Importante :

En algunos textos he ofendido a otras personas injustamente, por eso pido disculpas por mi comportamiento inapropiado. Aun así, estos textos forman parte de lo que soy, y es por eso que no puedo borrarlos. Solo me queda aprender de mis errores, disculparme otra vez, y a seguir adelante.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Gastar Palabras

No quisiera gastar palabras en un texto que no tiene otra finalidad, más que la de vencer el tedio de estar esperando en un consultorio. Soy en todo imperfecto y cometo muchos errores, pero creo que a veces es mejor estar limitado, que mirar el mundo desde arriba. Digo esto porque, algunas veces imagino el cielo como un lugar maravilloso, y según mi lógica, cuando uno descubre la verdad de las cosas, generalmente acaba por decepcionarse.
No importa cuánto camine, no importa cuánto me mueva, siempre en cada lugar donde estoy, sucede lo mismo. Acá estoy nuevamente sentado, esperando que se cumpla la hora para irme del teatro. Te cuento que a veces tengo la impresión de que voy perdiendo mi sensibilidad. Por eso escribo, porque necesito encontrar algo de mí que antes no sabía. La verdad es que en ocasiones como esta, me doy cuenta de que hay muy poco para descubrir. Yo pensaba que en mis palabras siempre había algo nuevo para aprender, pero que puede haber de novedoso en una temática que se ha quedado atorada en el tiempo. Es estúpido hablar de cómo voy relacionándome con la gente, porque lo cierto es que no hay grandes novedades con respecto a este dilema. Prácticamente el día es bueno conmigo, así que hablar de esto sería lo mismo que hundirse en la absurda cotidianeidad. Me molesta en demasía tener que expresar mis sentimientos a través de este idioma que nos han enseñado, porque el lenguaje es encarcelador. Con ello solo construimos límites que luego estamos obligados a derribar. Mientras pienso en esto, sigo sentado en la cabina de sonido, del otro lado esta Adrián leyendo "El Psicoanalista" y en la platea este Juan riéndose a carcajadas, con un video que está viendo a través de su Tablet. Quizás se la haya comprado con la plata del reloj que yo le regalé..... No me extrañaría..... Pero bueno ya está todo consumado, y no me arrepiento de lo que hice. Recuerdo que en ese momento, yo sentía que los hombres podíamos escuchar los pensamientos del otro, y comunicarnos telepáticamente. Me deje llevar por la sospecha de un sexto sentido, sobre el cual pocos estaban informados. Pero ahora mismo sintiéndome un poco más estable, no puedo confirmar el grado de veracidad de esta teoría.
Continuando con esta temática, a veces no puedo entender hacia qué dirección se dirigen mis necesidades. Lo que sí puedo atestiguar, es que no trabajo por obligación, sino que lo hago por necesidad. Por esa razón ahora mismo, afirmo esta filosofía de gastar palabras sin tener en claro cuál es la cuestión a tratar. Pues aunque no tenga la necesidad inmediata de trabajar en algo, entiendo que por otro lado se me hace muy difícil ver cómo pasan los días, y yo sin hacer nada. Quizás pueda parecer exagerado pero ¿no te has puesto a pensar con sinceridad cual es la brecha que separa tu responsabilidad, de la seriedad con la cual deberían ser tratados estos temas?
Únicamente me conformo con estar existiendo. Habiendo yo vivido un caos interno, algo desmesurado para mi edad, me doy cuenta que el haber estado escribiendo, me ayudó sobremanera a ordenar mis pensamientos. Sin embargo aún sigo sintiendo un enorme vacío en mi corazón. No digo que no esté disfrutando de la vida, es solo que hay ocasiones donde pienso en la muerte, y no me pesa la idea de saber que todo terminará. Tal vez pueda parecer que no se valorar lo que me ha tocado en suerte, pero en el fondo de mí, reside siempre la intención de mejorar, para poder ayudar a quien lo necesite. Aunque vivo solo y procuro mi bienestar, no me creo egoísta, dado que hago lo que siento necesario para poder construir nuevos valores. Esos mismos que me permitirán sostener en el tiempo, una disciplina estable. Quiero hacer las cosas desinteresadamente, sin esperar nada a cambio. Quiero sentarme a trabajar cada vez que lo sienta necesario, porque creo en la pureza de los sentimientos, y en la bondad de la palabra. Pienso siempre que pretender más de lo que uno necesita para vivir, es innecesario y hasta perturbador, porque uno no puede forzar las enseñanzas que desea recibir. Las cosas se deben aprender a costa del desinterés, haciendo uso de aquellos errores que ocurren inesperadamente, dentro y fuera de nosotros.

En otras oportunidades hubiera preferido guardar silencio, pero la verdad es que mi fanatismo por la escritura se ha tornado compulsivo. Pienso mucho en el arte, y me doy cuenta que en mi caso, no puedo ser considerado como un artista, pues mi prosa carece en absoluto de virtud y técnica. Sin embargo, esto no me perturba, dado que aún creo en todo lo que dicta mi corazón. Tengo mucha fe en el ángel que me guía, y no puedo dudar de su sinceridad. En incontables ocasiones, sus palabras me han ayudado a recomponerme de todos mis pesares, y es por eso que no pongo en duda sus intenciones. Me doy cuenta de que su presencia está implícita en estas palabras, y es por esa razón que no puedo menos que respetar su comunicado. Espero ansioso el día donde pueda aceptar lo que soy, evadiéndome una vez más, de aquellos prejuicios que no me dejan escuchar el mensaje. Por supuesto que no estoy pasándola mal, pero si me lo preguntaran, nada más quisiera yo, que poder estar presente al momento de recibir la enseñanza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario