A lo largo de mi vida como artista, me he percatado de que existen tres etapas, que se van repitiendo con periodicidad. La primera es la etapa de insatisfacción. En esta etapa, aparece un eufórico deseo por tratar de superar una situación, que en primera instancia, es desesperante. En este contexto, sentimos que hay algo que debemos hacer, solo que no alcanzamos a saber por dónde empezar. Buscamos reafirmarnos, intentando restablecer el orden perdido, pero todo nos desborda al punto tal, que nos es prácticamente imposible conservar la calma. A medida que trascurren estos eventos, el malestar es tan grande, que nos vemos obligados a tratar de tomar cartas en el asunto, para revertir definitivamente esta contrariedad. Es allí cuando nace la segunda etapa, la que denominaré, etapa de iluminación. Esta etapa, no es ni más ni menos, que el acto creativo de darle forma palmaria, a algo que no lo tiene. Me refiero claro está, a materializar una obra, en base a un sentimiento. Decíamos que en la etapa de insatisfacción, la sensación de abatimiento, nos desborda por todos lados, y es por eso que para renovarnos, estamos obligados a construir un tipo de cauce, que ayude a contener estos sentimientos, para que puedan fluir libremente, y así obtener una vez más, la regularidad perdida. Esta es la etapa donde va a surgir oportunamente, la solución a este contratiempo. Por ello, es necesario aclarar, que cuando decimos iluminación, nos estamos refiriendo al acto de manifestar creativamente, una interpretación tangible, sobre un sentimiento abstracto. Una vez que se logra esta interpretación, a través de cualquier medio artístico, el bienestar es tal, que inmediatamente ingresamos en la tercera y última etapa. La etapa de satisfacción. En la etapa de satisfacción, todo se encuentra en perfecto orden, nada nos inquieta, salvo el miedo a perder otra vez, la prosperidad que tanto trabajo nos costo conseguir. Lamentablemente, hay que decir que pasado un tiempo, llegará un día, donde esta prosperidad, empezará a debilitarse, y poco a poco, el malestar que habíamos superado, volverá a invadir una vez más, nuestro espíritu. Es por eso que la gente pierde las esperanzas, pues es que este proceso, se repite incansablemente. Pero yo digo que nunca debemos dejar de buscar nuestra satisfacción, dado que evitando el desconsuelo, y manteniendo la mirada fija en el objetivo, encontraremos que con los años, un buen día, la etapa de iluminación, finalmente, se volverá sistemáticamente constante.
Me gusta tu abordaje de los temas . En los cómics, y acá en estos textos. En este en particular tenés que evitar la pluralización, porque al final decís " yo digo". Creo que al cómic tenés que ponerle un poco más de sarcasmo e ironía. Tus dibujos , llaman mucho la atención, no en la misma medida que el texto. Es que irremediablemente hay estilos de dibujo que remiten a un " tono " particular. Es una sugerencia. Por lo pronto yo me aseguro seguirte y brindar mis comentarios.
ResponderEliminarAbrazos