Importante :

En algunos textos he ofendido a otras personas injustamente, por eso pido disculpas por mi comportamiento inapropiado. Aun así, estos textos forman parte de lo que soy, y es por eso que no puedo borrarlos. Solo me queda aprender de mis errores, disculparme otra vez, y a seguir adelante.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Embellecer la Desgracia

Habiéndome sentido sumamente desamparado, comencé una vez más a cuestionar todo lo que hasta entonces creía como cierto. ¿Por qué duermo tanto? ¿Por qué estoy tan sólo? ¿Por qué me niego a estudiar una carrera? ¿Por qué teniendo en claro lo que siento, me cuesta tanto comunicarlo? Éstas y otras preguntas empezaron a dar vuelta en mi cabeza. Por supuesto que más allá de todo lo hecho, mi desconsuelo es tan fuerte, que no puedo menos que empezar a dudar de mí. Muy en el fondo tengo bien en claro que si entonces alguien lograra desmentir todo lo dicho hasta aquí, ya no me quedaría más alternativa que abandonar mi lucha. Es muy probable que esté equivocado, quizás todo lo pensado, haya sido sólo un pretexto para esconder mis fobias. La verdad no puedo asegurarlo. De lo que sí estoy seguro, es que defendí, amé, y cuidé de mi soledad, con el único motivo concreto de seguir adelante. Mientras pienso en todo esto, apago la televisión, y termino mi comida en silencio. Estaba jugando San Lorenzo con Rafaela, pero si bien es un partido decisivo, de pronto el fútbol como cualquier otra cosa que pudiera ver en la televisión, sólo consigue aturdirme. Así que al finalizar mi cena, voy a la cocina, me preparo un mate, y salgo al balcón a reflexionar un poco. Las noches de verano tienen un encanto singular. Me siento en la reposera, y me dejo invadir por las contradicciones y las desgracias en las cuales estoy inmerso. Rápidamente tengo la ligera impresión de que tanto el hombre como la mujer, son exactamente lo mismo, y que por mucha adoración que yo pudiera tener hacia el sexo opuesto, aún ninguna de todas ellas acaba por dejarme una bonita impresión. No quiero parecer misógino, pero muchas mujeres se ponen eufóricas hablando del amor, mientras que por otro lado no dejan de obsesionarse con su apariencia física. La fealdad y el envejecimiento forman parte de la vida, y aun padeciendo cualquiera de estas dos, no por eso dejas de ser proclive a enamorarte. En este sentido yo creo que la distancia despierta en el corazón un amor platónico, que más tarde con el contacto físico, se convierte en excitación. ¿Has presenciado alguna vez como todo lo bueno que imaginabas de una persona, se destruye cuando invades su privacidad? Quizás sea por esto que me cuesta tanto desprenderme de este lugar, pues aquí estoy yo, conversando cara a cara conmigo mismo. Eso es todo lo que necesito. Nadie me dice lo que debo escribir, ni cómo debo pensar, ni tampoco lo que debo proteger. Es este mi más profundo deseo, solo quiero poder ver las cosas tal y como son. No me asusta desglosar la hipocresía, ni me entrego a todas aquellas cosas que hasta entonces se daban por entendidas. Por eso yo pregunto. ¿Qué sería del corazón de un hombre si no tuvieran la humildad de saber reconocer sus propias debilidades? En eso radica la clave para crecer. Cuestiona siempre tus impulsos, y recuerda que si estás aquí, es porque la vida te ha dado la oportunidad de luchar por un cambio justo y desinteresado. Es muy probable que aún sigas teniendo ambiciones materiales. Al menos yo creo que todos las tenemos. Es lícito procurarse nuevas herramientas con las que poder embellecer tu verdad. Pero aunque no quieras reconocerlo, nadie podrá experimentar en profundidad lo que estás sintiendo. Dado que mientras tu padeces cada trazo de tinta, los demás sólo ven los detalles estéticos que con muy poco, describen la raíz del asunto. Hermann Hesse ha dicho que solo el hombre puede interpretarse a sí mismo. Más allá de todo el trasfondo de estos asuntos, solo una cosa es cierta. Tu verdad se ha vuelto invisible a los ojos de la gente que te rodea. Entonces yo pregunto ¿qué valor puede tener un reconocimiento, si en el fondo nuestras intenciones no fueron comprendidas? Pienso que el arte es un medio que nos ayuda a sostener en el tiempo, los valores que tanto trabajo nos costó forjar. Al menos por ahora así lo entiendo yo. Sin embargo la crítica de la gente es demasiado fuerte como para no buscar la aceptación del otro. Aun así es claro para mí que la lógica de los sentidos se construye dialogando con el pasado del que venimos. Contrariamente a lo que suele pensar la gente, toda enseñanza demanda cierto sufrimiento. Quizás el hombre de hoy busque el placer sin preocuparse por interpretar su dolor. En muchos casos he visto algunos sujetos que a pesar de poseer una gran inteligencia, han perdido toda capacidad de dialogo interno. Aun así, el hombre siempre buscará la forma de llamar la atención. Por eso todo aquel que requiera la aceptación de los demás, debería procurar decir la verdad, sin asustar al otro con su costado más crítico. A mi consideración el arte tendría que ser usado precisamente para embellecer la desgracia. Sin embargo esta incertidumbre que generalmente padecemos, necesita de un tiempo prudencial para reestablecerse y ser equilibrada. Pues el entorno siempre produce un ruido que en la mayoría de los casos, colisiona con la voz interior que todos llevamos dentro. Muchas veces nuestra propia confusión nos lleva a buscar respuestas en una sociedad que se opone en todo a nuestras convicciones iniciales. Por eso es que aun sabiendo de nuestra tendencia al error, es lícito comprender que lo esencial no ha de cambiar nunca. Tener contacto con nuestro yo más interno, nos ayuda a sostener en el tiempo el equilibrio necesario para continuar con la lucha. Cada instante de dolor y sufrimiento, desencadena una crisis interna que contribuye a fortalecer el espíritu, sometiendo a juicio todas esas verdades que supuestamente se dan por entendidas. Por esa razón más allá de cualquier "beneficio" que pudieran ofrecernos, no se deben humillar nuestras necesidades, sin antes salvaguardar y proteger estos ideales que día a día fuimos construyendo. Hasta aquí defendemos lo que hemos hecho, pero mañana haremos lo propio con estas nuevas cosas que hoy vamos comprendiendo. Para ponerlo en otros términos, la energía del hombre es como un toroide que se retroalimenta de sí mismo. Y es por eso que nadie mejor que uno, para desglosar las verdades y descubrir lo que debemos hacer. No es necesaria ninguna otra responsabilidad más que la de existir para cumplir desinteresadamente con estas condiciones puras, que nacen desde la más clara sinceridad. La sinceridad de ser siempre uno con la historia.

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