Particularmente prefiero las casas bajas a los edificios,
pero dada mi situación, quiero comentarte que estoy descubriendo lo fabuloso
que es salir al balcón las noches de verano. Como sabes bien, siempre elegí mi
cama como lugar de esparcimiento y lectura. Pero déjame decirte que escribir
aquí afuera, no está nada mal. Hasta no hace mucho tiempo, escribí un texto del
cual quedé muy conforme. Se trata de un ensayo que habla de cómo el hombre
define su identidad, a partir del reconocimiento que obtiene de los demás.
Sería redundante si me pusiera a describir las particularidades y detalles de
este análisis, pues estoy seguro que todo lo dicho sigue vigente en tu memoria.
Sé que tú ya sabes de qué se trata, y estoy seguro que siendo hoy, algún día en
el futuro, sabrás muchas otras cosas que yo aún desconozco. En pocas palabras, estoy entendiendo
algunas formalidades de todo este asunto de estar presente en el mundo. Y si
bien sacrificó mucho estando sólo, también es cierto que voy ganando otras
cosas. Para ser más específico, ganó mucho enfrentando mi confusión, y pierdo
otro tanto evadiendo mis sentimientos. Es cierto Juan, si bien estoy algo
angustiado, no deberías preocuparte por eso, dado que como vienen dándose las
cosas, no creo que pierda mi capacidad de amar. En fin, siendo que continuó
leyendo algunos de mis viejos diarios, me gustaría comentarte que me hace muy
bien escuchar tus historias. Sin hacer evaluaciones o diferencias, todas tienen
su encanto. Saber de ti siempre es bueno, y si en el camino encuentro alguna
particularidad, yo la recibiré con gusto. Este último año la tecnología ha sido
de gran ayuda. Por eso no quisiera ser desagradecido con todos aquellos que
dedicaron su vida, para que hoy nosotros podamos hacer uso de estas maravillas.
Sin embargo también es cierto que no dejan de ser meros objetos, necesarios sí,
pero objetos al fin. Creo que nada podría separarme de mis intenciones
iniciales. Aunque sea duro, debes confiar en mí, pues tal y como lo hemos
pactado, yo terminaré lo que alguna vez empezaste. A cambio solo te pediré que
me ayudes a resolver otros tantos problemas que me tienen preocupado. Me
gustaría que consideres nunca dar por entendido lo que crees saber. Pues ese es
el error que comete la mayoría de la gente. Aunque pienses que tus ideas son
absurdas y carentes de importancia, cuéntamelas igual. Yo necesito saber lo que
te sucede. Cuéntamelo todo, y deja que sea el tiempo quien evalúe la veracidad
de tus palabras. Es bueno salir al balcón sabiendo que aunque no pueda verte,
tú estás aquí conmigo. Sabes Juan, sin dudas hay una cualidad en nuestra
relación. Yo diría que tú me defines a mí, tanto como yo te defino a ti. Es
este sentimiento, el motor que acciona nuestros pensamientos. Por eso si tú me
olvidas, ya nada tendrá sentido. En otras palabras, pienso que en ello reside
el motivo de nuestra promesa.
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