nimiedades, que se presentan tan incompatibles como las piezas de otro rompecabezas?
Hernán y Nacho pasan por delante de mí, y me ofrecen un cigarrillo de tabaco
armado, yo digo que no, y entonces ambos dos salen a la puerta a fumar. Ves?
Estas son las pequeñas piezas que no tienen conexión y, sin embargo, no puedo
ser indiferente a ellas. Será que debo aprender de nuevo, algo que antes no
pude entender? Después de haber madrugado, comienzo a sentirme algo cansado;
voy a la platea y me acomodo a lado del Split; comienzo a mirarme de cerca y
entre reflexiones y abstracciones, casi sin darme cuenta, me duermo unos
minutos. Más tarde, por motivo de una mala posición, me despierto fastidioso,
saco todas las cosas de mi bolsillo, y me acuesto directamente sobre la
alfombra del piso. En ese momento, se escuchan unos curiosos pasos de alguien
que empieza a trepar los escalones. Se asoma un rostro preocupado, y entonces
aparece Carlos Borges. Ah, sos vos! Te sentís bien? - me pregunta
entrometidamente como si estuviera en una infracción. - Si bien detesto que me
subrayen mi conducta cuando estoy en un contexto de descanso, yo me armo de
paciencia, y digo que sí forzando una sonrisa. Entonces sin otro preámbulo,
Carlos se da media vuelta, y regresa a lo suyo; que dicho sea de paso, vaya uno
a saber lo que es.
Mi hermana me dejo una pizza de mozzarella que le sobró de
anoche y que al parecer, tiene muy buen aspecto. Mientras se cocina en el
horno, yo estoy acá sentado en el comedor de casa tomándome una lata de
cerveza, y disfrutando mucho de la confortable calidez de un día domingo. Para
cerrar la noche, voy a confesarte que no me caen muy bien las personas que no
saben estarse quietas; me enferma esa urgencia desesperante de querer prestar
atención a todo lo que ocurre en el mundo circundante.
-------------
Menos profundidad que una pelo pincho.
Menos sensibilidad que un choripán.
Quién es?
Capitulo 9
Comienza mi día. No tengo muchas perspectivas de lograr
algo, me siento bastante triste y, si bien terminé un conceptual que se llama
Graffiti, no por eso dejo de experimentar cierta sensación de vacío. No quiero
molestarte pero, para ser franco, siento como si me ahogara en un llanto sin
lágrimas. Acaso será que una vez más, mi alma comienza a ensancharse? Voy yendo
camino al san Martín, y no tengo muy buenas perspectivas para el día de hoy.
Seguramente la oficina debe estar viciada por el hedor de los cuerpos, y el
humo asfixiante del tabaco negro, que se condensa entre las ventanas cerradas
por el frío y la lluvia. Cuando se viaja en colectivo, uno nunca sabe con qué
se va a encontrar. Acá junto a mi lado, hay un señor de unos setenta años,
vestido con un blazer azul y un pantalón negro oscuro. Tiene una abundante
cabellera blanca, anteojos pequeños, y lleva la barbilla rasurada. La mujer le
dirige unas palabras, y el parece fastidiarse sin motivo aparente. Ella se
aleja hacia el fondo del vehículo, y entonces el comienza a canturrear algo que
se parece mucho a una pieza clásica de ópera. Unas paradas más adelante, el
viejo se baja y en su lugar sube una pequeña niña, que se sienta a mi lado, y
aunque te resulte extraño, canturrea con voz diminuta unas canciones que no
alcanzo a descifrar. Será que la lluvia melancoliza y ablanda los sentimientos?
Llego al teatro y el primero que me recibe es Cristian. Me
llama para hablar en la oficina, y me paga novecientos sesenta pesos en
concepto de horas extras; a cambio de esta buena noticia, me informa que
probablemente en enero tengamos que venir a trabajar. Ya en la oficina,
recostado sobre el sillón, me digno a redactar unas líneas. Parece que Franco
perdió las llaves de la moto. Lo ayudamos a buscarla entre los rincones de la
oficina, pero no encontramos nada. Afortunadamente, después de revisar todo, la
llave terminó apareciendo en el fichero del teatro. Más tarde Alberto me invita
a quedarme a comer con mis compañeros de sonido, pero yo rechazo su
proposición, argumentando que no me siento muy bien del estómago. Siendo así,
no creo poder resolver mi desdén hacia la gente. De cualquier forma, haber
abandonado esa necesidad imperiosa de participar en las conversaciones ajenas,
me ha dado grandes resultados. Ahora que puedo habitar en los textos, ya no
tengo que preocuparme por gustarles a los demás, pues yo siento que aquí puedo
encontrar todo lo que necesito para ser feliz. Quiero que sepas que me cuesta
mucho atender esto que te digo, mientras Jorge y Mariano discuten sobre una
noticia televisiva.
--------------
Estoy acá en el odontólogo, esperando que me hagan el
conducto; dos mujeres conversan sobre un programa de chimentos y yo me acomodo
en mi asiento espectando la escena, sin ánimo de participar. La chica que
atiende el mostrador camina de un lado a otro, hablando a la nada como si
esperara que alguien le conteste. Entonces en un gesto de clara indignación y,
haciendo referencia al televisor, dice. Esta mina debe tener problemitas
psiquiátricos. Al escuchar estas palabras, miro al suelo algo desanimado, y
trato de sobreponerme a este comentario tan injusto y obsecuente. Pienso en mi
presencia en el teatro san Martín, y en mis compañeros de sonido. Realmente me
cuesta mucho concentrarme en mis textos, cuando alrededor de mi ocurren tantas
cosas. Quizás sea por eso que a la hora de escribir, prefiero el silencio.
Estuve pensando mucho en el carácter de estas notas cortas, considero que cada
una de ellas son como pequeños bosquejos inacabados, que pos supuesto requieren
nuevos procesos y revisiones que logren enriquecerlos y depurarlos, cual si
fueran más bastos de lo que alcanzamos a percibir.
Hace unos minutos terminé de hacerme un conducto, y después
de haber padecido toda clase de dolores, me siento a esperar que se vaya la
anestesia. De a ratos me arranca un dolor agudo, prácticamente insoportable.
Recién pasé por la farmacia y me compré un actrón 600 mg, pero aún así espero
no tener que usarlo.
