Importante :

En algunos textos he ofendido a otras personas injustamente, por eso pido disculpas por mi comportamiento inapropiado. Aun así, estos textos forman parte de lo que soy, y es por eso que no puedo borrarlos. Solo me queda aprender de mis errores, disculparme otra vez, y a seguir adelante.

sábado, 3 de marzo de 2012

La Estúpida Agresividad del Autoritarismo

Francamente la gente que aquí me rodea, me quiere hacer creer a mis veintinueve años, que soy mala persona, solo porque los ignoro y no les presto atención cuando se dirigen a mí, autoritariamente. Por eso en este texto les daré a mis colegas, sobradas justificaciones de por que hace tiempo que he decidido esto.
Comenzaré por el final. Siempre me ha parecido mas practico comenzar por el final, por que las explicaciones, solamente sirven para aquellos que no pueden comprender lo simple y sencillo de la vida. Mucha gente hoy en día, se considera con el derecho y la autoridad de dirigirles la palabra a los demás, como si ellos fueran dignos de tales atribuciones. Sostengo, y me he dado cuenta a través de diferentes experiencias, que cada vez que permitimos que una persona sin honor, entre en nuestro mundo creado, este hará todo lo posible por sabotear y profanar nuestro más preciado tesoro. El silencio. Las mentalidades sometidas y dominadas, siempre buscan destruir la soberanía del otro, para de esa forma poder ejercer un nuevo acto de dominación. Así es como se fortalece la maldad. Además de sostener su poder a base de violencia, se han propuesto destruir estúpidamente, cualquier forma de paz y sabiduría, que pueda existir en este mundo, tal y como lo conocemos. La bondad, esta enlazada junto con la maldad, sobre una forma de materialidad. La maldad vive a través de la materia, con el solo propósito, de robar lo que no le es propio, eso habla de su terrible desidia, y de su permanente insatisfacción para con los recursos que le han sido dados. No me tiembla la voz cuando afirmo que la maldad en esta vida es real, y que para prevenir su invasividad, solo existen dos alternativas completamente eficaces a la hora de bloquear su avance. Ellas son la distancia y el silencio. Estos dos conceptos, además de protegernos, nos fortalecen, y con el tiempo, nos hacen más sabios. Demás esta decir que la maldad, hoy en día, ha evolucionado, y ahora sabe muy bien como enmascarar cualquiera de sus ambiciones de poder y dominación. Por eso debemos mantener siempre presente, que los verdaderos amigos, nunca están cerca, sino que luchan desde otros flancos, intentando proteger y salvaguardar al silencio, de la invasividad y la maldad de los desheredados. Los centinelas del bien, buscamos siempre nuevas formas de resguardar nuestra civilización, alejándonos mas y mas, de los pueblos en decadencia, que solo esperan su próxima chance de conquista. Como lo ha de manifestar Kioskerman en sus tiras semanales de Edén, uno mismo debe ganarse el derecho de vivir a través de si mismo, sabiendo esquivar la permanente influencia de la estupidez, y la injustificada violencia de estos mundos en decadencia. Aquí es donde somos libres de pensar y observar la situación mundial, bajo la lupa de nuestra propia subjetividad,  siendo ésta, la única que cuenta. Para evitar ser invadidos, debemos sostenernos a partir de una profunda introspección, basada en la abstracción y el silencio. Pues está mas que claro que la maldad en el mundo, ha decidido que para subsistir y perpetuarse, necesitará habitar nuevos mundos, mejores y mas bastos, que el suyo propio. Ensañarse con un hombre solitario, es propio de un ser humano violento y estúpido. Es por eso que quienes protegemos al silencio, hemos decidido que para ser dignos de esta vida, nuestro deber es serle útil a la humanidad, salvaguardando la soberanía del bien, de la inagotable maldad que día a día, crece y se multiplica. Residir en un mundo prestado, un mundo que a priori, no nos pertenece, tiene sus condiciones, pues ha sido creado por alguien más, para que lo cuidemos, y no para que lo destruyamos. Este lugar nos ha sido dado, como ejemplo de sabiduría, para que aprendamos a construir una propia. Pero no nos será posible hacerlo, si antes no aprendemos a protegerlo de los forasteros sin nombre. Frente a esta náusea de estar compartiendo la tierra, con quienes solo desean expropiar sus recursos, es que he decidido escaparme de aquí, refugiándome únicamente, en las palabras y consejos, que mí alma ha de comunicarle a mi cuerpo, a través de mi espíritu. Ciertamente que la responsabilidad de diseñar un sistema complejo de protección, para salvaguardar la sabiduría, le ha dado un propósito digno y trascendental a la existencia. El resto de la vida, consiste en sostenerse a través de los años, con el único objetivo de hacernos más fuertes, para así poder defendernos mejor, de quienes únicamente desean perpetuar su existencia, saqueando bienes y recursos ajenos, que no les son propios, y que por supuesto, no han de merecer.
Por esta razón es que entonces al guardar silencio, estamos protegiendo la soberanía del bien, por sobre el ansioso oportunismo del mal. Finalmente con esto dejo en claro, que mi actitud no manifiesta ningún tipo de fobia social, ni padecimiento psicológico, sino que antes que eso, corresponde a un método de autodefensa, contra este tipo de epidemia, que poseen las formas de vida estúpidas y agresivas. Ellos han de haber olvidado la seriedad con la que deben ser tratados los acontecimientos de un planeta, que siempre estuvo aquí, para manifestar su deseo de enseñarnos a ser libres, fuertes, y sabios. No existe nada en este universo, que exprese debilidad, estupidez, sumisión, esclavitud o dependencia. Esas solo son actitudes, que el hombre arrogante y acobardado, ha diseñado para sostener un autoritarismo, condenado a oscilar, como lo hacen las trémulas hojas del bosque, bajo el periodo otoñal.

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