Importante :

En algunos textos he ofendido a otras personas injustamente, por eso pido disculpas por mi comportamiento inapropiado. Aun así, estos textos forman parte de lo que soy, y es por eso que no puedo borrarlos. Solo me queda aprender de mis errores, disculparme otra vez, y a seguir adelante.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Memorias del Subsuelo (Análisis)

Reconozco que no me gusta leer a otros autores. Principalmente porque cada uno de nosotros, tiene una forma particular de entender las cosas, y a veces la palabra ajena, termina por aplastar toda subjetividad sobre el asunto. Sin embargo hay ciertos pasajes en el pensamiento de Dostoievski, que bien quisiera yo destacar. En su libro "Memorias del subsuelo", el habla mucho acerca del fin último de cada ser humano. Y describe todo lo difícil que resulta aprender a oponerse a la ambición material. Su lema es el conformismo y la aceptación. Digamos que en su tratado, expone la crueldad de ciertos personajes que con sus acciones, contradicen todo aquello que manifiestan sus palabras. En definitiva sostiene que la culpa nos enseña a ser mejores, y señala que ese aprendizaje, no viene acompañado sino de largos y profundos sufrimientos, que en toda su gloria, nadie estaría dispuesto a soportar. En su mayoría, la gente simplemente ha dejado de creer en este pensamiento. Pues como alguna vez dije en el pasado, es mucho más fácil obedecer la voluntad común, que seguir la propia. No voy a ser piadoso con mi situación, porque sé muy bien que tengo merecidos todos los pesares que me hacen sentir culpa de esto en lo que me he convertido. Y aunque parece estúpido mencionarlo, sé que pronto estaré oponiéndome a mi discurso, con el único fin de terminar con el celibato, y la recurrente castidad de mis valores. Seguramente debo estar divagando, pues ahora mismo no creo estar tan perdido como antes. En estas líneas, hay una parte de mí que tuvo por un instante, la sensación de haber entendido el objetivo último de vivir un deseo, sin llegar jamás a concretarlo. Digamos que en toda codicia, siempre hay una profanación. Y es esa misma codicia la que nos enseña, que aún frente al sentimiento más profundo, nuestra obligación fue, es, y será cuestionar este impulsivo deseo de poseer siempre más, de lo que en realidad necesitamos. Nos han dado un idioma, ¿y qué sería de este, si entonces no lo usáramos para construir nuevos valores y creencias? Dicho en pocas palabras, si no respetamos la cruda realidad que nos azota en la disconformidad, jamás podremos interpretar el pasado del que venimos. Bien se sabe que todo lo hecho continuará con vida, en la medida que mejor nos alejemos del anhelo, y más nos acerquemos a la gratitud. No puede haber lucha, donde no exista un sufrimiento noble, destinado a comprender su esencia.

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