Quisiera comer algo, pero con la boca dormida no creo poder
masticar como se debe. Más allá de este pequeño inconveniente, me siento
extrañamente relajado. No tengo la necesidad de hablar, ni de participar en
ninguna conversación. Equivocadamente imagino que algunas personas me observan,
y se indignan al ver que no me involucro en sus asuntos. De cualquier forma, la
falta de hábito, hace que me cueste mucho prestar atención a esta clase de
discursos sin intriga ni misterio.
----------
Me encuentro con Javier Tobares, y no puedo dejar de
sorprenderme por su facilidad de convertir un drama en una auténtica comedia.
Me dice que cuando lo vio a mi hermano se acordó de mí; según él tenemos la
misma forma de caminar; y siguiendo sus palabras se puso a imitar nuestra
manera de andar cual si fueramos pinguinos.
Es lógico que, en el dialogo con los demás, no tengo la
vitalidad ni la memoria que debería tener. Hoy estuve escuchando una grabación
de radio que se llama El Hogar del Espíritu, y me doy cuenta que no poseo una
gran memoria a corto plazo. Me cuesta mucho seguir el hilo de una cuestión
sobre un tema que no me conmueve. Y si tengo que ser sincero, en este mismo
momento, no existen muchas cosas que me quiten el sueño. Creo que mis hábitos
de dibujante me han templado el carácter de forma irreversible. Mientras mis
compañeros hablan acerca de las frases, yo me quedo replegado escribiendo
cosas, que por lo pronto, no son de ninguna utilidad.
Yo sé que sabrás entender que, si bien ya lo he dicho
infinidad de veces, el silencio y la soledad me devuelven una tranquilidad y
una paz, que en la relación con las personas no puedo encontrar. Ayer le pedí a
mi hermano Miguel, si podía darme un brote de marihuana para cultivar en casa,
y si bien es cierto que me siento un poco escéptico con relación a esto, me
intriga mucho llegar a saber cuál es el efecto que podría tener en mí. Entonces
él, con total naturalidad, me dijo que Ezequiel también le había pedido; en un
ademan de aprobación quedamos en que me traería la mía, una vez que tenga listo
el brote de Ezequiel.
Yo siempre adoré el estado natural de las cosas, y creo que
el verdadero amor en mi vida debería tener esa conducta de amar el dolor, sin
juzgar sus efectos y consecuencias, por eso no dejo de pensar que con esta
decisión, podría estar traicionando aquellos principios, que durante tanto
tiempo acompañaron mi trabajo. Aun así, mi preocupación, reside en un hecho que
persiste, y se cobija en mi memoria, como un mal recuerdo que siempre regresa,
y se instala contra voluntad. Si bien no le permito el paso, ella resurge, y se
constituye en lapsus homogéneos y diáfanos. Minutos más tarde, dejando
traslucir sus intenciones, me muestra mi principal defecto, y sin debelarme la
cura a mis males, me quedo a su lado aceptando mi condena, como quien se
resigna cruzando los brazos. La miro y la contemplo, extrañado por su mal
carácter, pero si bien su naturaleza desdeñosa me ofende injustamente, me
alegra mucho saber que entre tantas otras, ella fue y será siempre la misma.
---------
Otra vez me siento en la ruina, no puedo explicarte que
cosas generan esta profunda tristeza, pero tengo unas ganas de llorar que no
puedo más. Estuve sintiendo como mi capacidad cognitiva ha empeorado
drásticamente, y a eso se le suman algunos foros que estuve leyendo sobre
esquizofrenia, donde según se plantea, el deterioro es lento pero progresivo.
Me siento sumamente deprimido y desilusionado. Maldigo mi suerte, y aunque
trato de poner lo mejor de mí, no alcanzo a reponerme del dolor. Muchas
personas dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pues bien, yo estoy
al borde de la tragedia. Me aterra pensar que teniendo apenas treinta y dos
años, experimento una situación tan fea, que apenas puedo levantarme de la
cama. Acá en la oficina de sonido, no puedo esforzarme en participar de las
conversaciones, porque ciertamente me resulta antinatural. En tiempos como
este, extraño mucho a Andrés; si bien nuestra diferencia de edad es sustancial,
siento que puedo compartir un dialogo, e intercambiar ideas, sin la necesidad
de fingir un personaje para agradar a los demás. No sé si será mi enfermedad o
mi temperamento, pero no alcanzo a prestar atención a ninguno de las cosas que
dialogan mis compañeros. No te puedo explicar lo mucho que me duele saber que
en estas situaciones mi capacidad de atención no se compara con la suya propia,
por eso no sé si debería tomar cartas en el asunto, o aceptar la situación sin
recriminarme nada.
------
El control que podemos ejercer sobre la mente es acotado, y
siendo que el foco de concentración debería estar a merced de nuestra voluntad,
me duele mucho saber que no puedo prestar atención cuando quiero y lo necesito.
Anoche en la casa de Ezequiel volví a fumar marihuana, y si
bien durante la noche me mostré muy comunicativo, a la mañana siguiente me
levanté algo confundido y mareado. Sufrí pensamientos delirantes e ideas
incongruentes que me quitaron el placer de un sueño profundo. De cualquier
manera, acá en el teatro, estuve charlando con Hernán y puedo asegurarte que me
mostré muy lúcido y receptivo. Le conté que ayer, mientras hablaba con
Ezequiel, lloré mucho, y con ello, me deshice de un viejo dolor que durante
meses, me estuvo estrangulando el alma. Por eso a mi entender la marihuana en
una dosis justa, puede tener un aspecto positivo en mi temperamento, y según mi
percepción del hecho, es un desinhibidor que favorece el contacto con la
realidad y con el mundo circundante. Únicamente espero no sufrir un efecto
rebote, y volver a decaer; aunque siendo sincero, no veo como podría ser peor.
--------------
Después de pasar un trapo por toda la casa, y habiendo
terminado una página nueva de Aquila, me tomo el colectivo camino al bar donde
toca Fede, mi hermano. Al llegar al bar, me siento en una mesa solo, y converso
unas palabras. Nada importante, apenas cruzamos unas miradas, pero tan solo eso
me ayuda a relajar un poco mis nervios que están en tensión permanente.
Mientras miro al grupo de jazz probar sonido, me doy cuenta de que por más que
quiera reunir un equipo similar de trabajo, estoy muy lejos de conformarlo. La
soledad es acaso, lo que mejor me queda, aunque no me guste, es lo que mejor me
queda. El salón es una habitación pequeña, con sillas de madera y piso de
parque. Al frente hay un escenario improvisado con una iluminación cálida y
cortinas de paño negro a modo de telón.
