Es sabido que el pensamiento, es la única llave que nos
puede brindar un acceso seguro a la libertad. Esta cualidad, es una herramienta
indispensable a la hora de explicar este universo que nos rodea. Tu sabes que
en este plano de la existencia, no tenemos ninguna otra responsabilidad, más
que la de potenciar nuestro saber, para hacer trascender lo mejor que hay en
nosotros. Es por eso que nada se terminará, a menos que tú quieras ponerle un
punto final. Tú puedes ser agnóstico o religioso, pero si entonces buscas
comprender el concepto de lo eterno, no deberías pensar la vida en términos
absolutos. Es este el motivo por el cual repruebo a quienes han dejado de estudiar
su humanidad. Repruebo a quienes cíclicamente, han reemplazado a sus espíritus
por una atracción física, o por un mero deseo sexual. Es cierto que cuando
personificamos al espíritu que nos acompaña, obtenemos una rápida respuesta a
nuestro dolor. Pero es de público conocimiento que una respuesta prematura,
jamás podrá superar la complejidad de un saber depurado. Para transformar el
dolor y la humildad en una verdad impoluta, debes aprender a rechazar los
anhelos materiales. Si no puedes desprenderte de todo ello, tu pasaje al
siguiente plano, será sombrío y traumático. La gratitud y la conformidad, son
cargas livianas, que no ocuparán espacio en tu bolso. Todo ello te permitirá
viajar más cómodo y seguro. Piensa que si no aprendes a destilar tus propósitos,
quedarás atrapado en el laberinto de los sueños. Y una vez allí, toda esa falsa
ilusión de abundancia y plenitud, no dejará de molestarte a menos que puedas
quitarle poder. Piensa en los libros que aún sin sus autores, siguen contando
historias. Piensa en ello y considera a la muerte, como un evento
circunstancial no definitivo. Si adoras la materialidad, como si esta fuera tu
mejor aliado, estarás en un error. Por otro lado, sería absurdo idolatrar a tú
mujer, cuando es lógico que a su debido tiempo, tú y ella, seguirán caminos
distintos. En relación al reconocimiento y la popularidad, nada de todo lo que
la gente pudiera ofrecerte, nos acompañará al momento de partir. Así que no
gastes tiempo en ganar la atención de los demás. Deja eso para quienes se nieguen
a aceptar la muerte, como parte de la vida.
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