¿Cómo podrían los ciegos evolucionar en su discurso, si entonces
no tienen la posibilidad de registrar aquello que ven? Pienso que sería bueno
para los que si vemos, tener en cuenta que las posibilidades de expansión, no
se reducen únicamente a lo visual, sino que también lo auditivo, forma parte
del asunto. Este debate sobre el conflicto moral que implica comprar o no
comprar, parece no tener fin. Estamos aquí utilizando un formato digital para
escribir. Y siendo que reconozco mi dependencia con la tecnología, no veo cual
podría ser el problema de usarla para satisfacer nuestras necesidades.
Sin embargo hay veces donde deberíamos intentar oponernos a
esta costumbre. En ocasiones pienso que nos esforzamos mucho, buscando una
herramienta que nos ayude a completar la visión que nos falta. Queremos
encontrar la fórmula de la felicidad, para luego abrirle las puertas al amor.
Pero aquí hago un paréntesis y pregunto. ¿Es acaso posible encontrar la fórmula
de la felicidad? Yo no dudo de las bondades de una cámara, pero así como no
dudo de ello, tampoco justifico mi déficit intelectual, por no tener una de
ellas. Sin embargo a decir verdad, la única herramienta de la cual no puedo
prescindir es de mi conciencia. Como siempre hemos dicho, aquí yo, y allí tú.
Yo de este lado, y tú del otro. Resulta interesante comprender que no hay
sabiduría, si entonces no hay una lucha. Y esta necesidad de comprar, me
plantea una lucha desmesurada contra mi voluntad. Ya sé que tú quisieras estar
del otro lado, y poder participar de este análisis, pero créeme que considero
tu esfuerzo y no me dejo convencer fácilmente cada vez que eres juzgado por
otros que desde lo inmediato, parecen ser más felices. Yo quisiera saber juan,
de que vale una vida sino es para intentar luchar contra el desmesurado impulso
de poseer lo que en realidad no necesitamos. Dicho en otras palabras yo no
quiero que me conformen con un juguete nuevo, yo quiero libertad. Entiendo que
todos necesitamos trabajar para acceder a lo mínimo e indispensable, pero así
como están dadas las cosas parecería que nuestras pretensiones terminan cuando
nos ponen el chupete en la boca. Yo aquí no puedo saber cuánto de cierto hay en
mis palabras, pero me cuesta creer que la libertad de un hombre se complete a
través de un objeto. Si somos completos y autosuficientes, no deberíamos
codiciar aquello que no necesitamos. Sin embargo lo hacemos. Queremos plata,
queremos mujeres, queremos popularidad, en fin, ¿Acaso sabemos lo que queremos?
Si todo lo que necesitamos es pensar, contemplar, luchar, combatir, y tratar de
oponernos a lo que no necesitamos, para que ceder a la tentación. Dejemos eso
para quienes pretendan vivir el día a día. La soledad es buena porque nos
mantiene conectados, pero la materialidad nos abstrae de contemplar lo que es
importante. Más allá de la técnica hay un sentimiento, y que pudiera quedar de
todo ello si no intentamos salvar todo lo bueno que hay en nosotros. Parece
antinatural no darse los gustos, pero siendo que la humanidad sigue intentando
organizarse, lo único que quisiera yo, y entiendo que tú también, es poder ayudarla.
Dicho en otras palabras como podría saber si estoy haciendo lo correcto si
antes no me baso en lo moral, lo intelectual, lo emocional, y en el sentido
común. Creo que el hecho de tener una cámara, contempla todos estos asuntos.
Pero siendo que al final el entrevistado serás tú mismo, deberías saber que sea
cual fuere el uso que pudieras darle a dicho objeto, tu presencia será
indispensable para disfrutar de esta experiencia, ya sea visual o auditiva.
Por eso para simplificar el análisis, quiero reconocer que
es probable que la humanidad quiera compensar nuestra esclavitud laboral, con
toda clase de objetos innecesarios. Y siendo que las alternativas son
aceptarlos o rechazarlos, que otra cosa pudiéramos hacer más que sufrir en
silencio y con orgullo. Enseñar a la humanidad nuestra desconformidad no estará
mal, siempre que con ello planteemos nuevas alternativas al dilema de estar
existiendo sin saber para qué. La gratitud y la conformidad también forman
parte de la educación. Por eso poder vivir a través de ello, es sin lugar a
dudas, mi mayor deseo. Más allá de todo, creo que jamás podré cumplirlo si
entonces no soy fuerte en mis convicciones. Y aunque mis esperanzas son pobres,
yo sé que tú estando aquí, te sientes feliz y satisfecho. Por eso cuando pierdas
de vista tu libertad, y te sientas traicionado por el mundo, vuelve conmigo. Te
aseguro que serás feliz aquí. No deberías tener miedo de continuar lo que
iniciaste. Piensa que aprender a hablar apropiadamente, no se reduce únicamente
a la sintaxis, pues también es cierto que si no tienes nada por lo que luchar,
no habrá verso que te defienda. Un hombre puede ser más o menos ilustrado en
los asuntos que competen a la oralidad, pero de lo que no puede carecer es de
moral. A veces miro la televisión hasta donde puedo, y veo que son pocos los
que contemplan los asuntos referentes al deseo del hombre, y si bien muchos de
ellos gozan de aceptación y popularidad, no puedo evaluar en qué medida
colaboran con el bienestar del hombre. Por otro lado me doy cuenta que cuanto
más me opongo a mi voluntad, más largas y tediosas se vuelven mis reflexiones.
Ahora bien podría preguntarme. ¿Qué es lo que busco con esto? Decir más, o
decir menos y mejor. Desde que somos pequeños estamos siendo ayudados por todo
lo que nos rodea, y si bien a veces con la intención no alcanza, no puedo poner
en tela de juicio la buena voluntad de las personas. Por eso antes de creer en el
capitalismo, prefiero llevar a cabo una rebelión moral. Solo así quedará evidenciado, que en mi reflexión moral, no existe ni existirá, ningún otro enemigo más que yo mismo.