Al costado izquierdo de la sala, hay una chica sacando
fotos, y en mi mesa a mi lado esta Luciana sentada con una amiga.
La verdad es que estoy tratando de controlar un poco mi
eromanía, y no dejarme llevar por esas ideas estúpidas de un amor platónico,
que ciertamente no tiene ningún correlato con la realidad. Mientras suena
Charlie Parker, yo pienso. De qué manera estaría yo en condiciones de construir
un vinculo con los demás, cuando mi relación con el entorno es tan pobre,
desarticulada y endeble? Sé que muy pronto, si mi mente no coopera con los
pedidos del corazón, mi conducta me llevará a una ruina mucho peor que la que
vivo hoy, y para entonces, con el evento consumado, ya se hará muy difícil
encontrar un horizonte donde apuntar el rumbo.
Ahora que terminó el show, sucede lo mismo que me ocurre en
el san Martín. Estoy sumamente distante, y si bien es cierto que me duele no
poder participar, por otro lado es un alivio, no tener que fingir algo que no
soy, o algo que era, y dejé de ser.
------
Llego al San Martin y decido pasar por la pizzería Guerrin a
comer algo. Entro al local y me atiende un sujeto morrudo de ojos claros y
remera azul. Le pido tres porciones de mozzarella, y le pago con cien pesos.
Cuando me da el cambio, noto que en mi mano hay más billetes de los que debería
tener, pero aún así, me los guardo sin decirle nada. Le entrego el ticket al
repartidor, y a cambio me devuelve una porción, y yo me quedo mirando. Te pague
tres porciones, digo yo algo desesperado. Entonces el cajero que hasta entonces
no decía palabra, me dice - te devolví ochenta y cinco de vuelto - yo lo miro
como si me estuviera acusando de un crimen, y entonces le devuelvo el dinero -
cóbrame tres porciones, le digo de mala gana - Entonces agarro mi plato, y con
algo de culpa, me acodo en un rincón, victimizándome y argunmentandole a mi
conciencia, que a mi modo de ver, pagué
mis porciones de pizza, honestamente y sin mezquinar.
Habiendo cumplido con mi jornada laboral, regreso a casa en
el auto de Flavio, un Renault 9 color verde loro, que a pesar de sus años,
conserva un magnifico andar. Una vez en camino, Flavio y yo conversamos sobre
el uso medicinal de la marihuana, y en sus efectos psíquicos en el organismo de
las personas. En principio Flavio es una de las pocas personas que muestran un
verdadero interés hacia mis problemas, pero aún así, eso no quita que, como
meta en un futuro próximo, mi preocupación se focalice sobre otros asuntos que
no tengan que ver conmigo. Ahora estoy en casa esperando que se terminen de
cocinar las milanesas. Mientras escribo esto, Zoe se sienta en mi regazo, y
juntos nos acurrucamos al lado del horno.
-----------
Es muy loco escuchar hablar a Flavio sobre un tema que
alguna vez analicé y reflexioné. Mientras le mencionaba que iba a retomar
devuelta el curso de dibujo en el estímulo de bellas artes, el sacó a relucir
el tema de los traumas. Sin que yo le hubiera mencionado nada de lo que hube
escrito, el me habló de como los malos recuerdos nos impiden salir del
encierro, y emprender esas tareas que antes no nos atrevíamos hacer.
Después de este breve dialogo con Flavio, entra Pablo
hablando con esa gestualidad maravillosa que solamente los que fuman marihuana
pueden tener....
Y siendo que continuamente vivo en la humillación, te
pregunto. Debería yo consumir marihuana como ellos? Acaso podría revertir mi
cansancio y mi insensibilidad? Me ayudaría a despertar de mi letargo y a
relacionarme con las personas, así como lo hacía antes?
Me levanto de la silla y le pido a mi hermano, aquello que
alguna vez fue el principal causante de mis males. Marihuana. Él me dice que no
tiene problemas en pasarme algo de cannabis, pero con la condición de que trate
de cambiar mi discurso auto contemplativo, y empiece a socializar de nuevo.
-----------
Acá sentado enfrente de la computadora, pienso en mi futuro,
y en la enorme necesidad de encontrar una motivación que me devuelva el
estímulo que necesito para obligarme a cambiar mi foco de atención. Es muy
probable que si hablo con Fernando sobre todo este asunto de la marihuana, la
discución acabe en argumentos científicos sobre los perjuicios que conllevaría
su consumo diario o exesivo. Pero aun sabiendo los riesgos a los que me podría
exponer, tengo que hacer la prueba, no solo por mí, si no también por todos los
que me rodean. Juntos hemos transitado la soledad durante tanto tiempo, que ya
comienzo a perderme en mi propia abstracción, me siento insensible y ajeno a
los eventos que me rodean. Sea o no lo correcto, la realidad es que mientras
todos mis compañeros se codean entre sí, yo estoy acá hablando para nadie. No
tengo tiempo para esperar una tercera generación de neurolépticos, necesito un
resultado más inmediato. Pilar que no sabe lo que es un porro, se mostró muy
preocupada por mi decisión, y aunque yo comprendo su indignación, no soy tan
estúpido como para quedarme de brazos cruzados sin hacer nada. Ya sabes que si
con ello genero un enlace o un vínculo más fuerte con la realidad, me llamaré
dichoso. Después del hecho, una vez que esté bajo sus efectos, tengo que estar
lucido y atento, solo así podré evitar la paranoia, y las distorsiones
cognitivas que se suceden sin descanso. Estos últimos años he pasado mucho tiempo
metido en todo tipo de artes frías, e introvertidas, pero ahora, mis
intenciones son las de terminar con el dolor, la frustración, y las ideas
circulares que me empañan los ojos y no me dejan ver el futuro.
Para que mi consideración tenga un resultado positivo,
efectivo, y completo, tendré que transformarme en el verdugo de todas mis
creencias anteriores.
-----------
Me levanto a las tres de la tarde, y a pesar de mi
inutilidad para con el mundo, no me invade ninguna clase de culpa, al menos no
esta vez. Lo primero que hago es sentarme en el sillón, y con Zoe entre mis
piernas, me quedo estático e imperturbable cual si fuera una planta del bosque.
