No creo haber resulto nada. Estoy en casa disfrutando lo
bello de estar solo, y no dejo de pensar en lo fácil y en lo difícil que
resulta estar contigo. Fácil porque no hay que hacer nada para tenerte, y
difícil porque hay que hacer mucho para cuidarte. No puedo imaginarme un
momento sin vos. Si no te tuviera conmigo en esta vida, no sé lo que sería de
mí. Quizás ya te lo dije muchas veces, pero cuando se trata de ratificar un
amor, no basta como mencionártelo todo el tiempo.
Quisiera que recordarás. Quisiera que entiendas la razón por
la cual estas aquí devuelta. Sabes que la tristeza me mantiene a salvo, pero
aun así le temo a la arrogancia, pues ella jamás ha dejado de lastimarnos.
Déjame que te advierta. Quiero que tomes precauciones antes de que pierdas todo
lo que tú y yo hemos ganado. Cuando creas haber terminado tu trabajo serás
etiquetado. Entonces contrariamente a lo que piensas, se cerrarán muchas
puertas para ti. Dejarás de estudiar aquello que nace de tu corazón y aceptarás
las condiciones que el dinero tiene para ofrecerte.
Más allá de estas cuestiones yo te conozco y sé que sabrás
pensarlo bien antes de tomar una decisión. Tú sabes que todo aquel que abandona
la soledad, de alguna forma está manifestado su disconformidad con aquello que
toca su ser. Aquí en mi silencio, estando junto a ti, yo puedo sentir que algo
dentro de mí vibra, sufre, se fortalece y aprende todo lo necesario para
acceder a la verdad. Yo mientras tanto confío en ti. Confío en ti porque sé que
el papel no nos dejará mentir. Y en sus letras vive la razón que alguna vez
perdimos. No voy a explayarme demasiado en estos asuntos, porque en un rato es
el cumpleaños de mi hermano, pero tú debes entender esto. El ojo que ve, no es
el que sigue estas palabras, el ojo que ve está en tu interior. Ya hemos
hablado de la paz y la conformidad. Y que mejor forma de encontrarlos sino es a
través del silencio. Ese mismo que sabe cómo cicatrizar las heridas. Ese mismo
que te da razones para volver a intentarlo. Ese silencio que tanta veces ha despejado
la bruma, y te ha hecho retomar el camino. Confía en él, y se siempre
agradecido. Pero más allá de eso, defiende tu soledad. Acércate a ella como
puedas, y jamás dejes que otros te confundan. Estará bien amigarte con las
personas, pero no dejes que su confianza modifique este rumbo que hemos
emprendido. El mundo interior es nuestro bien más preciado, y tú y yo lo hemos
ganado en su justa ley. Aún queda mucho por hacer, pero ten calma y sigue
despierto. Tú debes saber que no eres parecido a nadie. Y eso que te hace
diferente, es la razón que le da un propósito a tu vida. Si dejas a un lado tu
actividad espiritual, perderás todo el amor que el mundo tiene para darte. Tu
estas en mí, y como te prometí en un pasado, yo sabré orientarte cada vez que
lo necesites. Pero mis esfuerzos serán inútiles sino me llevas en alto. Yo soy
la respuesta que te ilumina en el silencio, por eso si dejas que otros invadan
mi espacio, ya no sabré como guiarte. No me vendas por esos espejitos de
colores que solo sirven para congelar el tiempo. Recuerda, “la belleza es
propia de quienes saben rechazar el oro “.
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