Las cosas más importantes, son las más difíciles de
entender. A veces la conciencia se repite para obligarnos a volver sobre lo
mismo. Es increíble contemplar como las decisiones que tomamos influyen con el
tiempo, en nuestro carácter. Parecerá reiterativo hablar una y otra vez de lo
mismo, pero los cambios siempre suceden de la forma menos pensada. Una decisión
sostenida a largo plazo, puede modificar nuestro temple, transformándonos en
algo que nadie hubiera podido adelantar. El silencio siempre nos acerca a la
verdad, y es por eso que ciegamente voy camino a descubrir aquellas cosas de mí,
que aún desconozco.
Quisiera destacar lo difícil que resulta tener fe y sostener
en el tiempo, esto que digo. Sobre todo cuando no tenemos al rededor, a nadie
que acompañe nuestras creencias. Es muy fácil ceder a lo que alguna vez creímos
como cierto, y esto se debe a que la mayoría de las verdades si bien se pueden
sentir, son a su vez fáciles de olvidar.
La mayoría de las veces la gente se enamora a través del
respeto hacia el otro. Pero yo quisiera subrayar que en ningún caso se deben
mesclar estas dos palabras, que en todo difieren la una de la otra. El respeto
siempre impone un alto, mientras que el amor da lugar al avance. En este caso,
es menester separar los sentimientos que uno tiene hacia el otro. Podríamos
decir que cuando uno se enamora, la idea de perder a quien se ama, representa
un dolor que pocos estarían dispuestos a soportar. Porque enamorarse también es
sufrir, todo lo que viene después, es otra cosa. Ahora mismo acostado en mi
cama, no me siento muy bien. Estoy triste y dolorido, pero también sé que este
sentimiento siempre está enseñándome a pensar la vida como lo que es. Tú te
preguntarás ¿Que es la vida? Pues bien, la vida es solo un pasaje a lo
desconocido.
Estas palabras que escuchamos generalmente toman el
protagonismo de nuestros pensamientos. Por esa razón nos afecta tanto cuando
presenciamos el error. Porque es como si algo de lo que nosotros pensáramos, estuviera
agonizando. Por eso sufrimos frente a la equivocación. Condenamos a quienes
titubean en su discurso porque nos da miedo perder el control sobre lo que
sentimos. Esto nos demuestra una vez más que no se puede asimilar una verdad,
sin antes haberla comprendido.
Nada cuesta más para el hombre, que formar valores que lo
ayuden a organizar su vida. Por eso romper con esa búsqueda, sería lo mismo que
regresar al caos que tanto nos lastimo alguna vez.
Las palabras se pueden usar para decir cualquier cosa, tanto
al derecho como al revés. Siendo este concepto una verdad que nos involucra a
todos, yo pregunto. ¿Qué es lo que dictamina la verdad de una oración? En este
caso para mí lo que sostiene una frase, no solo es la seriedad del asunto, sino
que además es el sentimiento con la que fue escrita. Reconozco por supuesto que
la palabra debe ser vivida tanto en la teoría como en la práctica. ¿De lo
contrario como podríamos corroborar la pureza de un enunciado?
En este sentido sabemos que hay gran diversidad de valores,
creencias, y opiniones al respecto de cómo uno debe vivir. Por eso es que no
existirá jamás una sola verdad que nos englobe a todos. En común con esto
sabemos que necesitamos comer, ir al baño, y dormir. Pero para poder
procurarnos estas tres cosas, necesitamos dinero. Allí es donde comienzan a
aparecer las obligaciones del hombre. Estudiar para llegar a obtener un
trabajo, con el cual pagar la comida, la renta y los servicios elementales...
luz, agua, y gas. A mi entender una vez que estas cosas están en su lugar, lo
próximo que queda por hacer, es ocuparnos de nosotros. Bien sabemos que aquí es
donde cada cual decide el camino a seguir. En esta etapa decisiva, comenzamos a
construir esos valores y creencias que nos acompañarán el resto del camino.
Principalmente sucede que cara a cara con la realidad, el
hombre suele sentir una carencia. Y para la mayoría de nosotros, ese contacto
crudo con la realidad, junto con el inminente deseo sexual, se transforman en
un motivo más para abandonar la soledad. Sucede que el hombre común si bien
siente curiosidad por esas cosas que van más allá del instinto, socialmente
antes que padecer el anonimato, prefiere ser aceptado. Para todo ello hay una
corriente que nos simplifica la tarea de encontrar las verdades. Resumiendo la
historia....Vayamos a lo seguro.....es más rápido si dejamos los
cuestionamientos a un lado. Siendo el hombre un animal sumamente caprichoso y
endeble, la elección en la mayoría de los casos, se vuelve sumamente
predecible. Parece estar comprobado que todo contacto con el dolor, no solo
deja una cicatriz, sino que al mismo tiempo nos aleja cada vez más de nuestro
primer objetivo. La felicidad. Habrá que repudiar entonces todo lo que nos
lastima. La gente feliz no sufre a voluntad, pues siempre hacen aquello que los
demás dicen. Total la verdad esta consumada, y no hay mucho que se pueda hacer
al respecto. Yo pregunto ¿Quiénes serán los ogros que deliberan si algo de lo
que hacemos está bien o mal? Supongo que para muchos es la sociedad. Para mí es
uno mismo.
Pienso en mi objetivo y me doy cuenta que de ninguna manera
tiene que ver con casarme, vivir de lo que me gusta, o dibujar compulsivamente
esperando reconocimiento. Si bien todas estas cosas son gratificantes, el
objetivo principal para mí, es alcanzar la verdad. Y para ello entiendo que la
privacidad, el silencio, y la soledad, son sustanciales para encontrar la forma
de decir algo que valga la pena escuchar.
Existe un periodo de estabilidad en la familia, y a mi
entender es cuando los chicos son pequeños. Esa estabilidad se sostiene en base
a la soledad, y al desinterés sexual de estos niños. Su pureza radica en esa
virginidad. Se puede ver como el equilibrio familiar desaparece cuando esos
niños crecen, y guiados por el instinto del ser humano adulto, cambian su
inocencia por sexualidad. Ninguna familia puede sostener su equilibrio, si
ninguno de sus integrantes es puro de corazón. Comenzar una relación de pareja,
en definitiva es como pensar en otro alguien que no es uno mismo.
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