Mi ánimo se estremece, y vuelvo a encontrarme a gusto nuevamente. Yo no sé si
será por el video que hice anoche, donde expuse mis intenciones de comenzar a
emplear la marihuana como una forma de vincularme con el mundo. Tal vez se deba
a que al fin encontré una manera de trabajar en contra de la paranoia y las
incongruencia de mi razón, que dicho sea de paso, son las principales causas de
mi angustia e indignación. La verdad es que no lo sé. Lo cierto es que todo
este asunto de recuperar el estímulo, me ha devuelto algunas esperanzas con
miras a un futuro inmediato. Por supuesto que voy a confesarte que tengo algo
de miedo con relación a las opiniones científicas. Pero la verdad es que la
química de la mente sigue siendo un misterio que cambia entre un ser humano y
otro, por eso, y aunque los pronósticos no sean muy alentadores, trataré de
hacer la experiencia, con el criterio de un hombre que comprende el germen de
su debilidad.
Una vez en el teatro, me siento a ver el partido de san
Lorenzo contra central. En la oficina hay al menos doce personas, y si bien me
cuesta un poco prestar atención a los diálogos que se plantean, no me siento
tan mal como en otra instancia de mi vida. Podría levantarme y salir de aquí,
pero en este momento de mi vida creo necesario prevalecer en un ambiente
hostil, para encontrar en ello, la respuesta al único motivo que me aqueja y no
me permite ser feliz; las relaciones sociales.
------------
Después de haber fumado, me siento mucho más sociable. No sé
si estaré diciendo estupideces, pero estoy mucho más participativo que en otras
oportunidades. Es cierto que mi actividad psicológica se acelera y es algo
inestable, pero esa aceleración me permite clasificar los delirios, y silenciar
mis pensamientos raros.
Capitulo 10
Es sorprendente saber que con tan solo una pitada de
marihuana, el fuego de los sentimientos se activa, y transcurre a una
velocidad, que en un estado de normalidad, sería inusitado. Si quiero salir de
mi pasividad, debo aprender a montarme sobre esta droga, y a querer sus efectos
por sobre todas las cosas. Después de todo y aunque no me guste asumir la
responsabilidad de superar mi pasado, sé que esto es para mi bien. Según mi
experiencia, si la Olanzapína te brinda un sueño donde refugiarte, la marihuana
te vincula con el presente de una mejor manera. Aun así el deber de un hombre
es ayudar a otros, y nada de eso será posible, si no vencemos antes que nada,
ese miedo mal argumentado de recibir los juicios morales acerca de un estado y
condición, que no tienen correlato con la realidad objetiva.
---------
Estoy tratando de pasar de un hábito a otro. Estoy mirándome
mucho de cerca, y tengo la angustiosa necesidad de pasar al mundo exterior, de
mirar al otro cara a cara. Creo que tengo que hacer ese traspaso con mayor
sensibilidad, pero, acaso depende de mí? Supongo que mi cerebro y mis ideas son
algo desarticuladas, pero aun así, yo pregunto. Quien puede decir que su
discurso no es desarticulado y abstracto? Seguramente caer en un hábito como
este, no es propio del ser social, pero a mi parecer si, así como uno necesita
entrar en un sentimiento, también en algún momento, necesitamos salir de él.
---------
Es difícil hablarte en este estado de ansiedad y euforia, y
es difícil porque sé que vos también comprenderás la sintonía de mi discurso.
Sabrás comprender que mis matices emocionales, están cambiando, y entonces
tendré que acostumbrarme y ser paciente. Debo estar aquí en este celular, para
demostrarme a mí mismo que puedo manejar la ansiedad, y está nueva energía que
vuelve después de haber desaparecido en la inmensidad del pasado. Juan amigo,
quiero que sepas que creo en vos, no solo en tu lucha y en tu capacidad para
vivir, sino además en el cariño que les guardas a todos ellos que quieren
ayudarte. Es lógico que la vida te lleve lento y despacio, a la primera
reflexión; valiéndote de ti mismo jamás podrás madrugar. Hemos pasado mucho
tiempo solos y refugiados en el descanso, por eso ahora mismo, ya va siendo
hora de que tomemos esto como algo serio. Tomamos dos medicaciones, y aunque no
quiera reconocerlo, me cuesta mucho afirmar este problema como si existiera. El
hecho es que hoy estuve hablando con Striglio por más de una hora, y en ese
dialogo, le dije que estaba tomando antidepresivos, lo cual todos saben que no
es cierto, la verdad siendo apenas diferente, es que sigo consumiendo
Olanzapína normalmente, y después de varias observaciones acerca de su efecto
sistémico, e incluido cannabis en dos raciones, en la mañana y por la noche.
Este es mi nuevo circuito de pensamiento, si bien es algo más caótico, la
velocidad de mis ideas es más equilibrada que la crueldad de lo inocuo y
estéril. Ya no es la soledad, ni tampoco el amor, el hecho es entender que el
desafío, y la ecuación vital de nuestras ideas, es aprender a controlar este
vértigo divino, que no por ser nada deja de ser vida.
---------
La comunidad de los hombres sin rostro.
--------
Como ama el ciego que jamás ha visto un rostro?
Hoy me he sacado los anteojos, y he dejado de ser mi rostro.
No quiero que nadie me vea así, sin saber quién soy, pero necesito hallar ese
lugar, donde se esconde la comunidad de los rostros perdidos.
Estoy escuchando un poco de tango en la sala, y de alguna
forma siento que mi cuerpo marchito y reseco, después de muchos años, deja ver
su primer brote. No sabes Juan lo bien que me sienta renacer, y sentir que hay
un alma en mí, que pugna por liberarse. Olvidarse de esta circunstancia no
resolverá el conflicto, pero las viejas historias están aquí, no sé si
coordinar un discurso te hará bien o mal, pero yo sentado aquí en la silla, no
me siento tan hermoso como me ven las mujeres. Sí, es cierto, me avergüenza ser
eromaníaco. Cruzaste los andes, y ahora estar aquí deforme como ningún otro, me
ha dejado ver algo.
--------
Después de haber estado releyendo algunos escritos recientes
sobre este sistema de escribir Todo en Uno, salgo de casa con la intención de
recuperar el conflicto. Las viejas costumbres de creer en vos, vuelven hacia
mí. Te sueño y cuando te encuentro, me doy cuenta que aunque te quiera, no
termino de conocerte. Mi personalidad es vertiginosa, puedo saberlo, y no sé en
qué momento de mi vida, volveré a recobrar la armonía con las personas. Aunque
no lo quieras creer, sé que necesitas amor, lo sé y tú lo sabes. Pero si es
acaso que es el amor un bien propio que uno recibe al nacer, que te hace pensar
que lo has perdido? Sé que te sientes mejor ahora, y me alegra que sepas
entender lo mucho que te admiro y respeto. Te admiro por eso, por tu búsqueda
incansable de amar al prójimo, tanto como la vida te ama a ti.
Sé que los locos no tienen ese conflicto de reírse al mismo
tiempo que sienten una culpa horrible de no estar atendiendo el problema en
cuestión. Es un hecho de suma importancia, atenderme y pensar en un pasado
estúpido y sin dirección. Lo lamento Juan, sé que vives a través de mí, y a
veces no alcanzo a satisfacer tus necesidades, pero créeme cuando te digo que
voy a hacer todo lo posible para ayudarte a encontrar eso que estás buscando.
Amor, paz, y religión.
--------
No te estuve contando nada de todo lo que aconteció esta
semana, pero desde que incluí la marihuana como medicina para mis males, vuelvo
a sentir que vivo y que respiro. Comienzo a descubrir que hay un mundo y un
universo, mucho más grande que todo lo anterior. Cuando la conjunción de todo
el presente, supera el discurso conocido que proviene del pasado, volvemos a
ser niños buscando aprender, recuperamos la fantasía, y la sagrada inocencia.
Volvemos a equivocarnos por la falta de adaptación, y volvemos a embriagarnos
con el placer de sentir que todos los traumas que arremeten en contra de la memoria,
se resuelven uno a uno, por una voluntad mayor, la voluntad de generar un amor
más grande que el ofrecido hasta ahora.
------
Estoy acá en el consultorio esperando que me atienda
Fernando, y si bien estoy algo ansioso, por otro lado también me siento algo
diferente. No puedo creer que dependa de dos medicaciones, para sentir algo y
estar atento al instante. Aquí en la sala hay una chica con una mirada hermosa,
llena de viva tristeza, y sana ebriedad. Conociéndome sabrás de mí que no he
podido evitar enamorarme, y es que es esa la mirada que busco para mi
compañera.
---------
Mientras camino en un patio soleado, lleno de luz solar e
interrogantes de todo tipo, pienso en el cruel veneno que contamina el ser
entre nosotros, si Juan, la paranoia. Y que es la paranoia sino la demostración
mancillada y evidenciada, de una personalidad enigmática, que aún no ha llegado
a empapar sus ojos con el suspenso propio de un hombre misterioso? Mi propósito
ahora, no es engañarte, te lo digo y quiero que lo veas, estoy fumando
marihuana frente a ti, y desde que todo ello comenzó, siento que ahora estoy
empezando a reparar mis traumas; aquellas viejas heridas del recuerdo
inmediato. Hoy me desperté diez y media ansioso de fumar y comenzar la mañana,
me preparé un té, y me detuve a filosofar ambigüedades con mi pensamiento
mixto, multiforme, y pluridimensional. Encontré entonces que la energía debe
fluir igual que fluyen las ideas, y entonces cuando eso sucedió, fui feliz,
porque supe que siempre que tuviera un problema, la naturaleza estaría allí
para socorrerme. Camine unos pasos, me senté en el sillón y traté de calmarme.
Relajé mis músculos y traté de enderezarme. Mastique una pasta en mi boca, y
luego apreté mis dientes hasta hacerlos crujir arena; eso fue lo que sucedió en
realidad. Respiré profundo, y cuando quise darme cuenta, estaba curado. Ya no
odiaba a nadie, ya no necesitaba abrazar ese sentimiento cruel que me
estrangulaba el alma, pues, mientras lo pensaba con mi pecho fracturado, supe
que en lugar de encender mi luz, esa mala memoria me haría sangrar en lágrimas
ácidas y viceroso, que caerían sobre mi encorvada espalda, hasta hacerme toser
piedras rancias. En ese momento, aprendí a perdonarme, a perdonarte, a entender
tu congoja, y a rezar sobre aquellos rincones oscuros que no te dejaban salir
de la cama. Ahora que lo aprendí, ahora que mi segunda conciencia conoce el
brebaje, vuelvo a nacer diáfano y reluciente. Después de haber muerto en viejas
creencias que no suelen ser otra cosa que mentiras y leyendas, vuelvo sobre mis
pasos y pienso. Como seguir refugiándome en mi discapacidad, cuando toda esta
nueva vida llena de sensaciones y alegrías, me está demostrando que todo
aquello a lo que le temía, no era sino una mala interpretación de una sustancia
inocua, que una mirada aturdida por el miedo, no supo reivindicar, ni tampoco
argumentar. Como seguir flagelándome cuando he comprendido gracias a los que de
verdad me quieren, que todo lo bueno es algo tan simple, que carece de
explicaciones. Todos lo saben, y muy pocos se atreven a decirlo. Yo estoy
contento, porque mis hermanos lo han traído hasta mí, y ahora nunca más va a
faltarme felicidad. Estoy cambiando, y con ello, veo nacer un nuevo rostro,
mucho más bello que aquel que alguna vez tuvimos. Tú sabes lo que implica la
inexpresividad para la salud estética. Quizás sea por eso que tomo capsulas de
medicina ortomolecular para el crecimiento capilar. Juan, quererte como sos! Me
dice una pequeña voz desde adentro de mí, y yo vuelvo a preguntarme. Como?
Hacen ya unos meses que decidí volver a construir historias.
Desde aquel tiempo donde mi corazón endurecido dejó de sentir, he pensado
mucho, pero a su vez he sentido poco. Basta dijimos todos, no debes sufrir más,
tu rostro me lo dice. Mi hermano Miguel y mi cuñado Ezequiel, me trajeron la
bendición con sensibilidad, y viniendo de parte de ellos, pude quererla y
respetarla.
----------
La pedantería no es solo de los que sabían la tierra, pues
el amor reside aún en aquel que se ahoga.
No puedo evitar dirigirme a la televisión, cuando un hombre
que me mira directo a la cara, me saluda. Sé que es raro sostenerme
discretamente, pero me apena mucho actuar en referencia a lo que fui, pues a
decir verdad no sé lo que soy.
---------
Parece que las cosas con Hernán y con Nacho no están muy
bien. Me di cuenta en su mirada, lo noté sin que me dijeran palabra alguna.
Ahora estoy sentado en una silla, y con un fernet en mano, voy tratando de
relajarme y cambiar mi frecuencia vibratoria. Mientras tanto en la habitación
adjunta, hay dos chicas dialogando entre sí por celular, y riéndose de sus
propios chistes. No sé si será la marihuana o qué, pero estoy absolutamente
sedado y en calma. Es el cumpleaños de Tamara y sin embargo, no quiero ir a la
terraza porque arriba hace frio, y no me siento en condiciones de interactuar.
Esto de vivir solo, es realmente extraordinario, y ha templado mi carácter de
manera tal que ya no me importa hacer el ridículo frente a los demás. Creo que
lo mejor que pude haber hecho es quererte, hubiera preferido comenzar a vivir
antes de tiempo, pero aunque lamento lo hecho, no puedo caerle bien a todo el
mundo, solo puedo refugiarme en tu visión de las cosas, que al menos para mí,
fue siempre todo lo que yo esperaba encontrar.
En estos momentos de mi vida, donde todo se reduce a meditar
sobre mis interrogantes, he llegado a la conclusión que en determinadas
ocasiones, prefiero escuchar sin atención y mirar sin ver.
-----------
Después de volver al teatro San Martin, no espero ninguna
recompensa por mi trabajo, y de hecho me alegra mucho contar con la ayuda de la
naturaleza. Estoy seco por dentro, y no puedo participar de algo que no
entiendo. Me duermo estando sentado, tomo mate pero no pretendo ninguna cura a
mis males, pues de eso me encargo yo. Me agrada existir sin tener que atender
ninguna formalidad, por alguna razón creo que es eso lo que me gusta de la
soledad. Es muy probable que salga de mi trabajo, con el entusiasmo de saber lo
que me espera al llegar a casa.
Por supuesto que existen ciertos malestares que se me
presentan a diario, pero con las flores de mi parte, el gusto por las cosas ha
regresado. Tengo ganas de llegar a casa, y fumar con la expectativa de saber
que poco a poco, y solo de esa manera, estaré curando las heridas de un recuerdo
activo, y putrefacto.
--------
No tengo nada en contra de mis compañeros, ni tampoco de mi
trabajo, pero por alguna razón me embola tener que tirar cables y mover
monitores. En un escenario lleno de rostros intransigentes y empapados de
sometimiento, me cuesta encontrar un vínculo que se relacione con mi doctrina.
Después de una vaga lectura sobre el deseo de Elfride Jelinek, entiendo la
corta devaluación de las palabras. Acentuar una frase y repetirla en diversas
tonalidades me resulta extremadamente placentero, de hecho es tal la
gratificación otorgada, que en ocasiones, cuando estoy solo, me divierte en
función de mis investigaciones, cantar los discursos que resuelven mis aguas y
serenan mis fuegos internos.
----------
Será que no paro de cosechar recuerdos frescos, será que ya
no me esfuerzo innecesariamente, ni tampoco me castigo tratando de llamar la
atención, la verdad no sé lo que será, todo lo que puedo adelantarte es que por
primera vez en mi vida, y desde que las flores habitan mi cuerpo, he recuperado
la simpatía y el gusto por los pequeños placeres que, dicho sea de paso, no por
ser pequeños, son menos importantes. Mientras pienso en esto, está a punto de
comenzar en la sala Cunil Cavanillas, una obra que se llama vigilia de noche,
donde trabaja Pilar Gamboa, entre otros buenos actores, que no conozco pero
respeto. Después de tirar el aviso, subo a la oficina, y me tiro en el sillón a
descansar y a sacar de mi pecho, todas las frustraciones acumuladas durante el
día. En la mesa Alberto, Alan, Miguel, y Leo, hablan acerca de la marihuana y
el alcohol. Llegando a mi casa, saludo a Flavio y camino dos cuadras de cobo a
Somellera. Pongo la llave en el picaporte, empujo la puerta de oro macizo, y
entro al patio donde me recibe Zoe. Abajo están en una fiesta, y si bien pude
haberme invitado solo, me parece que aquí en mi casa, hay un evento exclusivo,
ominosamente más interesante. Creo que es hora de la medicación. Necesito que
todos los dolores del alma, y las malas interpretaciones hechas sobre el mundo,
se extingan para siempre. Enciendo una flor, y sorbo tres pitadas profundas.
Apago luego el cigarrillo, y lo guardo cuidadosamente en un rincón de la
alacena. Camino hasta la heladera, tomo una cerveza, y me siento en el piso a
disfrutar de un nuevo recuerdo. Acá termina mi película. Hola Juan, como estas?
Espero que todo sea mejor ahora. Te cuento que estoy sentado en el sillón, con
las piernas estiradas sobre la mesa ratona y con Zoe descansando pacientemente
en mi regazo. Soy feliz. No sé bien de dónde vengo, y ni siquiera sé si el
pasado me sirve de algo ahora. En este momento estoy viviendo una experiencia
con las cosas, más inmediata, y por lo tanto, más intensa y profunda. Ya no
digo que esto puede ser placentero, pero tengo serios argumentos para creer que
este bálsamo meridional, tiene que estar relacionado con el amor verdadero.
Aquel que a través de estos últimos diez años de soledad, fuimos buscando sin
llegar a la coartada. Creo que no es una mala oportunidad de decirte lo que
pienso, y, siendo que me considero tan humano como una planta, puedo asegurarte
que estoy haciendo fotosíntesis. En periodos regulares es bueno hacer
fotosíntesis al menos dos veces por día. Contemplar el desarrollo de mi
naturaleza cerebral, me parece un vínculo fascinante y esclarecedor. Entiendo
que con esta decisión probablemente este traicionando a muchas personas que
creían de mí lo contrario, pero aun así, ya no tengo nada que esconder. Soy
esto Juan, inmune a los efectos de morir, y siempre construyendo rutas y
destinos. Me detengo, hago un silencio mental, y, luego de unos segundos
respiro. Me estoy reinventando, yo ya soy otro. La gente me ve cambiado y se
alegra, pero nadie me dice que he cambiado y que ya no soy el mismo. Aun así,
yo lo sé, cuando empezamos a disfrutar de la vida, los estímulos cerebrales
cambian, y el espíritu se nutre nuevamente, de experiencias nuevas,
sustanciales, y trascendentales. En ese laberinto intrincado, a veces nos
desesperamos tratando de encontrar la salida, y otras veces, encontramos la
solución demasiado pronto. Sabes juan, yo creo que todos los laberintos, están
para ser recorridos, explorados, e investigados. Esos pasadizos, están ahí por
una razón, no puedes pasárteles por alto como si no tuvieran una causa o un
motivo para estar ahí. Por eso a veces me ahogo, y no puedo salir de mi
reflexión. Sé que tú también lo sientes, porque somos parte de la misma
naturaleza. Al fin he sorbido un sabor, nunca nadie me había ofrecido, hasta
que apareció mi hermano Miguel. Mi vida cambio ahora, e recobrado el estímulo,
y mi cuerpo lo empieza a sentir también. Hago un silencio y luego el recuerdo
de Javier Tobares vuelve hacia mí. Lo veo sonriéndome con una claridad superior
a la cristalina superficie del agua, y entonces me acomodo en mi silencio y
sueño un rato con él. Lo veo llevando a sus hijos a clases o compartiendo un
hermoso asado con amigos. Lo veo en mi oscuridad y en mi silencio. Lo veo en mi
caparazón pueril de niño inadaptado e infeliz. Lo veo desde aquel hombre que
jamás ha sabido cómo hacer para estrechar un vínculo sentimental con la gente.
Lo veo así, resuelto en su vida como una flor depurada por la luz, y realmente
quisiera abrazar su obra y decirle gracias por existir en esta vida que Dios
todo creador, diseñador de curas y males, nos ha dado para aprender a
enseñarles a otros. Memoria emotiva, de Constantin Stanislavski. Por eso es tan
importante construir experiencias, como las hormigas que viven para el trabajo.
Siento que debo fluir en esa corriente que sospecho extraña, pues jamás imaginé
que la cura a mis males, sería aquello mismo que durante tantos años me ha
estado asustando. Ser presente, es volver a estrechar vínculos con eso que nos
asusta. Será esa la solución que estuvimos buscando? Te lo pregunto porque sé
que durante todo este tiempo que venís reflexionando, ha sido muy difícil
diagnosticar el mal, y reparar en un antídoto efectivo. Respiro lentamente,
hecho la cabeza en el respaldo del sillón, y miro al techo. Tomo aire, y con
mucho cuidado, apoyo mis piernas sobre la mesa. Cierro lentamente los ojos, y
dejo salir mis miedos, para encontrarme otra vez, con el placer de sentir algo
nuevo y autentico. Zoe duerme entre mis piernas, y abajo en la casa de
Ezequiel, continua una fiesta, que para estás horas de la noche, ya se ha
convertido en reunión. Me gusta sentir esa privacidad. Yo acá sentado en mi
sillón redactando estas líneas, y abajo ellos disfrutando de sus hermosos
anfitriones. Más allá de vivir en casas diferentes, yo no puedo dejar de
reconocer que siento como si estas palabras estuvieran vinculados por una misma
naturaleza, y si entonces comprendo que esos sonidos uniformes y concretos,
físicos y ambiguos, pueden generar paranoia, también pueden lograr un nuevo
equilibrio, más basto y sustancioso que todo lo anterior. No te olvides Juan
que somos de libra, el signo de la balanza. Estamos predestinados a ordenar y
clasificar las experiencias que vivimos en el presente continuo. Aquel mismo
que transcurre a través de viejos pensamientos, débiles e inanimados, que se
superponen con otras experiencias más actuales. Ahora miro las luces del patio
a la intemperie de una noche transparente y sin Luna. Siento como si estuviera
en Miami, en un hotel cinco estrellas. Me acodo en el sillón del living, y me
sirvo de contemplar la paz de mi hogar, mientras todos los turistas duermen. El
paisaje del barrio donde suelen oírse ruidos, está más silencioso que un
cementerio en invierno. En el piso anterior al mío, hay una fiesta con música
electrónica y glamores de todo tipo. Así parado entre esos dos mundos me
encuentro yo. Quien pudiera decir que es fantasía o realidad? Después de una
larga siesta, el gato que esta acostado en mis piernas, abre los ojos cansados,
y trata de desperezarse para salir de su letargo. Yo, ahogado por la velocidad
de mis pensamientos, me olvido del eje de mi reflexión y me confundo en los
ojos del gato. Nos miramos unos segundos, y ambos nos despertamos en un shock
eléctrico de paranoia y olvido. Hora del vermú.
--------
El pasado es orden, el presente es caos, pero se puede vivir
a través del orden, sin por ello olvidarse del caos? Cuando la paranoia se
convierta en suspenso, encontrarás entre las miradas, esas tensiones
eléctricas, que son tan propias de los señores que saben pronosticar el tiempo.
Entro a la oficina del san Martin, y entre todos mis compañeros, Cristian me
recibe con un mate recién hecho. En favor de su partida de naipes, me alejo un
poco, y tomo asiento en un sillón junto a la ventana. Pero en fin, no guardo
rencor por ello, simplemente me siento a redactar explicaciones al respecto.
Podría caminar por la oficina, y fingir que me importa verlos jugar a las
cartas, pero si hiciera eso, no estaría siendo franco con mis sentimientos. Acá
me siento bien, siempre me gustó el suspenso. Me alegra mucho entender que
todos tenemos un pacto en común. En la comunidad de mi trabajo, todos comemos
de la misma fuente, y es por eso que en nuestra tribu, hemos aprendido a
complementarnos los unos a los otros. Recién llego y apenas instalado en mi
sillón favorito, me dejo llevar con pasión, a través de esta hermosa protección
piramidal del estado gubernamental. El amor es moneda corriente entre las
personas, y aunque lo nieguen y se discuta en debates políticos y sindicales,
todos estamos de acuerdo en que es necesario. Me hundo en el pasado del que
vengo, pero hoy es un nuevo día, y al menos para mí, ya no quiero flagelarme
con pasiones muertas. No tengo intenciones de dibujar, y si bien podría darte
mis motivos, prefiero ahorrar palabras, pues tu mejor que nadie, sabrás
entender este desapego espontaneo por lo que alguna vez me cobijó de la
tormenta. Aquí sentado frente al resplandor de la ventana, sigo acompañado del
mate, y mientras Ernesto navega por su celular, Marcelo y Nahuel discuten sobre
un asunto con los hooligans y otras yerbas barriales. Mientras la televisión
emite diariamente el resumen deportivo, mis compañeros y yo nos acodamos en
torno a los vejámenes del balón y las estrellas deportivas. En la oficina,
siempre hablamos de futbol. Después de varios años llenos de conflictos
personales, hemos comprendido que es esta la mejor manera de existir sin
consentimiento alguno. Ellos mismos me respetan porque saben que soy un adulto
de 33 años que aún no ha logrado apagar el dolor de su alma. Me gustan estas
nuevas relaciones refractarias, de alguna manera el dialogo, me permiten ser
alguien en el pañuelo de mi bolsillo. Es por eso que mi propuesta es inyectar
en mi corazón de niño, una tensión eléctrica que ayude a estimular dentro de mi
memoria emotiva, un nuevo instinto del sexo negro, que aún sigue crepitando en
mi bolsa hirviente de arrugas. De cualquier forma, el tratamiento promete
acordar entre las voces internas, una orgía animal, siempre y cuando existan
amistades legítimas, entre colegas y compañeros gubernamentales.
Mientras ellos siguen con su juego de cartas, yo sigo
investigando este tratado. Sé que hay un respeto mutuo, y lo último que
quisiera es romperlo. Ellos me dejan desenvolverme libremente, mientras yo
respeto su duelo de imágenes, su paranoia, y su misterio. Sin lugar a dudas las
cartas son un arte recreativo, que ayuda a fortalecer los vínculos entre las
personas. Jamás imaginé que los naipes pudieran generar semejante grado de
euforia y algarabía. Si, en algún momento también cuando falta dialogo, un
siete de espada puede cantarte truco en la cara. Él conoce los acertijos, y a
veces sin que vea tus cartas puede imaginar lo que escondes, y adelantar tu
jugada. Como podría yo no respetar su talento? Acá en mi trabajo, todos son
grandes expertos, sobre todo en esas materias que las instituciones educativas,
aún no han sabido contemplar. Menos mal que me escapé de la universidad. Aquí
en el germen de mi trabajo, hay grandes y numerosos maestros, que viven
enseñando y aconsejando gratuitamente, superando con austera compasión, la
frialdad de un libro escrito sobre el silencio llano de una materia inerte. Sin
embargo, como vivir hacia adelante mientras la boca calla, y los dientes
aprietan la mandíbula? El presente es una guerra contra el orden prestablecido
por una vieja predisposición conceptual. El idioma es una herramienta viva,
cambia en la tonada, y termina justo cuando empieza a gustarnos. Siento en mi
cabeza, como si un millón de alfileres se clavaran en mi cerebro, y sin embargo
es tan placentero que puedo vivirlo como si acaso significara una quemazón en
el fluido del chacra central. Una nube tapa el sol sobre nuestras cabezas, y
Nahuel bosteza horizontalmente sobre ese sillón que ningún decorador de
interior incluiría en su catálogo doméstico. Respiro suavemente, me ahogo, tomo
una bocanada de aire con la nariz, y sigo el tecleado de mi naturaleza animal.
Después de una charla en la sala de grabación con mi hermano
Miguel, bajo a Cunil, armo la sala, me cruzo con Tamara y con el muchacho que
estudia pastelería, cruzo unas palabras sobre las elecciones del Domingo, y
subo de vuelta a la oficina, donde me espera un análisis sobre cine Alemán. Por
la televisión pasan un partido de rugby, y todos los muchachos se acodan alrededor
de él. Yo me preparo un té con hierbas aromáticas sabor limón. Paz. No era tan
grave, después de todo pensé que iba a ser peor, por suerte me equivoqué de
vuelta. Como me dijo Migue, terminas siendo algo completamente opuesto a lo que
imaginaste, dar gracias a que ningún pasado o futuro, llegará jamás a emular el
presente. Suena la canción de Dragon Ball, y se hace un silencio inoportuno.
Todos hablan y sienten alegría por decir libremente lo que piensan, todos
quieren desollar sus narices, y compartir sus inciensos. Somos los libros que
hemos leído, y nada más quisiera yo que construir una morada impermeable,
rociada con jugo de ciruelas rubias. Es cierto, muchos me lo han dicho, no sé
lanzar rayos equis con los ojos, pero al menos he aprendido a trepar un peldaño
con las piernas atadas. Con Flavio y con Miguel escuchamos algunas canciones de
María Helena Walsh, viejas grabaciones hechas en la sala Martin Coronado, en
tono de protesta y a favor de la libertad de expresión. Discursivamente intercambiamos
palabras útiles, y algunas otras más inútiles que prácticas. Sin embargo queda
en la memoria todo lo dicho y hecho hasta entonces, comentarios, y repeticiones
de la misma frase, en un tono diferente. En la sala de recreo y esparcimiento,
Leo cocina unas pizzas caseras, y segrega salsa de tomate sobre el símbolo de
nuestra unión. La historia de los músicos es bella, porque viene ensamblada con
hombros cansados, y tierras desmembradas por el exilio y la profanación.
----------
Estoy sentado en el patio de la casa de mis padres, y
mientras espero el momento de votar a Scioli, escucho por la televisión a Tom
Waits cantando con el alma expuesta. Siento como si estuviera disfrutando del
momento en el que empieza a cantar, sin guardarse de ningún prejuicio por lo
que se pudiera pensar en términos de paranoia y suspenso.
-----------
Se pueden construir nuevos recuerdos, y ahora más que nunca
voy entendiendo la importancia de vivir el día a día. El humo del cigarrillo
quema un poco el pecho, pero al final de un corto plazo, el organismo se depura
y se naturaliza. Los efectos son progresivos, y la solución se establece a
través de un compromiso diario. Mientras espero el resultado de las elecciones
presidenciales, me acomodo en el sillón, y trato de serenar mi ánimo, que a
esta hora de la tarde, ya comienza a incomodarme un poco. Estoy seguro que si
me tiro a dormir en la cama, a pesar de mi vitalidad, y mis ansias de trabajar,
estaría pronto a quedarme dormido. Esta nueva medicación me ha dado una energía
y una vitalidad que hasta el día de mi nuevo tratamiento, jamás tuve. Por eso
me siento en condiciones de continuar, a pesar de mis pequeños baches
nemotécnicos. La televisión es un artefacto que me marea un poco, y si bien
quisiera saber qué piensas tú de nuestra propuesta política, prefiero poner la
cabeza en un vaso con gaseosa de naranja, y tomármela por entero de un saque.
Por eso me entretiene hablarte. Si, a vos. Es un juego sumamente agradable y
edificante. Ya vez que aunque no sea un gran contador de historias, al menos
puedo tener la consideración de tenerte presente. Debes saber que hablar
contigo me hiela hasta la medula, y para ser sincero, no sé quién eres. Esta
crisis de identidad ha venido siempre en detrimento, muchas veces me lo he
preguntado, y sin embargo, jamás pude clasificarme. Siendo completamente
honesto, mi naturaleza revitalizada, tiene en este momento, una participación
con el entorno que resulta ser decididamente más efectiva y transgresora, que
todo aquel pasado reluciente, austero y circunspecto, que a cuenta gotas me
brindaba un sabor insulso, pero revitalizante.
--------
Antes que pintar en un lienzo de papel, prefiero hacerlo en
un corazón sangrante, aromatizado por verdaderas lágrimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario